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Victoria Rodríguez, la Gaudio mexicana

MÉXICO -- Ella se llama Victoria Rodríguez, tiene 18 años, y este sábado ganó en Ciudad Victoria (Tamaulipas) su primer torneo ITF Pro Circuit, un certamen de los de menor categoría que reparten puntos para el ranking WTA. Nacida en Durango, "Chely" ha jugado hasta ahora apenas 8 eventos profesionales. Y en 4 de ellos llegó a la final, lo que le ha permitido meterse entre las 700 mejores del mundo, a pesar de haber competido mayormente durante 2013 en el circuito junior. Junto a sus compatriotas Marcela Zacarías (19 años, 331ª) y Ana Sofía Sánchez (19, 398ª), Rodríguez es una de las jóvenes esperanzas de un tenis femenino mexicano que quiere florecer.

Pero Victoria es especial. Distinta. Singular.

"Es un gemelo de Gastón Gaudio", la definió de manera informal Pablo Pécora, psicólogo especializado en tenis, que trabajó con Rodríguez a fines del mes pasado en el Centro Bic Telcel de Mérida, el sitio donde entrena y vive Victoria desde hace dos años. Las similitudes entre ella y el campeón de Roland Garros 2004 tienen que ver con la facilidad de ambos para jugar al tenis, y también con un temperamento complejo, diferente al de la mayoría de los jugadores.

"Vicky tiene un talento increíble. Puede jugar a niveles altísimos. Como entrenador, tengo la fortuna de ahorrarme mucho trabajo, porque puede hacer lo que quiera: salir a tirar slice, a pegar, a hacer saque y red. Y lo hace todo bien", contaba Diego Marañón a fines de año pasado, luego de que sus pupilas Zacarías y Rodríguez jugaran la final del Future de Sayavedra (ganó Marcela, en dos sets). "Ella es muy aguerrida en la cancha, más allá de que no lo parezca. Muchas veces da la sensación de que no le importa lo que ocurre en el partido, o que está echando la flojera, o que no hace caso. Pero a la hora de ejecutar, lo hace a full".

Rodríguez parece tener una doble personalidad cada vez que pisa un court. Con el punto en juego, su tenis brilla. Pero antes y después, su "otro yo" domina la escena: ella es capaz de decir en voz alta que ya está cansada y se quiere retirar en un partido que está ganando, o puede dejar salir su preocupación porque no llegará a entregar su ropa para el servicio de lavandería del hotel.

"Entre punto y punto no la puedes ver", explica Alain Lemaitre, director del Centro Bic y entrenador de Rodríguez durante la gira junior que Victoria hizo este año por Europa y Estados Unidos. "Su body language es muy abajo, pero lo que importa es cómo juega el punto. Puede quejarse y decir cualquier cantidad de inocentadas, pero en el punto compite muy bien".

Esta semana, en Ciudad Victoria, Rodríguez derrotó a jugadoras más experimentadas que ella y de mejor ranking, camino a la final. Ya en el encuentro decisivo venció a la potosina Sánchez por 6-2, 4-6, 4-0 y abandono. La referencia estadística indica que Chely es la única tenista mexicana en activo que ha ganado un torneo de 15.000 dólares en premios como éste que se disputó en territorio tamaulipeco. Lo más importante, sin embargo, es lo que Victoria proyecta a futuro.

"Ella es una dotada en todo sentido. Tiene unas condiciones muy buenas: es muy veloz, es súper explosiva, es resistente. Y este año evolucionó mucho en lo psicológico", dice Roberto Maccione, ex preparador físico de jugadores top-100 y quien trabaja con Rodríguez desde que ella llegó a Mérida, becada. Lemaitre coincide: "Su actitud ha cambiado completamente. Se siente más una profesional y sabe qué es lo que quiere. Entendió también que hay un equipo detrás suyo que está haciendo un gran esfuerzo. Y comenzó a trabajar más duro, como no lo había hecho antes".

De todas maneras, los diálogos impensados en la cancha continúan, al igual que esa sensación de incertidumbre sobre cómo reaccionará el ánimo de Victoria a la hora de competir. Este año, la presión la traicionó en Wimbledon y el US Open Junior, donde perdió en 1ra rueda. Su 23ª posición en el actual ranking mundial juvenil refleja su potencial. Pero muchos piensan que podría estar aún mejor ubicada.

"Uno tiene que trabajar conforme a su personalidad. Ir desarrollándola poco a poco", explica Marañón. Pero de aquí a fin de año, tendrán la posibilidad de seguir creciendo: desde el lunes Rodríguez jugará el Abierto Tampico, un torneo más grande, que reparte 25.000 dólares en premios. Luego disputará tres torneos de 10.000 dólares en Riviera Maya. Su último evento junior será la Copa Yucatán, a fines de noviembre. Y cerrará el año con 3 certámenes más de 25 mil dólares, en Mérida.

En 2014, finalmente, Victoria iniciará su primera temporada a full como profesional, haciendo equipo con Marañón y Zacarías. "Marcela es nuestra punta de lanza. Y Chely está muy cerca. Como mínimo, las dos tienen potencial para, en dos años, estar jugando qualys de Grand Slam", dice Lemaitre. "Y no son solo ellas dos. Detrás vienen Alejandra Cisneros, Constanza Gorches, Camila Fuentes, Ana Luisa Pérez. Hay una escalera que jugadoras que van surgiendo", agrega Maccione. Todas sueñan con llegar lejos en el profesionalismo. Pero Chely Rodríguez lo hace a su manera, con esa doble personalidad singular dentro de la cancha. Ocurrente o tensionante. Ingeniosa o insufrible. Siempre diferente.

A lo Gaudio, dicen.