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Naturalizados: un asunto de corrupción

El futbol no puede cambiar las leyes migratorias de un país. El futbol tiene que adaptar sus propias leyes o reglas para que indirectamente no se vea perjudicado, pero hay una gran cantidad de personas y de intereses que están ligados a este tema: directivos, mandos medios, promotores, entrenadores, periodistas que de alguna u otra manera se ven beneficiados con la llegada de más y más jugadores extranjeros al futbol mexicano. En uno de los países con los mayores índices de corrupción en el mundo, el futbol no tendría porque mantenerse ajeno a este fenómeno.

LOS ANGELES, CA.- El tema de los naturalizados en el futbol mexicano no es un asunto de calidad o de cantidad. Es un asunto de corrupción.

Supongo que los dirigentes del futbol mexicano se sienten "salvados" y amprados al acudir a la Constitución Mexicana para justificar el creciente número de jugadores no nacidos en México que participan como "mexicanos" en la cancha de la Liga MX. Apoyarse en las leyes es una buena medida, pero usted y yo sabemos muy bien qué es lo que dice misma "carta magna" -las leyes, nuestras leyes- cuando se refiere a una actividad ilícita: "robar". Y eso lo que muchos hacen alrededor de la industria del futbol mexicano. Se aprovechan de las leyes de un país para mantener a flote sus negocios, para que al final del día haya un gran perjudicado en toda esta situación: el propio futbol mexicano y su nivel de competencia.

El futbol no puede cambiar las leyes migratorias de un país. El futbol tiene que adaptar sus propias leyes o reglas para que indirectamente no se vea perjudicado, pero hay una gran cantidad de personas y de intereses que están ligados a este tema: directivos, mandos medios, promotores, entrenadores, periodistas que de alguna u otra manera se ven beneficiados con la llegada de más y más jugadores extranjeros al futbol mexicano.

La calidad no importa. No tiene el futbol mexicano un sistema claro y contundente como el que existe, por ejemplo, en Inglaterra para darse el lujo de exigirle a ese futbolista extranjero cierto nivel de calidad, de experiencia, de logros para venir a aportarlos a las canchas mexicanas. Aquí llegan buenos, malos, muy malos y unos más que no existen porque son parte de un negocio productivo donde intervienen muchas manos. Y al final, cuando hay que buscar a un mexicano con capacidad para meter goles, para generar juego o incluso para ser un baluarte desde la defensa, esos mexicanos no existen porque jamás recibieron la oportunidad de desarrollo y crecimiento en su club. Y el asunto se convierte en un círculo vicioso: llegan más extranjeros, luego juegan como "mexicanos" -legalmente- amparados por las leyes mexicanas mientras el futbolista de cantera se queda detenido como la futura estrella Sub-17 que jamás llegará a crecer a los niveles y al volumen que se espera de él.

El futbol no tiene que juzgar las leyes mexicanas. Ese es papel de la ciudadanía, de los diputados y de los senadores. Lo que tiene que hacer el futbol mexicano es plantear y ejecutar reglas claras sobre el futbolista naturalizado, sin que ello, al final del día, se signifique como una contraposición ante nuestra propia constitución.

Lo de los naturalizados no es un tema de calidad, tampoco de cantidad. Es un asunto de corrupción.

@Faitelson_ESPN