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Pirlo, James Pirlo

Un veterano con bastante estilo al servicio de Su Majestad, la Selección de Italia Ilustración Sebastián Domenech

Es fácil saber de qué se trata la película: un veterano que no por añejo es menos eficaz, un hombre con estilo, con glamour, con distinción, que parece estar siempre de etiqueta y preparado para la acción. En el caso de James Bond, al servicio de la Reina de Inglaterra. En el caso de Pirlo, Andrea Pirlo, para volver a beneficiar como siempre ha hecho a Su Majestad la Selección de Italia.

El paso del tiempo lo hace todavía más querible. La saga italiana que tuvo su pico en 2006, con esa Copa del Mundo ganada por penales, contó con él como uno de los protagonistas. En 2010 eligieron a otros para completar la misión. Entró apenas algunos minutos en el último de los tres partidos disputados en Sudáfrica. Ninguno resultó en victoria: dos empates y una derrota para una decepción terrible.

Ahora, el agente 0021 vuelve al rescate. Aunque alguno dude de su estado físico, nadie pone en tela de juicio esa sapiencia que suple cualquier merma atlética. Siempre entre caricias con la chica más linda, la pelota, Pirlo usa la cabeza cuando todos los demás parecen en apuros. Se mantiene frío. Piensa. Y como todo héroe, encuentra la solución.

Aunque no tenga autos lujosos, aunque no tome martini seco, Pirlo resulta el eslabón italiano de un detective británico producido en Hollywood. Actor principal en la azzurra de hoy, pondrá su experiencia como bandera para batir a cualquier villano que quiera interponerse entre él y su nueva asignación: llevar a su Selección de nuevo a lo más alto del mundo.