Pasa el tiempo y cuando uno se da cuenta se fueron meses sin mi presencia en este espacio. Pero este es un excelente momento para reencontrarnos, mientras me tomo unos mates.
Venimos de conseguir nuestra cuarta victoria en seis clásicos contra el Barcelona. Por supuesto que ganar este tipo de partidos es una alegría y aunque estemos dominando en los duelos todavía no significa que los hayamos dominado en la temporada porque podemos volvernos a encontrar en etapas decisivas. Barcelona es un equipo muy fuerte y sólido. Merece el mayor respeto.
En la previa a cada clásico los hinchas te paran por la calle para alentar y dar fuerzas. Es un enfrentamiento con mucha rivalidad al igual que en el fútbol. Un choque especial que todos esperan.
Estoy teniendo una temporada irregular, con buenas actuaciones y otras no tanto. Estoy agradecido que me elogien por los buenos partidos que ya no son tan seguidos, algo lógico cuando vas cumpliendo años.
Lo que es cierto es que mi rol en Real Madrid es bien diferente al del Baskonia de lo últimos años. Con menos minutos y protagonismo ofenisvo (hay muchas vías de gol) pero con presencia rebotera, defensiva, energía, lucha y actitud. En ataque aparezco en algunos momentos puntuales.
Haber terminado primeros en nuestro grupo del Top 16 de la Euroliga demuestra que vamos por el buen camino. Estamos contentos pero aún no significa nada. Nuestro objetivo es clasificarnos para la Final Four. Y nuestro sueño es ser campeones.
En ACB no estamos primeros por un par de cuestiones. Por un lado, Unicaja está teniendo una temporada espectacular, de altísimo nivel. Por el otro, nosotros perdimos algunos partidos importantes que nos hicieron perder algo de terreno. Esta es una liga más pareja que en años anteriores y si te descuidás podés perder contra muchos equipos. Nosotros dejamos puntos en Murcia, en Bilbao, en Málaga...
Fuera de lo que es mi actualidad en Madrid, la Selección siempre es un tema con el que me vinculo. Y por supuesto las noticias relacionadas con mis compañeros. La decisión de Manu de no jugar el Preolímpico y casi seguro haber cerrado sue tapa en la Selección no me sorprendió. Cuando el dijo que en un 98% no jugaba más con la celeste y blanca todos queríamos soñar con ese 2%. Pero la realidad es que para él, como para varios de nosotros, cada día es más difícil estar preparado para un partido. Cada juego pesa mucho en el cuerpo. Mucho más toda una temporada.
La ausencia de Manu se contrasta con el deseo de Carlitos Delfino de volver a jugar y hacerlo en Monterrey. Carlitos no juega desde hace dos años y ojalá pueda volver. No sólo por lo bien que nos vendría en la Selección sino por él. Tuvo que pasar por momentos muy difíciles y es un gran alegría que esté saliendo de esa situación complicada.
Y sí, leyeron bien. Si digo nos vendría bien es porque las puertas de la Selección no están cerradas para mí. Si físicamente termino bien la temporada hay posibilidades de que vaya al Preolímpico. Esto ya se lo comuniqué a Sergio Hernández a través de whatsapp (somos viejos pero tecnológicos). Cuanto más se acerca el torneo crecen mis ganas de jugarlo.
Antes de despedirme, los invito a ver la publicidad que protagonicé con varias figuras del deporte de Madrid, entre ellos Cristiano Ronaldo quien espero que la próxima vez pague la cuenta, je.
Un abrazo y hasta la próxima.