Toronto 2015 serán mis octavos juegos multideportivos, pero en un día como hoy, en la ceremonia de apertura, todavía se sienten como si fueran los primeros.
Las mariposas en el estómago, como las de un nadador mientras espera el disparo de salida, son exactamente las mismas que sentí cuando llegué a mis primeros Juegos, los Centroamericanos y del Caribe de México 90, justamente hace 25 años. Comienzan a la llegada al terminal del aeropuerto, pasar por la aduana y atravesar el proceso de acreditación y no se detienen hasta que todo esté completamente en orden. Ese proceso de aclimatación puede durar entre unas horas y la totalidad de los juegos.
Toda la planificación de meses se puede trastocar a última hora porque la Internet va mas lento que , porque el espacio que asignado es algo más pequeño de lo que habías imaginado, porque llegó la noticia de última hora justo en el momento que te parabas para ir por algo de comer o porque sencillamente, no encuentras los audífonos nuevos que acabas de comprar para las teleconferencias.
(Por cierto, si alguien encuentra unos en el centro de prensa o en la ciudad, recuerda que son míos).
Toronto 2015 me agarra en tiempos de alta tecnología, en el que hasta el email puede parecer pasado de moda para localizar a un reportero cuando tienes whatsapp. Sin embargo, con todos los avances, nada como hablar frente a frente para hacer planes y delinear las estrategias. Todavía ninguna aplicación nueva supera una cena tarde en la noche para explorar nuevas alternativas de cobertura.
Como este blog que inicia hoy y que seguirá en relevo hasta el último día de los Juegos. Durante todo el tiempo de duración, Relevo Panamericano permitirá a los reporteros de ESPNDeportes.com, ESPNDeportes Radio o cualquiera de nuestras plataformas contar sus impresiones del día de cobertura.
Aquí veras a nuestros periodistas narrar de primera mano lo que sintieron cuando cubrieron una medalla de oro; desempolvar viejos secretos de uno que otro compañero de viaje en Toronto o Nueva Orleáns; hacer la crónica de una caminata por las calles del centro, presenciar uno de los múltiples conciertos que presentará esta encantadora ciudad durante los próximos 16 días o simplemente, describir cómo fue su reencuentro con un viejo amigo de Juegos anteriores.
Porque la mejor parte de estos eventos deportivos es el compañerismo. En esta hermandad de cada cuatro años, te reencuentras con viejos amigos, descubres nuevos compañeros y por fin le ves la cara a los que eran hasta entonces un email o una llamada telefónica. Reconocer esas voces, que digan el nombre y te des cuenta que es la persona con la que llevas en conversaciones por los últimos tres meses, y saludarlo por primera vez, no con extrañeza, sino con la misma alegría de los viejos cuates, paisas, socios o panas, es una sensación indescriptible.
También se extraña a los que ya no están. Estos Juegos comienzan unos días después de que Ramiro Martínez, veterano periodista cubano residente en Puerto Rico, falleciera a los 92 años. Martínez era un fiel seguidor de los deportes olímpicos y por años fue el mantenedor en el estudio de las transmisiones de Juegos Centroamericanos, Panamericanos y Juegos Olímpicos. Admiré siempre su buen sentido del humor, ese que me aún hace recordar el nombre de Salvatore Todisco, un boxeador italiano de los Juegos Olímpicos de Los Angeles porque siempre que lo mencionaba, terminaba con un comentario en italiano. "No se pierda mañana al boricua Fito Ramos enfrentando a Salvatore Todisco "il ragazzino de la gran Toscana", comentaba cada vez que lo nombraba.
Se extraña inclusive a los que no conocí y que me hubiese gustado tener una charla nocturna. Como Randy Starkman, el fallecido reportero cuyo nombre honra el centro principal de prensa de Toronto 2015. Starkman fue reportero con la fuente del olimpismo para el Toronto Star y según el afiche de homenaje "era famoso por dejar el salón de prensa a las 1:00 o las 2:00 de la mañana, sin importar el país o el evento". A él y a otros que no están, mis respetos.
Como primer tramo, le paso el batón al Carlos 'Tapa' Nava, uno de los caballos de hierro de estas coberturas.