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Una experiencia enriquecedora

Ha pasado una semana desde que se encendió la antorcha de los juegos Panamericanos de Toronto 2015 y la experiencia ha sido enriquecedora. La gran mayoría de eventos que me ha tocado cubrir en mi carrera profesional han sido exclusivamente de fútbol. Estos Panamericanos me han dado la oportunidad de convivir con deportistas de distintas disciplinas.

La primera gran diferencia que he notado entre ellos y los futbolistas es accesibilidad. Es relativamente fácil conseguir una entrevista con un deportista que obtiene una medalla. El dinero, la fama y los medios de comunicación todavía no los han mareado ni confundido. Al futbolista le hemos dado un estatus, en mi opinión, demasiado importante, al punto que tener una nota con Messi o Cristiano Ronaldo es demasiado complicado.

Siguiendo con esta comparación, me queda claro que la gran mayoría de gobiernos latinoamericanos invierten la mayoría de sus presupuestos deportivos en el fútbol; paradójicamente es donde menos resultados positivos obtienen. México, por ejemplo, genera e invierte millones de dólares en el fútbol y El Tri sigue aspirando a un quinto partido en un Mundial. En Toronto, ya es sexto en el medallero.

Mientras escribo este texto, pienso en mi selección de Guatemala que acaba de perder ante Cuba en la Copa Oro, una derrota que nos ha dejado fuera de la competencia. A pesar de las carencias económicas de mi país, el fútbol sigue siendo el deporte que más ayuda recibe del gobierno y nuestra selección nunca ha llegado a una Copa del Mundo y, ahora, es incapaz de ganarle a una selección del Caribe. De manera contrastante, hace dos días, Jorge Vega López ganaba la primera medalla de Oro para Guatemala en gimnasia masculina.

El logro de este gimnasta guatemalteco no fue gracias al gobierno, fue un logro a pesar de su gobierno. Ahora aparecerán los hombres de pantalón largo que se subirán al carro de la victoria. Pero no nos confundamos, esa medalla de Oro es sólo de Vega, esa medalla es producto de su esfuerzo, de su disciplina y de su constancia.

Historias de triunfos ante la adversidad como la de Jorge Vega López hay muchas en estos Juegos Panamericanos y, seguramente, seguirán surgiendo otras más. Los Panamericanos son la esencia del deporte y estoy agradecido de poder ser parte de esta carrusel de emociones. Por hoy me despido de ustedes, pero regresaré en una edición más de Relevo Panamericano.

Mientras, le entrego la posta a Giovanni Scavia.