<
>

Quizás sea hora de comenzar a creer en los Orioles

En algún punto, uno tiene que comenzar a creer, ¿correcto?

Luego que los Orioles de Baltimore ganaran cinco partidos al hilo al comenzar la temporada, ese momento no había llegado. Claro, ellos eran el único equipo invicto en las mayores, pero el hecho de que los Pájaros Negros se fueran con marca de 5-0 ante los Mellizos y los Rays fue ligeramente más convincente de que los Harlem Globetrotters tuvieran marca de 5-0 ante los Washington Generals. Para un equipo con pobre pitcheo y pocas expectativas al comenzar la temporada, se necesitaban más pruebas. Muchas más pruebas.

Apenas dos días después, que es lo mismo que decir luego de dos inconcebibles victorias ante los Medias Rojas de Boston, me parece que ha llegado el momento. El momento de creer.

Si de casualidad hubiesen estado en Las Vegas en el fin de semana, y estaban en búsqueda de una buena apuesta sobre cuándo los Orioles sufrirían su primera derrota del 2016, la apuesta inteligente habría sido el lunes 11 de abril.

Era el partido inaugural de los Medias Rojas como local en el Fenway, y David Price estaba en el montículo. Ustedes saben, el perenne candidato al Cy Young que había ganado sus anteriores dos juegos de apertura como local mientras permitía un gran total de dos carreras. El espigado zurdo que lideró la Liga Americana en efectividad el año pasado y a quién Boston firmó con un contrato de $217 millones en la temporada baja con el propósito expreso de ahogar las esperanzas de rivales divisionales como los Orioles. Contra él estuvo Yovani Gallardo, a quién Baltimore firmó a finales de febrero, dándole básicamente una décima parte de la paga de Price bajo el alegato de que, bueno, él era el único lanzador que quedaba disponible.

Si alguna vez hubo un tiempo para el que los 25 jugadores (y su manager) se reportaran enfermos el mismo día, este era.

De forma predecible, Gallardo fue bateado temprano por la artillería de Boston, permitiéndole hits a los primeros cuatro rivales que enfrentó en una primera entrada en la que le hicieron tres carreras. Pero entonces ocurrió algo interesante: Tan pronto como la rotación de Baltimore comenzó a mostrar sus verdaderos colores, los bateadores de los Orioles comenzaron a mostrar los suyos.
En la tercera entrada, una poderosa ofensiva de los Orioles que había estado dormida durante gran parte de las primeras dos series golpeó a Price con cinco carreras, siendo el batazo grande un vuelacercas de 428 pies conectado por Mark Trumbo. Fue la peor entrada de Price en casi un año. Luego, con el partido empatado 6-6 en la novena entrada y corredores en primera y segunda, Chris Davis conectó un batazo de 449 pies de distancia por el mismo medio del jardín central ante el usualmente confiable cerrador Craig Kimbrel. Fue la primera vez que Kimbrel permitía un jonrón con corredores en posición de anotar en, bueno, toda su carrera.

El martes, más de lo mismo, ya que el abridor sin experiencia Mike Wright -- quien en el papel no era rival para el derecho de Boston Clay Buchholz -- fue golpeado temprano y salió de juego luego de cinco entradas con su equipo atrás en el marcador 4-2. Pero los Pájaros Negros volvieron al ataque, conectando tres cuadrangulares más en el partido - incluyendo un par para la banda contraria de su septimo bateador J.J. Hardy -- en ruta a su séptima victoria en fila para comenzar la temporada.

Las últimas dos victorias ante Boston confirman el reporte de los escuchas sobre estos Orioles del 2016. Es decir, que para que ellos tengan una remota posibilidad de ser competitivos, ellos tendrán que ganar su porción de partidos con marcadores de 8-7 y 10-9. O 9-7 y 9-5, como fue el caso del lunes y martes. Pero, ¿quién lleva la cuenta? Ciertamente no la ofensiva de los Orioles, que actualmente se encuentra en camino de anotar... tantas malditas carreras como se necesiten, muchas gracias.

Pero ¿cuán potentes son los bates de los Pájaros Negros? Ellos se encuentran de líderes (o empatados en el liderato) de la Liga Americana en carreras anotadas, jonrones, promedio, slugging y OPS. Ellos se han medido a Chris Archer y Price - los dos mejores abridores que tiene que ofrecer el Este de la Americana - y los golpearon como piñatas, conectándoles de forma combinada cinco jonrones y anotándoles 11 carreras en apenas 10 entradas. Ellos se han volado la barda 10 veces en sus últimos cuatro juegos y ahora llevan ritmo para lograr 301 bambinazos, lo que rompería la marca de todos los tiempos en una temporada de 264, en poder de los Marineros de 1997.

¿Podemos decir que son los Poderosos Pájaros Negros?

Oh, y de paso, ellos están haciendo todo este año sin los servicios del cinco veces Todos Estrellas Adam Jones, quien se ha perdido los últimos cinco partidos con molestias en el oblícuo.

Mientras tanto, su bullpen ha hecho maravillas respaldando una rotación que, en general, ha lucido mejor de lo esperado. Y eso a pesar de la ausencia de Kevin Gausman, quien tiene la apariencia de un futuro as y quizás sea el mejor lanzador abridor de Baltimore, pero que comenzó la temporada en la lista de incapacitados por molestias en el hombro.

Pero a pesar de todo eso, el equipo de Buck Showalter ha logrado siete victorias en fila. Las que, de paso, son la misma cantidad de victorias que los Reales consiguieron al inicio de la temporada pasada, cuando ganaron un pequeño evento llamado la Serie Mundial.

Quizás solo sea una coincidencia. Pero de nuevo, quizás ya haya llegado la hora de comenzar a creer.