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Manny es Manny, con el bate

ORLANDO -- Contra Manny Ramírez se puede argumentar que no tiene condiciones para ser el vocero de un candidato presidencial, director de imagen de un alto funcionario o comentarista de moda durante la alfombra roja de una entrega de los premios Oscar.

También puede decirse que es excéntrico, medio alocado y un poco egoista. Incluso, nadie reclamará si agrega que en ocasiones puede ser necio y hasta detestable.

Pero cualquiera que se atreva a dudar sobre la capacidad de Ramírez para infligir dolor a los lanzadores contrarios está perdiendo su tiempo. A la hora de batear "Manny es Manny" y hay pocos iguales, activos o retirados.

En el primer mes de su carrera en la Liga Nacional, Ramírez fue seleccionado el Jugador del Mes. Eso equivale a decir que fue el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en el único mes que ha estado en el viejo circuito.

Eso significa que desde que llegó a los Dodgers de Los Angeles desde Boston, Ramírez ha sido más destacado que Albert Pujols y Ryan Ludwick, de San Luis; Ryan Braun, de Milwaukee; Chase Utley y Ryan Howard, de Filadelfia; Lance Berkman, de Houston; David Wright y José Reyes, de los Mets, y el resto de la liga.

Todos esos mencionados anteriormente tienen en común que son los principales candidatos al Jugador Más Valioso del circuito, nada más y nada menos.

Ramírez, de 36 años, bateó 415 (de 106-44), con siete dobles, nueve cuadrangulares, 25 carreras impulsadas y 21 anotadas en agosto. En la temporada batea .326 con 30 jonrones y 97 carreras impulsadas con Boston y Los Angeles.

Con tres impulsadas, Ramírez tendrá 12 temporadas de 30 jonrones y 100 carreras impulsadas y la undécima en que batea .300 con 30 jonrones y 100 empujadas.

De toda su carrera, 16 temporadas, Ramírez solamente ha tenido un año "flojo" en Grandes Ligas y fue en el 2007, cuando bateó .296 con 20 jonrones y 88 carreras impulsadas en 133 partidos.

En su primera temporada completa, 1994, bateó .269 con 17 jonrones y 60 empujadas, pero hay que recordar que el torneo fue recortado en agosto debido a la última huelga de jugadores.

A un mes de ser agente libre por segunda vez en su carrera, Ramírez está obligando a los gerentes generales de Grandes Ligas a incribirlo en sus listas de deseos navideños.

Y no importa que sus trenzas sean feas o muy largas, su uniforme ancho y poco elegante y su verbo limitado. Ramírez tiene un swing que muchos quisieran tener.