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Fue rugby de alto vuelo

BUENOS AIRES -- Lo dijimos, era para no perdérselo.

Y nuestras presunciones fueron correctas: pudimos ver un rugby de alto vuelo en esta victoria de los neocelandeses en tierra australiana, para llevarse así el Tri Nations y la Bledisloe Cup.

El primer tiempo fue parejo, con excelentes pasajes de continuidad y fases por parte de ambos equipos, y recuerdo que en el entretiempo, charlando con el Pato Noriega fuera de cámara, hablábamos de la pasividad de la defensa negra y de lo fácil que los Wallabies se metían dentro de ella.

Pero en el segundo tiempo, después del try de Ashley Cooper y luego de dos pincelazos de destrezas por parte de Giteau y el wing Hines, los All Blacks comenzaron a dominar el juego.

Y lo hicieron a través de su agresividad en la zona de contacto, en los rucks, en los tackles. En inglés lo llaman "breakdowns". Allí fue donde los hombres de negro comenzaron a dar vuelta el partido.

Su tercera línea, con Caino, So'oialo y el enorme Mc Caw, no paró de enlentecer, ensuciar y demorar la salida rápida de las pelotas de los australianos. Estar en un "breakdown" contra estos jugadores es como ir a la guerra con una escopeta. Te pasan por arriba, te arrasan con una potencia física y determinación que no deja de sorprender.

De hecho, el partido se termina con un ruck de pelota australiana, en el cual los de negro juegan un tremendo contra-ruck para recuperar la pelota y que Piri Weepu la pateara a las nubes.

Los All Blacks aprendieron la lección. Luego del sinsabor contra este mismo equipo hace un par de semanas, esta vez se adaptaron a las nuevas reglas, jugaron más tácticamente, y Carter otra vez se encargó de dirigir y poner a su equipo en campo contrario con el pie, y no jugar todo de todos lados como en aquella derrota.

Gran y necesaria victoria para un equipo neocelandés que sigue ganando Tri Nations y sigue siendo el mejor del mundo, pero que no puede plasmar esa superioridad cuando realmente cuenta: en los mundiales.

Por el lado de los Wallabies, no todo es negro. Están en pleno proceso de cambio. Están acomodándose a la ausencia de los Gregan, los Latham, los Larkham. Y así y todo siguen siendo competitivos y tuvieron en vilo a los All Blacks hasta la última jugada. Queda claro también que el recambio, estos equipos no lo sienten tanto como nuestros Pumas.

Lo decía el Pato Noriega en vivo: los que vienen debajo de estos monstruos retirados se están preparando hace diez años, desde los 15 o 16 años. Cuando les llega el momento les queda conocer y vivir el rugby test match, les falta solamente esa experiencia. Pero todo lo otro, la preparación física, la alta competencia, los Super 14, ya lo tienen en la mochila.

Cuando uno ve estos partidos, se pregunta cómo hay que hacer para poder estar a ese nivel. Ya lo hablamos hace dos columnas atrás, acerca de las decisiones a tomar del rugby argentino si pretendemos que nuestros jugadores tengan chances contra estos equipos.

Por ahora, la única salida es jugar con todos los jugadores que actúan en el exterior. Son los únicos medianamente preparados para semejante nivel físico y de agresividad. Mientras tanto, nos queda disfrutar y admirar partidos como el del sábado.

Saludos.