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A-Rod debe decidir su camino

Dice mucho acerca de donde estamos, y hacia donde vamos, el que Alex Rodriguez tenga un mapa electrónico a su disposición para ver como maneja su actual crisis.

Él tiene ante si una variedad de posibles destinos, con cada uno conteniendo varias rutas, como si estuviera decidiendo como ir de Nueva York a Jersey y tuviese que escoger entre la Interestatal 95 por encima del George Washington Bridge o, quizás la I-287 por encima del Tappan Zee Bridge.

Bien adentro, él probablemente desea llegar al lugar llamado Legado Intacto y Limpio. Bueno, pues que se olvide. Eso es como tratar de llegar desde el Condado Orange al Dodger Stadium en 30 minutos a la hora pico del tráfico; no va a pasar. El reporte publicado por SI.com se quedará con él por siempre.

Puede tratar de llegar a Duda Razonable, utilizando la popular Ruta de los Suplementos Contaminados. Como si dijera, Me detuve en una tienda cercana y tomé algo del estante, y, por obra y gracia, la botella que tomé tenía esteroides anabólicos.

Pero A-Rod debe saber ya que Rafael Palmeiro trató eso una vez, levantando la pregunta de si las inyecciones de vitamina B-12 que le dio Miguel Tejada estaban contaminadas con sustancias que no sabía que tenía, y, bueno, nadie le creyó.

A-Rod puede optar por irse por Negación Absoluta. Por supuesto, él sabe bien que Roger Clemens todavía está metido en ese lío. Si Rodríguez intenta esa avenida, él podría desencadenar inmediatamente una serie de eventos sobre las que no tendría más control del que tiene Clemens.

Supongan que Rodríguez diga que nunca ha tomado esteroides, que los resultados de las pruebas fueron erroneas y que la historia de SI.com está mal. Bueno, eso ciertamente atraería la atención de los congresistas, que han demostrado repetidamente que no tienen miedo a preguntar (lease, demandar) que las superestrellas del béisbol vengan y digan su historia, bajo pena de desacato. Y si la historia dicha bajo juramento no huele bien, eso podría llevar a más investigaciones. Al final, A-Rod podría desear haber dicho absolutamente nada, ya fuera que se declarara inocente o culpable (donde es probablemente donde se encuentra ahora mismo Clemens, en privado).

Ahora mismo, aparentemente A-Rod no tiene que preocuparse por ningún castigo dentro del béisbol o algún problema legal. Aparenta ser que la única vía que podría cambiar es si él se decide a limpiar su nombre.

A-Rod podría quedarse justo donde está ahora, en el Bulevar de No Comentarios. Le dijo al reportero de SI.com que hablara con la unión de peloteros, y eso quizás le ganó algún tiempo, por ahora. Pero tan pronto como no diga nada, tan pronto como no responda las preguntas, las multitudes de reporteros se quedarán ahí, y las preguntas comenzarán a abacorarlo, a ser mencionadas en cada partido por cada narrador de televisión.

Si él no cree que este cuestionamiento va a suceder, podría ir a hablar con Mark McGwire, quien no quiso hablar del pasado y ahora no puede siquiera visitar un estadio porque sabe que le van a preguntar sobre el pasado. Ese método funciona mucho mejor si estás retirado, como lo está McGwire. Es virtualmente impráctivo para un jugador activo que estará en presencia de reporteros por cerca de unas1,000 horas en el próximo año, a menos que pretenda esconderse todo el año en un cuarto privado en el nuevo Yankee Stadium.

No, cuando A-Rod realmente se siente y piense sobre ello, su mejor esperanza es Lo que Sea que Haga la Vida Más Fácil.

La ruta podría ser un poco más difícil, porque para llegar allí, un hombre al que le importe mucho su imagen tendría que adsmitir que ha mentido por su pasado uso de esteroides; él tendría que admitir que utilizó drogas para mejorar el rendimiento, aun en un momento en el que las Grandes Ligas ya hacían pruebas de dopaje.

Si toma este camino -- algo que un seguro candidato al Salón de la Fama jamás ha hecho -- probablemente aseguraría el hecho de que, a menos que haya un cambio dramático en la perspectiva de los votantes, él nunca dará un discuso en Cooperstown.

Muchos de los votantes no han considerado colocar en sus boletas de votación el nombre de alguien que sea siquiera sospechoso de uso de esteroides, así que uno podría imaginarse como se sentirán sobre alguien vinculado directamente a los esteroides. Muchos de los votantes con los que he hablado me han dicho que nunca votarían por Palmeiro, por ejemplo, porque salió positivo en una prueba de esteroides.

Pero Rodríguez se debe haber dado cuenta ya que su lugar en la historia y su candidatura al Salón de la Fama están dañadas de manera irreparable. Él podría hacer que su día-a-día en el béisbol sea más tolerable.

Andy Pettitte tomó esa ruta el año pasado y admitió que utilizó drogas para mejorar el rendimiento, diciendo que utilizó esteroides en una ocasión. Se fue un pasó más adelante de lo que llegó Jason Giambi, disculpándose de manera específica y reconociendo su error -- a pesar que no hay mucha gente en el béisbol que creen que Pettitte haya utilizado esteroides tan solo una vez. Las multitudes de reporteros desaparecieron rapidamente. Las preguntas se detuvieron. Él llegó rapidamente a un lugar donde puede funcionar y seguir su trabajo de día-a-día sin enfrentar una pila de problemas frente a él.

Pero no está en el instinto de A-Rod el hacer esto. Él no querrá hacerlo. Será difícil. Pero podría ser el camino correcto.

Pero hay otro destino para A-Rod, una ruta más: Honestidad y Apertura.
Él podría hablar acerca de todo: lo que hizo, cuando lo hizo, la razón por la que lo hizo, sus lamentos, sus preocupaciones, efectos secundarios, los beneficios, los costos.

Esto sería algo visto en muy pocas ocasiones en la era de los esteroides -- un tiempo lleno de miles de errrores por los usuarios, por los líderes de la unión, por el comisionado de béisbol y por los dueños de equipos. Y aún así es un tiempo de pocas admisiones vergonzosas y sinceras. El hacerlo así sería lo correcto.

Eso podría ser parte del legado de A-Rod.


LO QUE ESTÁN DICIENDO

• A-Rod necesita confesarse ahora, según escribe Mike Lupica. Solo una disculpa pública podría salvarlo, según escribe Rick Morrissey. No hay lugar donde A-Rod se pueda esconder, según escribe Kevin Kernan.

Los derechos de A-Rod fueron violados por el gobierno federal, según escribe Ken Davidoff.

Los Yankees se tienen que quedar con A-Rod, según escribe Bob Klapisch.

A-Rod ha sido empujado para ser el mejor pero ha terminado siendo su propio peor enemigo, según escribe Tyler Kepner.

Bob Ryan espera que A-Rod esté prestando atención a lo que está pasando con Barry Bonds.

Va a ser una gran temporada para A-Rod, según escribe Wallace Matthews.

Esto ha sido algo más para la verguenza del béisbol, según escribe Tim Dahlberg.

No hay sorpresas sobre las últimas alegaciones, según escribe Patrick Reusse. Rick Telander dice que ni está ni un poco sorprendido.

A-Rod completa el equipo dopado de todos los tiempos de los Vigilantes, según escribe Kevin Sherrington.

El brillo de A-Rod está manchado, según escribe Gil LeBreton.

Es seguro decir que la controversia por el libro de Joe Torre se desvanecerá ante el lío de A-Rod, según escribe Bud Shaw.

La duda acompañará los logros de A-Rod, según escribe Jerry Brewer.

A-Rod es apenas la más reciente punta del témpano de toda la industria, según escribe Ray Ratto.

La reputación de Ken Griffey Jr. va en aumento, según escribe Troy Renck.