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Nos vemos mañana

El 30 de abril quedará en mi cabeza como el día en que quise cerrar la puerta del Diario de Voces, y la reabrieron a patadas.

Así que nos vemos mañana.

Tienen razón. Tal vez el Diario ya no sea mío. Ni siquiera puedo cerrar la puerta.


Amigos, y por favor denle a la palabra 'amigos' la máxima connotación que se les ocurra, mi razonamiento es el siguiente:

El "Diario de Voces" presupone que el lector sabe que las declaraciones publicadas son verdaderas. Rota esa premisa, ¿qué sentido tiene el Diario?

Dicen en periodismo que la credibilidad se edifica en 10 años, y se derrumba en 10 segundos.

La decisión de cerrar el Diario me pareció inevitable. Sin credibilidad, el Diario no tiene sentido. Si todo lo que se dice aquí puedo estar inventándolo yo, ¿de qué sirve leerlo?

Estábamos en el segundo año del Diario, con miles y miles de citas, declaraciones, palabras. Y hasta ayer me había pasado de todo, pero nunca me había pasado publicar algo que alguien no había dicho.

Bueno, en realidad sí lo había dicho, pero no eran palabras suyas.

Así tomé la decisión obligada. Cerrar un producto que ya no tenía razón de ser.

Pero entonces llegaron mensajes. Eran las primeras horas de la mañana, y llegaron mensajes.

Y siguieron llegando.

Sinceramente --esto es verdad, no un libreto-- pensé que algunos lectores se enojarían, expresarían su enfado, y listo, el Diario desaparecería en la nada, tal como apareció de la nada.

Pero nadie se enojó, nadie protestó, todos respetaron mi decisión... y amablemente me pidieron que la reconsiderara. Y no fueron algunos. Fueron muchos.

Así que aquí estoy, reconsiderándola.

Estoy discutiendo mucho el asunto con Rafa Zamorano, quien recurrió a un "golpe bajo" cuando me hizo pensar qué les diría a mis hijos si estuvieran en mi lugar.

La verdad es que les diría lo que me están diciendo ustedes. Les diría que se pongan el casco y entren a jugar otra vez.

Actualizo esta edición porque quería hacer algo acerca de los comentarios. Me parecía una falta de respeto quedarme callado.

Leí cada uno de sus comentarios... y descubrí que quizás el Diario todavía tenga sentido.

Tal vez el sentido sea darle a alguien un momento de distracción antes de empezar sus labores, acompañar a alguien en el café, informar alguien que disfruta de la NFL a la distancia, hacer sentir a alguien más cerca del equipo que adora aunque lo tenga lejos.

Si el Diario sirve para darle un lugar a tipos que se pelean con su esposa cuando un partido cae cerca de Navidad, tal vez todavía tenga sentido.

Si me preguntan cómo fue mi mañana. Vacía. Haciendo otras tareas para el sitio, sin nada que escribir.

¿Qué hacía yo a la mañana antes del Diario? ¿En qué ocupaba esas horas?

En fin. Como ven, estoy reconsiderando la decisión.

Todavía estoy furioso con lo que pasó, para decirlo en forma publicable.

Haré entonces lo que me dice Rafa: esperaré a enfriarme... y lo pensaré otra vez.


En la edición de ayer publiqué una frase de Matthew Stafford, mariscal de Detroit, sin saber que no le correspondía a él, sino que formaba parte de un libreto preparado por guionistas.

Yo tenía la primera parte de sus declaraciones, que sí eran de él: "Este deporte es un juego de equipo. Yo sólo seré una pieza en el engranaje. Pero soy un tipo competitivo, así que trataré de estar listo para jugar lo antes posible".

Y después recibí este cable de AP:

Associated Press

NEW YORK -- Detroit Lions top pick Matthew Stafford appeared on Monday night's Late Show with David Letterman, reading the Top Ten list.

The quarterback, who starred for three years at Georgia, was taken with the first pick by the Lions in the NFL draft Saturday. Stafford will try and help the Lions overcome the first 0-16 season in NFL history.

"If the Lions win one game this year, I'm a hero," Stafford joked on the show.

Detroit desperately needed a quarterback to help turn around a team which has had the worst eight-year stretch in the league since World War II.

Copyright 2009 by The Associated Press

Entonces agregué la oración que citaba este cable, pensando que se trataba de una broma de dudoso gusto salida de la mente de Stafford, y no de un guión, algo que AP no aclara.

Más tarde, y por esto agradezco haber agregado este año la sección "Voces de Lectores", me enteré de la verdad, gracias a comentarios de los amigos alejandromoran y pentasvatios.

Jamás publico una información si no estoy seguro de qué se trata. Y para mí, la agencia AP era una seguridad. Pero no voy a responsabilizar a AP, porque la culpa es enteramente mía. Yo era el único responsable de lo que publicaba en mi Diario.

Al leer los comentarios de alejandromoran y pentasvatios, busqué el video del programa de Letterman, y verifiqué que se trataba de un libreto.

Tendría que haberlo verificado antes.

Un error imperdonable.

Lo que debo hacer en primer lugar es en este acto pedirle disculpas a Matthew Stafford. Mis sinceras y absolutas disculpas.

Lo que manda la ética periodística en estos casos es dedicar, para aclarar el error, un espacio igual al que ocupó el error. El error ocupó una oración. Yo estoy dedicando a aclararlo una edición completa, que será la última en la vida de este Diario.

En segundo lugar debo disculparme con los lectores. Mis sinceras y absolutas disculpas a todos.

Por último me queda tragarme mi vergüenza, y llamarme a silencio.

Con este error, el Diario de Voces ha perdido toda credibilidad, así que ya no tiene razón de existir.

Fue una hermosa aventura mientras duró, pero aquí se acaba.

Me llamo a silencio.