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La legión cubana en boxeo

Tres de los máximos exponentes del boxeo profesional cubano tuvieron actuación dispar en la última semana. Perdió Odlanier Solís (17-1), empató Erislandy Lara (15-0-1) y ganó de forma fácil Yuriorkis Gamboa (20 -0-0). Yudel Johnson (10-0) y Yunier Dorticós (12-0), por su parte, ganaron ante exigentes rivales y tal vez sea lo más rescatable en el balance general.

Vamos por partes. A nadie le ha quedado claro que fue lo que ocurrió con Solís, que perdió por un nocaut inexistente ante Vitali Klitschko, por el cetro pesado del Consejo Mundial de Boxeo, luego de sufrir una grave lesión en la rodilla.

La televisión no permite apreciar ningún golpe demoledor sobre la humanidad del cubano ni tampoco un momento exacto para una doble lesión. ¿Subió lesionado? Todos se realizan esa pregunta, pero nadie ha respondido aún. Por ello, ha sido una extraña derrota. El boxeador cubano debe ser operado de su rodilla derecha. Así lo informaron los médicos del Hospital Universitario de Colonia. Ellos indicaron que Solís sufrió daños en los ligamentos cruzados, en la cápsula de rodilla y en el menisco.

Lo de Lara, pasa por otros parámetros. Subió al cuadrilátero en la última cartelera de ESPN como absoluto favorito, en una pelea de mero trámite previo a su gran oportunidad por un titulo mundial. El mexicano Carlos Molina (17-4-1), un rival poco conocido y con dos años de inactividad, parecía ser la víctima propicia en su raudo camino hacia la cumbre. Sin embargo, todo salió al revés. Molina, apenas con un simple plan de pelea (quitarle distancia y golpear por dentro) desnudó las carencias de Lara, a quien muchos hasta el viernes lo veían como la octava maravilla del boxeo profesional. Por mi tarjeta, Molina ganó por una diferencia de dos puntos, algo en lo que coincidió uno solo de los jueces. Los otros vieron un empate, empate mayoritaria que le permite al cubano conservar su invicto y sostener su chance de ir en el futuro cercano por una pelea de título.. Eso sí, deberá su equipo reevaluar su estrategia y poner en su cabeza que a nadie se le gana antes de enfrentarlo. Es decir, la humildad de los grandes campeones.

El sábado asistimos a una nueva presentación de la figura mayor de la legión cubana, El Ciclón de Guantánamo Gamboa que enfrentó al mexicano Jorge Coloradito Solís.(40-3-2).

Excepto ante Orlando Salido, a quien le arrebato el cinturón pluma de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) por decisión, Gamboa no se había probado frente a los mejores. Muchos creían que Solís, el mismo que le aguantó casi ocho asaltos a Manny Pacquiao , y gobierna uno de los cinturones de las 130 libras, daría la pauta de lo que podemos esperar del cubano. Sin embargo muchos terminaron desilusionados.

¿Alguien reconoció esa versión de Solís, incapaz de soportar dos golpes seguidos? ¿Alguien entendió porque nunca aprovechó su mayor alcance de brazos o no utilizó el jab como tímidamente le reclamó su esquina? ¿Alguien entiende como se expuso de guardia abierta ante un hombre que se sabía de antemano tenía como principal arma la velocidad? No se sorprenda, después de perder en ocho con Pacquiao en el 2007, Solís no salió mas de México. A excepción de Mario Santiago no enfrentó a nadie con cierto renombre y además, fue vencido por Cristóbal Cruz dueño de una foja de 39-12.

Al final del combate, Solís alegó que la potencia en la punta de los puños de Gamboa hizo la diferencia. Capaz que tiene razón, pero es la primera vez que alguien se queja de ello. En la teoría el Coloradito debió dar mejor pelea, por más que no fuera favorito
Gamboa es un boxeador excelente. Técnico, veloz y dueño de una espectacular condición física.

Pero enfrenta dos problemas. El primero superar su baja estatura para un peso (126 libras) donde la mayoría de los rivales es de mayor alcance y estatura. El otro problema, probarse ante los mejores. Ojala que la pelea con Juan Manuel Lopez finalmente ocurra como los dos desean. Pero, tengo mis dudas ya que dependerá de una tupida madeja que solo pueden desenredar los imprevisibles promotores. De todas maneras hay una larga lista de oponentes adecuados para un aspirante a leyenda: Elio Rojas, Miguel Angel García, Chris John, Celestino Caballero, Daniel Ponce de Leon y hasta Rafael Márquez.

La legión cubana está poblada de excelentes pugilistas, con un brillante pasado amateur. Sin embargo la estrategia de llevarlos por un camino sembrado de rivales fáciles los confunde e impide conocer sus límites. Este viernes Erislandy Lara se topó de frente con esa realidad. Pero no se asusten, al final hay una buena noticia. Luis de Cubas Jr., mánager del mediano junior cubano, justificó la mala actuación de su apoderado en diversos problemas previos a la pelea e informó de su interés en promover una revancha con Molina.

En el saldo favorable, debemos anotar, asimismo, el trabajo de dos prometedoras figuras de esa legión, los invictos Johnson y Dorticós. El primero debió probarse ante el difícil colombiano Richard Gutiérrez a quien venció por KO mostrando gran superioridad. En el caso de Dorticós volvió a ganar por KO y mostró que si es bien conducido está llamado a grandes cosas.