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Fognini: acostumbrarse a ganar

Fabio Fognini y su segundo título ATP Getty Images

HAMBURGO -- Llegaba de ganar su primer título ATP. Avanzó a la final sin perder sets y dejando en el camino a dos Top 15. Levantó tres match points. Volvió a coronar un domingo con los brazos en alto. Y ahora es Top 20 por primera vez. Difícil no detenerse ante las postales del paso de Fabio Fognini por Hamburgo. Por eso, y porque de la increíble vuelta de Ivo Karlovic ya hemos hablado, para ESPNtenis.com el italiano fue la figura de la semana.

A los 26 años, Fognini disfruta el mejor momento de su carrera, instalado en el puesto 19 y llevando a 10 partidos su racha invicta. "Fueron días increíbles, no lo puedo creer todavía. En la final quizás tuve algo de suerte, estuve algo nervioso. No jugué del todo bien, pero luché muy duro. Creo que esa fue la clave", resumió el italiano.

Excéntrico, quisquilloso, algo soberbio también. Dentro de la cancha Fognini suele ser un enigma. Lo que cambió tuvo que ver con el afuera. Desde noviembre de 2011, trabaja junto a José Perlas, exentrenador de jugadores como Juan Carlos Ferrero, Guillermo Coria, Carlos Moya, Janko Tipsarevic y Nicolás Almagro.

Hasta el arribo del español, el italiano estaba 48° y no registraba finales ATP. En 2012 llegó a dos (perdió ambas) y en 2013 tuvo su -doble- bautismo triunfal, además de alcanzar por primera vez las semifinales de un Masters 1000 (Monte Carlo).

"Fabio lee el juego como un libro. Su anticipación de dónde va a ir la siguiente pelota es especial. No necesita estar todo el tiempo corriendo. Y cuando lo hace, es muy explosivo", decía Perlas sobre Fognini tiempo atrás.

Para el español, el temperamento del italiano tiene un origen positivo: "Me impresiona lo que sufre por el juego. Demuestra que realmente quiere ser grande. Allí es donde empezó y terminó mi atracción hacia él como jugador, no su talento. La ATP está lleno de eso".

Sólido desde la base y con una derecha que hace daño, Fognini ha sumado a su tenis regularidad y concentración. La necesaria para levantar tres match points en la final de un ATP 500 o volver al partido tras estar set y 4-1 abajo. Incluso para vencerse a sí mismo y no dejarse llevar por la bronca y las escenas de protesta, como la que tuvo lugar al inicio del segundo parcial.

Con todo, Fognini ha encontrado un equilibrio que ya le dejó saldar por duplicado una vieja deuda pendiente. Y hasta lo catapultó a un lote impensado hace algunos meses. De darse algunos resultados (o ciertas bajas), podría llegar entre los 16 primeros preclasificados al US Open. ¿Habrá lugar para que siga subiendo?