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La suma de las partes

BUENOS AIRES -- Luego de 24 años en el archivo, la AFA decidió retomar el hábito de las liguillas. A falta de una, esta temporada hay dos: partidos aquí y allá para lograr un lugar en la Libertadores y en la Sudamericana.

Lo que se dice un aprovechamiento integral de la competencia. La idea es que el interés no se agote en la lucha por el título y por evitar el descenso.

En medio de la tabla también trae premio. O, por lo menos, la posibilidad de acceder a él.

La liguilla clasificatoria para la Copa Libertadores tiene un atractivo extra. La chance de que se crucen en su definición los archienemigos de Avellaneda.

Los dos grandes, aun cuando no se enfrenten, jerarquizan el breve torneo. Potencian su resonancia.

Para Racing puede resultar un consuelo. Tiene fresco en la memoria la vuelta olímpica de la mano de Cocca.

Pero para Independiente, el regreso a la Libertadores, de la cual, décadas atrás, supo ser un protagonista hegemónico, tiene un significado que excede los resultados circunstanciales.

Luego del descenso, la recomposición sigue su curso. No sucede de un día para otro. Acceder a las grandes galas continentales representaría recuperar parte de la autoestima averiada luego de años de deriva.

La elección de Mauricio Pellegrino como entrenador a mitad de este año sonó desde el primer momento como una apuesta al profesionalismo y el trabajo paciente, antes que al efectismo de quien sólo pretende aliviar la ansiedad de los hinchas.

Sin grandes volantazos ni figuras descollantes, el equipo fue tomando forma, desarrollando un juego compacto y la personalidad suficiente para afrontar momentos adversos sin deprimirse ni agitar fantasmas del pasado reciente.

Ante Belgrano, el Rojo dio una prueba cabal de su actualidad. Absorbió la desventaja temprana con temperamento y fútbol. Y pasó de emparejar la disputa a aplastar a un rival de jerarquía.

Sobriedad defensiva por un lado. Y equilibrio y eficacia de la mitad del campo en adelante, donde el rescate de Benítez (elección pura y exclusiva del ciclo Pellegrino) es crucial.

A Independiente no le sobra nada. Pero explota al máximo sus capacidades. La experiencia de Cebolla Rodríguez, la astucia de buscavidas de Vera, la claridad de Méndez.

A punto tal que la lesión de Mancuello encontró una sustitución más que apropiada. Pisano, con la debida orientación de un técnico avezado, es un jugador desequilibrante como pocos.

Quién iba a decir que el equipo sobrellevaría sin trauma la ausencia de Mancuello, durante largo tiempo su emblema y su carta más poderosa, sin la cual se sentía indefenso.

Independiente es ahora la suma de las partes. Pellegrino, de a poco, articuló pieza por pieza. Llevando al estrellato el rendimiento colectivo.

Pase lo que pase en la Liguilla, el equipo ha retomado un camino que parecía perdido.