BARCELONA -- Luis Enrique, cuya relación con los periodistas que conviven alrededor del FC Barcelona es tan fría en el aspecto profesional como inexistente en el personal, se sinceró en un programa de televisión, al que acudió de manera excepcional, y en el que vino a confesar que su relación con los entrenadores, durante su etapa de jugador, no fue especialmente estrecha.
Y ahí el técnico azulgrana, sin extenderse demasiado, sí descubrió algunas facetas personales ligadas a su ámbito profesional.
“El Luis Enrique jugador se hubiera llevado bien con el Luis Enrique entrenador, porque valoro el perfil de un jugador que se vacía y lo deja todo en el campo” afirmó el asturiano, durante una distendida charla.
Además, sin querer personalizar, Luis Enrique aseguró que le molestaba mucho, durante su etapa de jugador, según qué maneras de sus técnicos.
“Sufrí al típico entrenador pesado que se pasa el partido tocándote los huevos por jugar en la banda” comentó divertido, destacando que él intenta huir de esa manera de actuar:
“Yo intento, aunque no digo que lo consiga, que al que me toca por allí no decirle todo lo que debe hacer el equipo porque yo no lo soportaba”. En este sentido, descubrió una anécdota de su etapa como jugador.
“Un día, jugando como lateral derecho, el entrenador me dijo que regateara con el cuerpo. En un minuto me pongo a hacerlo y me olvido del balón, el rival me robó la pelota y nos hicieron un contragolpe. ¿¡Quién me mandaba a mí hacer caso del entrenador!?" comentó divertido, ocultando el nombre del entrenador del momento…
Aunque todos los pensamientos pudieran dirigirse hacia Louis van Gaal, que le dirigió en el Barcelona durante dos etapas entre 1997 y 2002.
El entrenador azulgrana afirmó en la víspera del choque contra la Roma, durante la rueda de prensa, que “no tengo amigos periodistas”, lo que después se demostró una frase incierta, cuando se le vio en un plató junto a Antoni Daimiel, periodista especializado en baloncesto compartiendo unos minutos con él y los ex jugadores internacionales españoles Jordi Villacampa y Juanma Iturriaga.
Luis Enrique, en un ambiente muy distendido, confesó que de niño “me gustaba mucho el baloncesto” y que se acabó decantando por el fútbol porque “no tenía aptitudes físicas para el basquet”.
A pesar de ello descubrió sus ídolos, colocando al frente, como tantos, a “Jordan”, para después centrarse en jugadores que marcaron una época en el baloncesto español. “Yo era de Jordan, de Epi, de Sibilio, De la Cruz… Esos” resumió.