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Equi Fernández, la excepción que se está volviendo regla en el Boca finalista de la CONMEBOL Libertadores

Ezequiel 'Equi' Fernández es uno de los puntales en los que se basa el fútbol de Boca Juniors y que está listo para cumplir un papel importante en la gran final de la CONMEBOL Libertadores que se jugará el sábado 4 de noviembre en el Maracaná ante Fluminense.

El caso de 'Equi' es bastante especial, ya que es de los pocos que pudo traspasar una barrera que por momentos pareció infranqueable en la historia reciente del club: irse a préstamo con el objetivo de sumar rodaje y luego regresar y convertirse en pieza clave.

Fernández se fue cedido a inicios de 2022 con apenas tres partidos en Primera División, entre ellos dos de emergencia por el episodio ocurrido en Brasil ante Atlético Mineiro, que provocó que todo el plantel deba permanecer aislado. Boca jugó ante Banfield y San Lorenzo con un plantel absolutamente juvenil, con el volante como estandarte y líder. Para el partido ante el Taladro, el mediocampista en aquel momento de 18 años decidió jugar infiltrado y con un fuerte esguince en su tobillo derecho, a pesar de las recomendaciones de los médicos.

Equi pasó a Tigre para disputar la temporada 2022 y sumar rodaje, algo recurrente en el club y en los equipos grandes. En el Matador, Fernández consolidó y mostró todas sus condiciones para ser un futbolista de clase.

El pibe que admira y tiene como referente a Sergio Busquets en su puesto, enseguida dejó ver que esa admiración no era casual, porque su juego tiene características similares a la del astro español. Un futbolista con pie exquisito, prácticamente ambidiestro y con un enorme panorama para asistir compañeros y buscar la mejor opción a cada jugada. Sí, también se viene a la mente su otro ídolo, Juan Román Riquelme.

En Tigre jugó junto a Sebastián Prediger, lo que le permitió tener más libertades creativas y de movimiento. Fue eje del centro del campo y una de las figuras del equipo que alcanzó la final de la Copa de la Liga 2022, en la que cayó justamente ante Boca. En total disputó 42 partidos con la casaca del Matador de Victoria.

En 2023 hizo su retorno a Boca y allí empezó a romper con el estigma de los futbolistas que regresan de sus préstamos. El primer semestre alternó titularidades y suplencias, aunque fue importante en sus ingresos, aportando frescura y juego al equipo cuando lo necesitaba.

Ante la salida de Alan Varela en el mercado invernal rumbo a Porto, Equi se transformó en su heredero natural y se hizo parte fundamental del mediocampo junto a Pol Fernández y Cristian Medina. También potenció esa línea la irrupción de Valentín Barco, otro de los juveniles que hablan su 'mismo idioma futbolístico' en la cancha.

Más allá de no ser un "volante con gol", su aporte es vital en diversas fases del juego. Tiene mucha marca y distribución de la pelota, además de brindar algunos 'intangibles', como el manejo de las situaciones cuando hay que controlar el ritmo del partido, bajar las revoluciones en momentos clave y relevar para cubrir espacios dejados por compañeros.

El oriundo de San Miguel cumple un papel muchas veces silencioso, pero no por eso menos importante. Asimismo, rompió con un axioma que parecía irreversible, ante un Boca siempre necesitado de logros y rendimientos inmediatos y muchas veces forzado a salir al mercado a comprar futbolistas que no podía encontrar o no sabía explotar en casa.

Como su caso se pueden nombrar en menor medida el de Nicolás Valentini, que pasó a préstamo por Aldosivi de Mar del Plata y se hizo importante en la defensa ante ausencias por lesión o suspensión de Marcos Rojo y Nicolás Figal, quedando un paso por encima en la consideración, por sobre Bruno Valdez. También se puede contar el de Marcelo Weigandt, que tuvo un ciclo por Gimnasia LP y ante la posibilidad de volver a irse prefirió quedarse y convertirse en una buena opción por el lateral derecho en esta Libertadores, sobre todo cuando Luis Advíncula jugaba como carrilero o extremo.

Este Boca 2023 cambió con respecto a lo que se venía haciendo en los años anteriores y Equi Fernández es la excepción que empezó a romper la regla.