BARCELONA -- Fermín López se convirtió el sábado en el protagonista tan estelar como inesperado de un Clásico que recordará el Barça por la goleada y maldecirá el Real Madrid por los postes.
El duelo entre los dos gigantes del futbol español que llenó las gradas del AT&T Stadium de Arlington dejó algunas consideraciones a tener en cuenta: el fichaje de Oriol Romeu es un lujo para Frenkie de Jong, Carlo Ancelotti necesita un sucesor de primer nivel para Karim Benzema, Alejandro Balde aprendió a añadir pausa a su velocidad y mando vertiginoso por la banda... Y Fermín López apareció de la nada para ganarse, por lo menos, la consideración de todo el barcelonismo.
Nadie esperaba al andaluz en esta pretemporada. Se hablaba, y se habla, de Abde como el mejor ejemplo de una cesión con buena nota y se discutía el acierto o error de Xavi Hernández por no creer en Nico González hasta el punto que el Barça le traspasó (por 8,5 millones de euros) al Porto horas antes de enfrentar al Madrid en Texas. Pero después de una semana de entrenamientos en Barcelona el técnico azulgrana decidió incluirle en la nómina de viajeros a Estados Unidos.
Y dándole la ocasión de debutar frente al Arsenal, obsequió su "buen trabajo en los entrenamientos" concediéndole 25 minutos largos en un Clásico entonces por decidir, en plena lucha y más necesitado de galones que de pruebas. Y ahí apareció Fermín, rodeado de estrellas, aparcando su timidez y reivindicando su figura.
Hasta el punto que al acabar el partido Xavi, a la vez que admitía la necesidad de seguir trabajando, le abría la puerta al canterano porque "nos puede ayudar mucho. Tiene un perfil que echamos de menos la pasada temporada. Me gusta su desparpajo, se atreve, no tiene miedo, pide el balón y sabe jugar con sencillez. Y eso es muy difícil en el Barça".
EN CAMINO
A partir de aquí es difícil pronosticar el futuro de Fermín, un futbolista multiusos que tanto puede actuar de mediapunta como de volante, escorarse al extremo y hasta tomar el timón en el mediocentro en caso de necesidad.
De momento el suyo ha sido el éxito de la paciencia y la perseverancia. Fichado por el Barça en edad infantil tenía tanta calidad técnica como límitaciones físicas. "Era muy poca cosa físicamente. Muy inferior a sus rivales, el más pequeño del equipo" apuntó en su momento Jordi Roura, su descubridor en un torneo alevín.
Durante su permanencia en la cantera nunca fue indiscutible pero siempre fue necesario. La palabra "paciencia" pasó a ser su razón de ser y a cada final de temporada sorteaba los cortes, ascendía en el escalafón y mantenía su figura a la sombra de otros jugadores más exhuberantes. Nunca fue indiscutible en infantil, tampoco en cadete y solo comenzó a dejarse notar de manera especial en su segundo año de juvenil...
Hasta que al acabar la temporada 2021-22 habiendo jugado 37 partidos en el Juvenil A del Barça que conquistó el doblete junto a Gavi, Chadi Riad, Arnau Solà, Marc Casadó, Ilias Akhomach o Víctor Barberá el club le convenció para renovar su contrato hasta 2024 y salir cedido, abandonar su zona de confort y mostrarse lejos de casa.
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Se eligió el Linares, en Primera Federación, y allí su eclosión sorprendió a propios y extraños. Ya fuera como extremo izquierdo o volante Fermín se destacó como el mejor jugador del equipo andaluz, anotó doce goles, sirvió cinco asistencias y volvió a Barcelona, pendiente de resolver su destino, entre el filial o una nueva cesión.
"Siempre supimos que era un caso especial, un chaval inferior físicamente y al que se tenía que esperar que diera el estirón porque cuando el físico le acompañase su talento haría todo lo demás" convino Roura. Y ese talento lo demostró primero en unos entrenamientos que sorprendieron a Xavi. Y después en un partido de inmejorable impacto.
Hoy su destino se adivina en el filial de Rafa Márquez... Pero con los ojos de Xavi pendientes de él. En Arlington solo dio un paso. El primero que puede, o no, convertirle en un nuevo Gavi, una nueva estrella en el firmamento azulgrana.