En menos de un año en el club, Flick consiguió lo que no pudieron hacer Valverde, Setién, Koeman y Xavi: que el Barça sea un equipo reconocible, con un ADN que lo hace distinto al resto.
El FC Barcelona recuperó el valor más importante que tenía extraviado desde hace varios años, la identidad.
En la recta final de una temporada que roza la excelencia, el equipo está vivo y en posiciones de privilegio para pelear por todos los títulos disponibles (3).
Sin embargo, más allá de que se consiga o no el objetivo principal que es conquistar campeonatos, este Barça ya ganó desde que el presidente Joan Laporta tomó la decisión —polémica y que en su momento parecía injusta— de prescindir de Xavi Hernández para contratar a Hansi Flick.
En menos de un año al frente del club, el alemán consiguió lo que no pudieron hacer Ernesto Valverde, Quique Setién, Ronald Koeman y el propio Xavi: que el Barcelona sea un equipo reconocible, con un ADN que lo hace distinto al resto.
Hoy no son pocas las voces que señalan a los azulgrana como el conjunto que practica el mejor futbol en toda Europa, con un estilo definido al que se abrazan y en el que creen ciegamente.
MENTALIDAD
Ya no es más el equipo de los pretextos (el clima, el horario, la cancha, los árbitros, etcétera), recuperó la memoria, apeló a la cantera y de nueva cuenta compite y gana con la dignidad y personalidad que demanda su historia.
El mayor mérito del entrenador alemán radica en la disciplina y confianza que ha implementado en el club. Se acabaron los experimentos, las excusas y los discursos derrotistas, pues en el Barça no hay lugar para la resignación, con todo y que los golpes de los años anteriores hayan sido dolorosos.
Tampoco hay futbolista consentidos ni “amigos” del entrenador. Salta a la vista que la competencia es a tope y juegan los mejores, sin importar las edades, los nombres o la jerarquía.
Varios futbolistas, Pedri uno de ellos, han declarado que el equipo entrena más y mejor en relación con la campaña pasada, lo que les ha permitido mantener un nivel los más de 90 minutos en cada partido.
Flick es sumamente estricto con el tema físico y es uno de los pilares para que hoy el Barça atraviese por un inmejorable momento.
El aspecto de sargento imperturbable es sólo una fachada, pues sus propios jugadores han revelado que en el trato cercano se da tiempo de bromear y de establecer una conexión para transmitir confianza y sobre todo, libertad.
El FC Barcelona goleó 4-0 al Borussia Dortmund en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League. Carolina Guillén, Carolina De Las Salas y Richard Méndez con el análisis.
ESTILO
Si bien el Barça tiene un estilo y una filosofía que lo hace único, Flick no está pelado con la eficiencia, y si es necesario menos elaboración para llegar al gol, se toma dicho camino.
El equipo actual es camaleónico, así como tiene grandes pasajes de verticalidad y de apostar por el desequilibrio, llega un un punto durante los partidos en los que se abraza a la posesión de la pelota, a la salida limpia desde los pies del guardameta y a no dividir tras uno o dos toques.
No es que el Barcelona de Flick renuncie al ‘tiki-taka’, es que incrementó sus herramientas para no volverse predecible. Así de simple o así de complejo.
Y en honor a la verdad, parece difícil que alguien —seguidor del club— tenga alguna queja hasta el momento.
RESPETO
Al Barcelona le habían perdido el respeto en Europa y en la propia Liga. Desde la salida de Leo Messi dejó de ser un equipo temible y que prácticamente en cada plaza se plantaba para imponer condiciones.
Esto, evidentemente mermó a los jugadores, provocó un ambiente de desconfianza e inseguridad.
Ya no era un sitio atractivo o el sueño dorado de cualquier futbolista jugar para el Barça, y Flick ha conseguido revertir esta situación.
La cantera es la gran bandera de este proyecto y no hay nadie mejor que los chicos con más de 10 años en la institución para recuperar los valores y la confianza perdida.
No son ni se sienten menos que nadie, no hay pánico escénico ni actitudes derrotistas.
“Sí, podemos ganar el triplete, somos el Barça”, lanzó hace unos días Lamine Yamal, la joya culé de 17 años que apunta a escribir una historia inolvidable en el club y en el futbol.
Personalidad, orgullo y respeto son valores que no le van a faltar a este Barça que se reconstruyó a partir de los pilares que sembró Hansi Flick, el ‘arquitecto’.