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Sergi Samper se lesiona en su primer partido de la temporada

El cantero tuvo que volver a la banca a derramar lágrimas de impotencia ante una nueva contrariedad. Getty Images

Sergi Samper sigue peleando contra la desgracia. Y sigue perseguido por la mala suerte. El canterano, que al acabar el mercado de verano consiguió arrancar un número en la primera plantilla a Ernesto Valverde descartando una salida que se consideraba más que probable, se lesionó en León, en su primera aparición esta temporada, después de 10 meses inactivo.

Su imagen llorosa en el banquillo, apenas transcurrida la primera media hora del partido entre el Barça y la Cultural Leonesa, fue dolorosa más allá de los colores, contemplando la impotencia de un futbolista que siempre antepuso su ilusión por llegar al primer equipo azulgrana a cualquier oferta que recibiera.

Reclutado por Paco Jémez para el Granada, el pronto despido del entrenador y el cambio de sistema en el equipo andaluz lastró su aventura… Y la desgracia le atizó después, cuando el propio Jémez llegó a Las Palmas para convertirle en el eje de su equipo y sufrió, el 6 de enero de 2018, una gravísima lesión que le apartó de los campos hasta final de temporada.

Nunca llegó a tener ocasiones en el primer equipo azulgrana. Ni Gerardo Martino, ni Luis Enrique ni, tampoco, Valverde, le dieron los minutos que un día se consideraron seguros, viendo su excelente trayectoria en la cantera, culé desde siempre y con la única idea de ganarse un lugar en el club de su vida.

NO A WENGER

Tal fue así que en el verano de 2011 el Arsenal le vino a buscar con la intención de incorporarle, apenas cumplidos los 16 años, a su cantera y con un plan preestablecido para llevarle hasta el primer equipo, con el patrocinio directo de Arsene Wenger.

El club gunner le puso un contrato muy lucrativo sobre la mesa. A él y a su amigo Héctor Bellerín… Y mientras el lateral no se lo pensó y solventó marcharse a Londres, Samper decidió apostar por su Barça.

Siguió superando etapas, primero en el juvenil y luego, con Eusebio, en el Barça B, llegando a ser premiado como mejor centrocampista de la Segunda División española en 2014.

Pero ahí se clavó su escalada. Luis Enrique apostó por el regreso de Rafinha y en la temporada 2014-15 siguió en el filial, jugando 7 partidos con el primer equipo en el curso siguiente antes de entender que sólo podría ganarse el respeto a través de una cesión al fichar en el verano de 2016 el Barça a Denis (que volvió del Villarreal) y André Gomes.

Y tras una temporada desgraciada en el Granada, con cuatro entrenadores de los que sólo el primero, Jémez, creyó en él como líder del equipo, marchó a Las Palmas para reencontrarse… Y caer lesionado en el peor momento y de la peor manera.

Al cabo de diez meses reapareció en León, dispuesto a demostrarle a Valverde que sigue teniendo aquella calidad que tanto dio que hablar en la cantera. Pero a la media hora de partido sufrió una lesión muscular. Y se fue llorando. Unas lágrimas que sobrecogieron a cualquiera.