BARCELONA -- “Siempre nos quedará París”. Así despidió Humphrey Bogart la inolvidable ‘Casablanca’, una película de culto, y así recuerda el barcelonismo la segunda Champions de su historia, una cita legendaria en su recuerdo.
Este 17 de mayo se cumplen diez años de la conquista del trono europeo en la capital francesa por el equipo que dirigido por Rijkaard y liderado por Ronaldinho alcanzó la eternidad bajo una tormenta de agua y felicidad.
El Arsenal del incombustible Wenger, del brillante Henry y del efervescente Cesc llegaba por primera vez a la final y estuvo cerca de derrumbar el sueño azulgrana, pero la inteligencia de Larsson, la puntería de Eto’o y la fortuna de Belletti le dieron la vuelta a una final imposible de olvidar.
Imposible de olvidar porque, más allá de que fuera la primera después de 14 años desde la Copa de Europa lograda en Wembley a través del zapatazo de Koeman, la final de Saint-Denis personaliza un antes y un después en la historia del Barcelona. Y en la del fútbol en general.
Aquel 17 de mayo se instaló en lo más alto una personalidad propia que demostró estar preparada para tomar el relevo y marcar una tendencia que sigue siendo referencia, porque aquel 2-1, para algunos milagroso, fue un punto de inflexión en el club.
Messi, enojado por no entrar en los planes de Rijkaard al salir de una lesión, no podía imaginar en ese momento que al cabo de diez años el Barça sumaría 25 títulos, que sería el más galardonado en España y en el Mundo y que con él al frente conquistaría la consideración del mejor de la historia.
Belletti, el héroe inesperado, regresó este 17 de mayo al plano en la celebración de este décimo aniversario que el Barça devolvió al escenario a través de las redes sociales, viviendo toda la jornada como si fuera aquel día, desde sus horas previas y con más de 20 mil aficionados desplazándose a París para vivir desde el mismo estadio desde París si no tenían entrada, una jornada imposible de olvidar.
Iniesta y Messi permanecen aún en la plantilla que comenzó el tránsito entre la decandencia y la eternidad, que ganaron la Liga en la temporada 2004-05 y han vuelto a ganarla once años después por octava vez. Que formaban parte del grupo que llevó Rijkaard a lo más alto y, después, se convirtieron en leyenda a la órdenes de Guardiola para siendo con Luis Enrique jugadores de referencia para el fútbol mundial.
Hay quien dice, quien asegura, que en aquella noche lluviosa de París el destino quiso hacerle un guiño al Barça para que la apuesta iniciada por Rijkaard no acabase en el olvido. Como ocurriera en 1992, la fortuna quiso estar a su lado.
Y a partir de ahí todo transcurrió con una brillantez y una colección de títulos inimaginable. “We'll always have Paris”. Rick Blaine lo dijo en 1942 y el barcelonismo sigue recordándolo en 2016…