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Blog de Rafa Ramos: Vapuleado por América, Hierro enseña el cobre, y nada ayuda a Chivas

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Rafa Ramos: Chivas no fue un adversario a la altura del América (2:01)

El elenco azulcrema goleó 4-0 a las Chivas por la octava jornada del Apertura de la Liga MX. (2:01)

Fernando Hierrro enseñó el cobre al atrincherarse tras la derrota de Chivas en el Clásico, al darle su respaldo al técnico Paunovic.


LOS ÁNGELES -- Fernando Hierro enseñó el cobre. Primera crisis de Chivas y se atrinchera. Y se irrita. E interrumpe. Y elude. Y se contradice. Y miente. Y estercola. Y exonera. Y responsabiliza sin responsabilizarse. Y se agazapa culpando a la Leagues Cup. Y abandona.

Y no hay por qué –zalameramente, como hacen algunos–, aplaudirle por comparecer después de la humillación de 4-0 ante el América. Es su obligación. Él es parte del problema. Y no fue su elección aparecerse ahí. Fue una orden. El típico burocratismo de “limpia tu propio cochinero”.

Y tampoco hay que aceptarle el lengüetazo de consuelo. Si vivió 30 clásicos españoles y perdió 5-0, y eso lo ha anestesiado, lo ha permeado para nuevos ridículos, no es un problema de Chivas, sino de su autoestima.

Sobreestimar sus vivencias para subestimar la crisis en el Guadalajara, es un acto de arrogancia por parte de Hierro.

Desde su investidura, con un sueldo que en España nadie le pagaría, como director deportivo del Rebaño apoya al técnico Veljko Paunovic. Lo indulta tibiamente y lo desafía a un remezón inmediato para reaccionar ante Pachuca.

Y se equivoca de nuevo. Cierto: él no debe inmiscuirse en las alineaciones, pero sí debe cuestionar severamente al entrenador, cuando el equipo suma tres derrotas, ocho goles en contra y dos a favor, además de un caos emocional y futbolístico.

Hierro confunde desgaste con intensidad. Si algunos jugadores tuvieron ante América un ritmo de maratonistas, de poco sirve. El sudor puede ser una ofrenda, pero también una afrenta.

Por eso, respaldar a Paunovic, no pasa por sobarle el lomo públicamente, sino por fortalecerlo internamente. Los enemigos de Chivas no están en la tribuna ni en los medios, los auténticos parásitos de Chivas están en el vestidor, emboscados, cínicos, invulnerables.

¿Qué pasa, por ejemplo, con Víctor Guzmán? Muchas versiones. Tanto suena el río que los rumores crepitan como sospechas. Que se peleó con Pauno. Que lidera a un grupo de no nacidos en Chivas. Que no lo ponen por temor a un examen antidopaje. Que manifiesta rebeldía, abulia y desidia en los entrenamientos. Elija Usted.

Sí, son rumores, chismorreos. Pueden ser todos. Puede no ser ninguno. Pero, ni Paunovic ni Hierro, ni con acciones ni con su retórica sobada, se atreven a solucionarlo. Y el Pocho tiene 23 partidos, desde aquel 4-2 ante América, incluyendo la Leagues Cup, que no aparece en la cancha, porque deambula en ella o porque no es requerido.

Poco ayudó que los pizpiretos elementos de prensa de Chivas se empeñaran el sábado pasado, en el hotel y en el Estadio Azteca, en tratar de convencer a los reporteros que lo de Guzmán “es una baja de juego, que no tiene importancia”. ¿Normal una baja de juego durante 23 partidos?

Sabido es que, en el futbol mexicano, tan propio y propicio para las taras, los traumas, las lacras emocionales, la subcampeonitis puede ser tan o más grave que la campeonitis. Especialmente en un cepo y con una cepa de alta contaminación como lo es donde sólo juegan mexicanos.

Obvio, ni Hierro ni Pauno conocen aún al mexicano, y menos aún a una versión más perseverante y pervertidamente atormentada, como es el futbolista mexicano. Octavio Paz les daría una pista: “El mexicano puede doblarse, humillarse, agacharse, pero no rajarse, esto es, permitir que el mundo exterior penetre en su intimidad”.

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2:55
Cuauhtémoc Blanco: 'América tiene muchísimo mejor equipo que las Chivas'; lo ve campeón

El ídolo azulcrema analizó la goleada del América sobre el Guadalajara por 4-0. "A Las Chivas le faltan tres o cuatro muy buenos jugadores para que sea un buen clásico", dijo el Cuau, que agregó que ve al América para ser campeón.

La frase del doctor Octavio Rivas, psicólogo en Pumas y Selección Mexicana, es una joya que hasta el mismo Paz habría querido en su corona de sabiduría: “’Pérate, son mexicanos, están programados al revés”.

De otra manera, cómo explicar que este mismo grupo de jugadores, supuestamente fortalecido con un hombre de digno papel en el PSV Eindhoven, como Érick Gutiérrez, es el mismo que echó al América en Semifinales del torneo anterior, cierto, con el monumento a la estulticia que fue la expulsión de Álvaro Fidalgo.

¿Cómo explicar que donde hubo fuego ya ni cenizas quedan?

Sí, la presión al interior, y desde el interior de Chivas, debe ser brutal. Sólo un hombre –y de genuina cuna y casta rojiblancas–, ha resistido, incluso para salir y volver al puesto: Néstor de la Torre. Y su salud quedó en entredicho durante sus gestiones.

En total, 22 nombres han circulado confusamente entre el cargo de director deportivo y presidente de Chivas desde que la familia Vergara manosea al equipo. Hierro es el número 22, y sabe, como ley de vida, que el número 23 ya documenta, en algún lugar del mundo, el acto de ilusionismo con la supuesta panacea para rescatar al Guadalajara.

Por lo pronto, la comparecencia del director deportivo de Chivas, afortunada en tiempos, desafortunada en desarrollo, poco ayuda a Paunovic, y poco impacta positivamente al interior del grupo. Sí, Hierro sacó el cobre. Y terminó siendo corrosivo para Chivas.