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Iván Morales, el refuerzo de Cruz Azul que aprendió en Colo-Colo a canalizar su temperamento

Iván Morales se ha sobrepuesto a la muerte de sus padres, y aprendió a canalizar su temperamento sobre la cancha

Iván Morales, refuerzo de Cruz Azul, y quien entró en la convocatoria para enfrentar a Necaxa, llegó al futbol profesional tras sobreponerse de un camino con obstáculos. A los 14 años perdió a su padre en un accidente automovilístico y el año pasado falleció su madre, sin embargo, en las fuerzas básicas del Colo-Colo también tuvo que aprender a canalizar su temperamento, pues su competitividad e intenciones de ganar estaban combinadas con la ira, situación por la que era expulsado por el árbitro en partidos o por sus entrenadores en prácticas.

El mismo Morales se catalogó como un futbolista “picado” en una entrevista que dio a Colo-Colo en el 2014. “No me gusta que los centrales me peguen. Me pico. La expulsión más grave fue porque pegué un combo”, fueron las palabras del chileno, justo antes de que el atacante pasará a la Sub-17, donde fue entrenado por Christian Guzmán, quien de inmediato notó dicho problema y trabajó para que Iván lo superara.

“Identifiqué en Iván que siempre fue un jugador muy competitivo, situación que encontré muy favorable, yo lo vi como una virtud, solo que estaba un poco selvático, necesitaba un poco de control, necesitaba un poco intencionar las cosas desde el punto de vista de ser más consciente de lo que le puede favorecer o no”, externó Guzmán en entrevista para ESPN Digital.

“Esa competitividad un poco desbocada, como él la asumía dentro de un equipo, hacía que él fuera muy agresivo por este ímpetu de conseguir su objetivo, de rendir, implicaba que tuviera un descontrol en algunos momentos dentro de los entrenamientos, dentro de la competencia misma de los torneos que nos tocaba jugar. Entonces tenía cierto roce con compañeros, las prácticas de futbol, en algún momento fue expulsado de la cancha por el árbitro y esto relacionado en este temperamento que Iván tenía”.

Guzmán, quien salió en el 2018 de Colo-Colo, tuvo charlas individuales con Morales para hacerle entender la afectación de dicha problemática, incluso llegó a aplicarle una sanción extra por cada expulsión, como lo hacía con el resto de los jugadores de la plantilla.

“Su estado mental para saber competir, en definitiva, es eso. El que comprendiera que la agresividad en el juego, es una agresividad que no conlleva la ira. Siento que eso fue un detalle importante en el crecimiento de un jugador”.

El exentrenador de Iván, da todo el mérito de esa evolución al mismo Morales, pues siempre estuvo dispuesto a querer cambiar y escuchar a sus entrenadores para ayudar al equipo, además de que fue un punto importante en el proceso de formación.

“No es un chico que haya sido perseguido por las expulsiones, esto sucedió un par de ocasiones al principio, cuando yo lo conocí, en los primeros partidos que fuimos jugando. En algún momento también, Iván lo debe de recordar, lo tuve que sacar de entrenamientos, por esto que hablaba de su temperamento, también ocurrió y eso fue dando espacio que nosotros pudiéramos atacar ese punto”.

Guzmán califica a Morales como un gran definidor, veloz y con mucha potencia física; mientras que fuera del campo lo cataloga como un chico bueno y una persona extraordinaria, por lo que ahora festeja cada logró que ha plasmado en su corta carrera.

“No ha sido fácil el camino que le ha tocado recorrer. Un chico que sale de su casa, que es fuera de Santiago y se va fuera de lo que significa su núcleo familiar, que pierde a un ser querido tan cercano, tan importante, seguramente fue una de las adversidades más que le tocó vivir y el reconocimiento a lo que Iván va logrando, es un reconocimiento muy auténtico y valorable, porque todo lo que dejan estos chicos por alcanzar sus sueños realmente es para sacarse el sombrero. Es un niño que por algo le están resultando las cosas porque ha luchado”.