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Vanina Correa, la capitana y arquera insignia de Argentina que jugará su cuarta Copa del Mundo

Vanina Correa jugó los Mundiales de 2003, 2007, 2019 y está en la lista de Australia-Nueva Zelanda 2023 @vani_correa.18

Vanina Correa es la custodia bajo los tres palos de Argentina, su cara es sinónimo de Selección. La arquera que protege también el arco de Rosario Central será la capitana en Australia-Nueva Zelanda 2023, su cuarta Copa del Mundo y básicamente todas las que jugó el país.

En Villa Gobernador Gálvez nació y el club Villa Diego Oeste la vio crecer, con una pelota en los pies y luego en las manos. Como tantas, tuvo que soportar que le dijeran que parecía un varón o que no había lugar para ella en una cancha. No escuchó y siguió porque "jugar era lo único importante".

Cuando hubo que dar un paso al frente y ponerse los guantes lo hizo: faltaba uno y no se achicó porque no le molestaban ni el barro ni los moretones. Se conoció con la posición del "1" y la adoptó hasta hoy, que tiene casi 40 años.

Para abrirse camino le tocó mudarse a Buenos Aires y sufrió la soledad en la Gran Ciudad. Pasó por Boca Juniors y Banfield y a los 27 años decidió retirarse. "Estaba molesta de una lesión y me encontré con que no tenía nada, que económicamente vivía con el apoyo de mis viejos. Tenía que ponerme a trabajar para tener mis cosas y lo único que sabía hacer era jugar al fútbol", le confesó a ESPN.com.

Vanina ejerció la mayor parte de su vida en el amateurismo y ese desgaste la llevó a querer terminar su carrera de forma prematura. El deseo de ser madre también se metió en su cabeza y dio a luz a mellizos, Luna y Romeo.

A 6 años de haber jugado su último partido, Carlos Borello se la encontró de casualidad en un torneo que disputaba con amigas y le dijo que la quería de vuelta en la Selección. Para el entrenador era un pecado ver inactiva a la arquera que ya había estado en los Mundiales de 2003 y 2007 y se había coronado en la Copa América 2006.

"Le dije que iba a ser complicado porque yo ya era mamá y volver a la Selección implicaba más horas de entrenamiento y viajar. Pero me empezó a llamar por teléfono para que vuelva. En los últimos llamados me apuró porque tenía que sacar la convocatoria y acepté", recuerda con nostalgia, como agradecida al destino por ese cruce fortuito con el DT.

Después de ganar el repechaje, la Selección se clasificó con sufrimiento a Francia 2019 después de 12 años de ausencia mundialista. En aquella Copa del Mundo, Vanina le atajó un penal a Nikita Parris y fue la mejor jugadora ante Inglaterra.

Aunque el equipo no consiguió el objetivo de avanzar de fase en esa oportunidad, las sensaciones fueron buenas porque el mundo habló de ellas. Argentina habló de ellas, con la falta que eso le hacía al fútbol femenino.

Cuatro años más tarde, la arquera emblema vuelve a encabezar una convocatoria y defenderá los colores de un equipo más preparado, ilusionado. Después de más de dos décadas de trayectoria, el tiempo no pudo erosionar el sentimiento y confiesa timidez: "Pensar en el Mundial todavía me hace cosquillas en la panza".