El día que le sonó el teléfono y del otro lado apareció la voz de Marcelo Bielsa no lo podía creer. El hombre le habló de fútbol. El botija escuchó. Cuando terminó la charla quedó motivado. Quería meterse en el Complejo Celeste.
“Las charlas con él me motivaron mucho y me hacen sentir más de lo que soy. Da indicaciones y da la libertad de poder hablar”, explicó un “desconocido” Maximiliano Araújo.
¿Por qué desconocido? Porque el joven jugador surgido en las divisiones formativas de Wanderers, a pesar de haber pasado por varias Selecciones juveniles celestes, no estaba en el radar de nadie en la mayor.
De hecho, su último contacto con la Celeste había sido en 2019 cuando el técnico Gustavo Ferreyra lo convocó a una preselección de 25 jugadores para la preparación de la selección uruguaya sub-23 para el Torneo Preolímpico de Colombia. Allí jugaba de marcador lateral.
Culminado el torneo, Maxi volvió a México, país donde juega desde que salió de los bohemios.
Uruguay, por ese entonces dirigido por Oscar Tabárez, inició el proceso clasificatorio para el Mundial de Qatar 2022. Luego llegó el turno de Diego Alonso que respetó a los jugadores de la vieja guardia, pero sorprendió con algunos nombres como el lateral Mathías Olivera y el extremo Facundo Pellistri. Uruguay fue al Mundial del que quedó rápidamente eliminado en fase de grupos. Maxi Araújo miró todo por televisión.
Las últimas apariciones
En el fútbol se suele decir que cada maestro tiene su librito. Y que ese librito cuenta con determinados protagonistas que justamente son elegidos por el maestro que no deja de ser otro que el entrenador.
A Óscar Tabárez hay que atribuirle la aparición de innumerables jugadores producto de sus 15 años al frente del seleccionado. Acaso las últimas dos apariciones por las que se jugó fueron Federico Valverde y Rodrigo Bentancur.
Facundo Pellistri es un claro descubrimiento de Diego Alonso que, cuando nadie lo tenía en el radar, lo convocó para el tramo final de las Eliminatorias y el jugador se ganó su lugar a ley de juego.
Hoy se puede afirmar que Maximiliano Araújo es un descubrimiento del actual conductor Marcelo Bielsa jugando como extremo, unos metros más arriba de lo habitual. El argentino lo convocó para los amistosos contra Nicaragua y Cuba donde marcó un gol en el segundo partido.
Luego apareció en la lista de convocados para el inicio de las Eliminatorias. Nadie imaginó que Maxi se terminaría transformando en figura preponderante del equipo de Bielsa.
Los números son elocuentes: en la primera fecha contra Chile inició la jugada que derivó en el primer gol. En la segunda jornada ante Ecuador en Quito generó la acción y metió el pase de gol a Canobbio. En la tercera, frente a Colombia en Barranquilla, le cometieron el penal que permitió el definitivo empate 2 a 2. Y por si algo le faltaba, ante Brasil en el Centenario, en un partido apagado y con escasas oportunidades, desbordó y tiró el centro para el gol de Darwin Núñez.
El aplauso de la gente cuando Bielsa lo sacó fue el claro reconocimiento a uno de los tantos anónimos que se ganó un lugar.