Barcelona goleó sin piedad al Rayo

BARCELONA (Jordi Blanco, corresponsal) -- El Barça, el mejor Barça, está de vuelta. Favorecido por un rival que quiso discutirle jugando al futbol, el equipo de Martino se dio un homenaje, goleó y presentó sus mejores credenciales de cara al reto del martes en Manchester. Y en su futbol de película, deslumbró Messi, cuyos dos goles le igualaron con Raúl como tercer máximo relizador de la historia de la Liga española.

La discusión del ganador duró menos de dos minutos, lo que tardó Adriano en apuntar y disparar una rosca lejana que sorprendiendo a Rubén y encendió rápido el ambiente del Camp Nou, cuyas gradas presentaron un mejor aspecto respecto a días pasados con una hinchada que se demostró próxima a los suyos.

Fue la de este sábado una tarde feliz. Comenzó la jornada con un sol primaveral y la acabó con una tormenta de goles y de juego de un equipo se diría que enrabietado y dispuesto a demostrar su intención de encarar el tramo decisivo de la temporada a pleno ritmo.

Quien acudiera enviado por el Manchester City descubrió a un Barça brioso, ambicioso y espumoso que mezcló con igual acierto la combinación con la verticalidad y que juntando a Messi con Cesc e Iniesta convirtió el futbol en arte.

No se arrodilló con facilidad el Rayo pero acabó por entender que plantarle cara a un campeón en efervescencia era no una temeridad, sino un suicidio. Así que fue al matadero con tanta hombría como lógica. Y atrapado en la red tejida por un Barça soberbio al servicio de su estrella.

LEO EN PLENITUD


La estrella, Messi, tenía en mente el gol. Participativo como el que más, solidario, vertical y magnífico, Leo contestó a Ángel Cappa y a cualquiera que pudiera poner en duda su presente con una actuación sobresaliente. Y con gol por duplicado para marcharse a casa con un doblete que le iguala con una leyenda llamada Raúl.

Ya suma el crack 228 goles en la Liga tras sus dos zarpazos. El primero a través de una vaselina excepcional a pase de Alves y el segundo a pase de Alexis. Pero entre uno y el otro, y después hasta que Tello ocupó su puesto, Messi recordó al mejor que ha disfrutado la hinchada azulgrana, con una ambición sin límites y un carácter exponencial al futbol de todo el equipo.

El Barça le metió media docena de goles al Rayo para enseñarle al Manchester City que no es un equipo decadente, sino todo lo contrario. Firme en defensa, donde Puyol tuvo la oportunidad de jugar, ya que no se le espera el martes en Eastlands, Busquets ejerció de ancla como en los mejores días y sus acompañantes no estuvieron, ninguno, por debajo de la exigencia.

Alexis y Pedro fueron una pesadilla para la zaga rayista, desbordada ante las llegadas del mejor Iniesta y del eléctrico Cesc. Todos unidos con Messi encabezando ese ejército al que se sumó en la parte final Neymar en una reaparición feliz. Porque visto el partido no podía ser de otra manera que con el brasileño sumándose a la fiesta para cerrar la goleada con un zambombazo desde fuera del área.

A las dudas, bofetadas. A los críticos, futbol. A los rivales, futbol. El Barça recordó a aquel equipo desesperado por ahogar al rival que abrió la Liga goleando al Levante allá por el mes de agosto con un juego brutal y una presión no recordada que tumbó de manera absoluta al Rayo.

El City, desde luego, no será para nada un rival tan sencillo de superar. Pero el equipo del Tata Martino enseñó a todo el que quisiera verlo que lejos de preocuparse del contrincante, está dispuesto a seguir un camino recto. Firme e innegociable.