Gris empate entre Espanyol y Levante

Jordi Blanco | Corresponsal

BARCELONA (ESPN Digital) -- Espanyol y Levante cerraron la jornada con un empate que no dejó a nadie satisfecho. Por su condición de titular el equipo periquito y por los merecimientos futbolísticos que hizo el valenciano, colista hasta este lunes y que mostró mayor calidad de la mostrada en la clasificación.

Un error garrafal de Rocco apenas comenzar el partido le dio ventaja en el marcador al Levante, que se adelantó gracias a Jefferson Lerma para descentrar al Espanyol, abrumado por la obligación de ir a remolque en el marcador y en el que apenas Caicedo estuvo firme.

EFE

El Levante se encontró cómodo en el campo, combinando, tocando y jugando con la calma precisa ante la precipitación y nervios del equipo de Sergio González, que buscaba por la vía rápida la llegada al área contraria.

De hecho se convirtió el duelo en inédito por cuanto el equipo local jugó más minutos a la contra ante el calmado fútbol visitante, que al mando de Rubi ha recuperado el gusto por el toque... Aunque falta por concretar si las urgencias que emanan de su clasificación le darán la oportunidad al entrenador catalán de hacerse ganar esa apuesta futbolística.

El Espanyol incluso tuvo fortuna de alcanzar el descanso con desventaja mínima, por cuanto acabó la primera parte a merced de la mayor personalidad del Levante. Ya fuera a balón parado, en jugadas de estrategia, en ataque estático o en defensa, su orden era soberbio en comparación al equipo local, un auténtico manojo de nervios que agradeció el final de ese primer acto.

Revolucionado el ánimo, se supone, en la caseta, el Espanyol reapareció en el césped con otra cara. Marco Asensio, muy desdibujado y fuera de sitio, dejó su lugar a Gerard Moreno y Caicedo agradeció la ayuda. Tal es así que los de Sergio González dieron un paso al frente y el Levante, extrañamente, cedió el terreno ganado anteriormente.

Así, a la contra, igualó en el marcador. La condujo Caicedo, la cedió a Víctor Sánchez y su asistencia la remachó desde el segundo palo Gerard para levantar el ánimo de la depresiva hinchada local.

La igualada le supo a gloria al Espanyol y provocó un cortocircuito al Levante, al que le costó recuperar sus sensaciones. Sin embargo, de ahí al final ni pudieron unos ni parecieron intentarlo los otros.

Y, no podía ser de otra manera, nadie quedó satisfecho.