Rayados se quedaron con la edición N° 106 del Clásico Regio

Efraín Juárez
Efraín Juárez
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(Alan Rafalowski / ESPN.com.mx) MONTERREY -- En un vibrante encuentro los Rayados de Monterrey se quedaron con la edición N° 106 del clásico regiomontano con gol de Efraín Juárez, rompiendo así poco más de tres años de no poder vencer a los Tigres.

En medio de un ambiente espectacular, nunca antes visto en el Estadio de los Rayados, sin importar los conatos de bronca tanto fuera como dentro del estadio, nada pudo opacar la gran fiesta que se vivió la noche de hoy en tierras regiomontanas con la edición del clásico 106.

La hostilidad estuvo presente en todo momento en el majestuoso inmueble albiazul. Cada posesión de balón de los Tigres fue firmemente acompañada por un concierto de abucheos, insultos y presión de la afición local.

El encuentro se tornó trabado, sin embargo, con mucha emoción. Un ida y vuelta raro, en donde ninguno de los dos equipos podía concretar en la portería rival pero en donde el balón sufrió mucha movilidad.

Los destellos de Edwin Andrés Cardona y la genialidad de André-Pierre Gignac lograron inquietar las porterías defendidas por Jonathan Orozco y Nahuel Guzmán, respectivamente, siendo Tigres quien diera el mayor susto al anotar un gol a través de la José Rivas, sin embargo fue anulado por fuera de lugar, acción con la que finalizó el primer tiempo.

La segunda parte nos tenía guardada una historia llena de emoción, emotividad y un protagonista impensado. Efraín Juárez, aquel jugador que fuera señalado como el culpable de la derrota en la anterior edición del clásico regiomontano fue quien se elevó por sobre todos los demás para de cabeza poner el 1-0 a favor de los locales desatando la locura en las gradas del BBVA.

El gol marcó un antes y un después. De ver un juego trabado y ríspido, pasamos a ver un encuentro con mayor verticalidad e intencionalidad por parte de ambas escuadras.

Un punto clave en el partido se dio con la expulsión de Walter Ayoví, hecho que provocó que los dirigidos por Mohamed renunciaran completamente al ataque, sacando a Cardona, Dorlan Pabón y Carlos Sánchez del campo de juego.

Los instantes finales fueron no aptos para cardiacos. Los Tigres se voltearon al frente en contra de unos Rayados que a duras penas aguantaban las embestidas rivales. La afición Rayada hizo su juego y estuvo metida en todo momento, en cada balón dividido, en cada situación en donde el equipo requiriera de apoyo moral.

Casi al final del encuentro Guido Pizarro fue expulsado por hablar de más, hecho que neutralizó las cosas y le permitió a los Rayados terminar el encuentro disfrutando más que sufriendo. Clásico con todos los ingredientes necesarios en la Sultana del Norte.