Pumas acaba con Tachira 4-1 en CU

MÉXICO (Iván Cañada-ESPN) -- El dinamismo universitario condenó a un Deportivo Táchira frustrado en el campo. Pumas cobró su revancha de lo vivido en Venezuela y lo hizo con nota. Velocidad y verticalidad pura. El resto fue contundencia para llevarse la victoria y continuar con ese sueño libertador.

Los auriazules dieron otra muestra de entendimiento, convicción y motivación. La Libertadores es un torneo que los ilusiona y en ello basan su actitud para subir escalones y ganar partidos con el fin de superar fases.

La defensa vuelve a ser sólida con Verón y Alcoba como murallas, mientras en el mediocampo se genera todo lo que los delanteros aprovechan. Hibert Ruiz y Javier Cortés, desde el centro, reparten balones y abren la cancha para que Sosa y Quiñones hagan el resto desde sus bandas, mientras Britos y Herrera no dan una bola por perdida.

Sosa y Quiñones, sin embargo, son los que brindan el espectáculo a la grada a la par que desbordan por las bandas, envían centros, filtran balones o disparan cuando tienen la oportunidad. La diversión es punto y aparte con ambos conectados. A campo abierto es como más se entretienen y cuando causan más estragos. El Táchira apenas les vio el polvo. Tenían el esférico y los nervios de punta, pues sabían lo que eso podía implicar.

Los venezolanos trataron de poner tenso el encuentro y lo lograron buena parte del primer tiempo cuando Pumas cayó en la trampa. Un gol de Alcoba fue el que puso orden en el campo y en la mente de los de Memo Vázquez que pensaban en una goleada sin siquiera anotar el primero. El zaguero uruguayo aprovechó un tiro de esquina y tras una serie de rebotes, remató para dar con las redes.

La calma llegó a CU y con ello el descanso. Había tranquilidad. Pumas dio un respiro y tranquilizó las cosas, mientras su rival perdió el control y se salió del libreto. Ante la desventaja no supo cómo responder. Intentó atacar, pero terminó por ser vulnerable. Pecado costoso ante unos auténticos depredadores con espacios.

Hibert Ruiz, uno de los más activos en el campo, probó suerte desde afuera del área y anotó el segundo para los suyos. Si hace unas semanas el mediocampista era suplente incondicional, ahora es titular habitual. El cambio de rol le vino tan bien que hasta incluye anotaciones a sus actuaciones.

Ya festejado el gol de Hibert, llegó el momento cumbre del espectáculo con Quiñones, su sustituto Fidel Martínez y Sosa. El colombiano y el ecuatoriano pusieron el desequilibrio y el argentino dos goles más para su causa para sentenciar la batalla, a la que de sumó ya sobre la hora un gol del Táchira que fue simple parte de la anécdota. Ciudad Universitaria festejó de nuevo. Pumas marcha con paso firme en la Libertadores y la clasificación a la siguiente ronda se acerca.