Santa Fe ganó en Manizales y está en cuartos de final

MANIZALES -- Independiente Santa Fe venció por 2-1 a Once Caldas y se clasificó a los cuartos de final, en el partido despedida de Juan Carlos Henao, quien dijo adiós tras un cuarto de siglo de profesionalismo.

Los 'Cardenales' comenzaron la última fecha en el séptimo lugar y escaló tres puestos para llegar a la cuarta casilla del tablero final.

Un balón mal evacuado por la dubitativa defensa del 'Blanco Blanco' terminó en el fondo de la red, metida de una forma poco ortodoxa por el defensor central santafereño Héctor Urrego a los dos minutos, marcó el desarrollo de un primer tiempo donde el visitante no castigó como debió ser la serie de yerros de Once Caldas en el fondo.

Leivyn Balanta ganó la raya de fondo superando al portero Juan Carlos Henao para encontrar un arco desguarnecido, pero Juan David Roa, su compañero, no pudo ejecutar en la última jugada por la oportuna intervención de Henao.

Armando Plata estrelló un balón contra el vertical de la mano izquierda de Henao después de robar un balón mal jugado por la defensa caldense, armó una pared con Osorio Botello y por encima de Henao el esférico fue a parar al vertical.

El primer tiempo le salió barato a Once Caldas frente a la inefectividad del equipo de Gustavo Costas que se pudo ir lejos en el marcador.

A la salida de un tiro de esquina, ya en el segundo tiempo, Once Caldas alcanzó la paridad y puso en entredicho la clasificación de Santa Fe.

Jonathan Lopera capitalizó un rebote en favor de Once Caldas, castigando con un remate cruzado y venciendo a Leandro Castellano. Minuto 53.

Pero una vez más la estática defensa de los albos abortó con la tranquilidad del momento de equilibrio en el marcador.

Urrego, de Santa Fe, metió un balón frontal a espaldas de una defensa sin reacción que fue aprovechado por Humberto Osorio Botello, quien tras un desmarque de ruptura, definió por encima de Juan Carlos Henao para el dos a uno. Minuto 60.

En el cierre del partido, los de casa no tuvieron la rebeldía para voltear la situación que les hizo morder el polvo de la derrota en su despedida del año.