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La llama olímpica que despiertan las medallas de París 2024

Las medallas que entregará los Juegos Olímpicos de París 2024 tendrán una parte de la primera estructura de la Torre Eiffel. FIH

La Federación Internacional de Hockey se hizo eco del gran anuncio hecho por el Comité Olímpico Internacional con las medallas que se entregarán en París 2024 y la emoción no se hizo espera, tanto para la disciplina del palo y la bocha como en el deporte en general.

Los Juegos Olímpicos paralizan el mundo cada cuatro años y los próximos prometen continuar por el mismo camino, pero poseen una cuota curiosa: Serán luego de tres vueltas al sol. Por la pandemia de covid-19, Tokio 2020 se ejecutó en el 2021, añadido a todas las restricciones que tuvo, la espera por París 2024 incrementó mucha expectativa por lo que puede acontecer.

Dentro de ese panorama incierto que será retornar a un ambiente festivo cómo lo fueron los Juegos de Río 2016, en el que público pude hacerse parte y los atletas sintieron el apoyo en la misma sintonía de la competencia, las miradas no se la llevan ese regreso, ni tampoco las ganas de volver a competir; hoy los focos se posicionan en la meta final que añoran todos los que disputarán la máxima cita del deporte mundial, eso que fantasean colgarse en el cuello, aquello que todos sueñan con tocar.

En esta edición 2024 el ganar una medalla tendrá el agregado de llevarse un pedazo de historia para siempre, no solo la que se escribirá desde el 26 de julio al 11 de agosto, sino una pequeña parte del corazón parisino se irá con cada atleta que pueda subir al podio.

Para que sea un evento único, que además encuadre un hecho histórico, el Comité Olímpico Francés decidió que cada presea lleve un espacio de la esencia de París. La decisión fue concreta, realizar algo que no se olvide nunca, colocar una pieza auténtica de hierro de la Torre Eiffel, –que fue meticulosamente resguardada luego de una ampliación en el siglo pasado para agregar ascensores- perpetuar en cada galardón la gloria de lo conseguido y hacer más grande el cometido.

Si bien aún quedan meses para que la llama olímpica tome vigor, las calles parisinas ya respiran otro aire y mientras el viento sigue diciendo que albergará al certamen más importante en su territorio... alardea con que los atletas emigrarán de su suelo llevando consigo un legado que trascenderá la posteridad.