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Margarito lo pone todo en juego

El entrenador del "Tornado de Tijuana" explica lo que debe hacer Margarito Noel Piñeiro Planas/especial para ESPNDeportesLosAngeles.com

TIJUANA, MÉXICO -- Vistiendo una sudadera negra con el logotipo de sus iniciales, las cuales simulan muy bien al monograma de su 'gangster' favorito, el personaje Tony Montana de la película Scarface, Antonio Margarito inicia uno de sus calentamientos finales antes de abordar un avión que los trasladará a la ciudad de Nueva York para su combate del 3 de diciembre ante Miguel Cotto.

Con buen ánimo, en un ambiente relajado y rodeado de un grupo de amigos, Margarito (38-7, 27 KO) comienza a calentar. A los pocos minutos de moverse las gotas de sudor brotan y empapan todo su cuerpo.

Tras cada una de las sombras que simula sobre el ensogado del gimnasio Mojac en Tijuana, un asistente le sigue con un mapo para secar el camino por donde baila. A los veinte minutos de ese constante ejercicio, luego de ser vendado para proseguir con unas sesiones de guanteo, unas cinco onzas de sudor acumulado bajo cada una de las mangas de su sudadera caen de sopetón al piso cuando se levanta el soporte de cada una.

"Estoy en la mejor condición de mi vida. Mejor que cuando me coroné por primera vez", afirma Margarito, quien de no estar, como dice, en buena condición y peso, estaría posiblemente forzándose a rondar las 154 libras que deberá hacer para su combate con Cotto (36-2, 29 KO) a fuerza de pasar hambre y limitar ingerir los líquidos que ahora le ayudan a sudar.

"Creo que es la mejor preparación que he tenido en toda mi carrera. La verdad que vengo muy bien", agrega el hombre que suma ya casi dos meses de acuartelamiento para el combate por el título súper welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) que ostenta el puertorriqueño Cotto.

Pero Margarito sabe muy bien que no es su condición física y cardiovascular la que necesariamente definirá su suerte el sábado en el Madison Square Garden. Él está claro que el factor por el cual lo evalúan los expertos y los apostadores es el estado de su ojo derecho. Y en especial la incógnita sobre cómo reaccionará el hueso orbital del mismo cuando reciba el próximo sábado los primeros golpes sin protección que habrá recibido en esa área desde que fue operado el año pasado.

Hace apenas 12 meses Margarito entró al quirófano para ayudarle a corregir la fractura que recibió en ese hueso durante su pobre desempeño ante el filipino Manny Pacquiao. Seis meses después tuvo que someterse a otra cirugía en el ojo para extraerle una catarata que desarrolló y recibir un implante de un pequeño lente en el mismo.

Considerando ese historial, no fue hasta el pasado miércoles --y tras una cargada agenda de visitas a especialistas y comisiones que le retiró un día completo de su rutina de entrenamiento-- que la Comisión de Boxeo de Nueva York declaró a Margarito apto para pelear con Cotto y le otorgó una licencia para poder cumplir ese objetivo.

A todas partes y a todas horas, Margarito caminó llevando puestas unas gafas oscuras que esconden de las personas comunes su mirada y en específico su ojo derecho. Para muchos es una forma de esconder algo. Pero Margarito asegura que no es así.

"Las llevo no porque tenga nada que esconder. Es una recomendación médica. Mientras menos luz del sol me dé mejor. Pero estoy bien. Si yo hubiera sabido que estoy mal, no vuelvo a pelear. Si yo supiera que estoy mal del ojo, [le hubiera dicho] adiós al boxeo", asegura Margarito.

"Aparte las gafas son un estilo. Soy el malo de la película. El Tony Montana. Soy el criminal", agrega entre risas suyas y de sus compañeros.

Margarito no hace nada a consciencia para intentar desligarse de ese personaje de malo que informalmente le ha tocado llevar en la promoción del combate.

Aunque inconscientemente sus hechos en el gimnasio le delatan como un buenazo y un tipo jovial y cómico. Margarito no reclama un alto malestar al hecho que la publicidad del combate continuamente converse sobre la especulación que pudo haber llevado un vendaje ilegal en su previo combate con Cotto en el 2008, año en el que tumbó al boricua su invicto y le arrebató la corona welter de la AMB.

Lo único que sí reclama es que a su juicio Cotto ha hablado demasiado camino a la pelea.

"No lo conocía así. No sé por qué habla y habla", comentó Margarito.

"Sé que dice que a lo mejor usé algo ilegal en el vendaje. Pero que no se preocupe. Ya le dije: Cuando sienta el primer golpe, él va a saber que no había nada de verdad. Yo arriba del ring habló con los puños".

Abajo del ring, por su parte, corre con el personaje que le pongan. Y sabe que si quiere limpiar su nombre totalmente de la sombra que existe sobre si combatió limpiamente ante Cotto el 26 de julio de 2008, la mejor forma para hacerlo sería repitiendo sobre el isleño un triunfo por nocaut.

LA CONTROVERSIA
Cuando originalmente le dio a Cotto la paliza más grande que el puertorriqueño ha recibido en su carrera, nadie sospechó que algo ilegal pudo haber sido parte del combate. Y de hecho, al día de hoy no hay ninguna evidencia probada que el "Tornado de Tijuana" usara un poco de yeso en sus puños. Todo lo que existe son especulaciones.

Y Cotto últimamente ha llamado la atención con unas fotos tomadas a Margarito tras la primera pelea en la que según su análisis se prueba que los vendajes alegadamente mostraban algo raro.

Pero lo único que dio pie a levantar esa especulación fue lo que sucedió en el siguiente combate de Margarito tras su impresionante victoria sobre Cotto.

En ella, Tony fue vendado con una sustancia ilegal para su pelea contra Sugar Shane Mosley; sin embargo, para a ese combate salió finalmente con puños legales, pero se presentó como un púgil sin potencia en sus golpes cayendo eventualmente derrotado ante Mosley.

Tras dicha pelea, Margarito y su entonces entrenador Javier Capetillo fueron suspendidos, para el boxeador sólo fue un año, pero para su preparador fue indefinidamente. Antonio regresó a pelear contra Roberto García y Manny Pacquiao el año pasado.

TIEMPO DE REVANCHA
Este sábado, en tanto, Margarito pelea por limpiar su nombre y posiblemente asegurar su permanencia en el deporte. Pero no está dispuesto a considerar que la pelea es así de trascendental. Y ello porque como boxeador y deportista sólo se puede ver como un ganador y por ende en sus previsiones hay cabida para una análisis de qué podría suceder si pierde.

"No tengo ningún pendiente, ningún problema. Confío en toda mi preparación, me siento mejor que nunca en peso y todo", estableció Margarito.

Su gran reto, sin embargo, será demostrar el sábado que su reparado hueso orbital del ojo derecho podrá aguantar nuevos golpes. Hasta ahora, según el púgil mexicano y su entrenador Roberto García, nada les ha dado señal de que el hueso será un problema.

Claro está, por obvias razones Margarito no ha puesto su rostro a prueba sin el uso de un protector que no llevará el sábado en el combate que será televisado en Estados Unidos y Puerto Rico por el sistema de 'pague por ver' de HBO. Probarse sin un protector podría provocarle una cortadura y ello sería un riesgo muy alto camino al combate.

Pero por ahora, García está confiado en como ha sido todo y cómo Margarito a soportado la presión que recibe a través del protector del rostro.

"No hemos tenido ningún contratiempo por el ojo. Incluso a los sparrings les pido que le lancen el gancho de izquierda porque es un golpe que sabemos vamos a tener que tratar de bloquearlo y evitarlo porque Cotto lo va a lanzar mucho. Así que a los sparrings, que son muchachos fuertes que pelean en las 154 y 160 libras, no les he dicho 'deténganse' o 'no le tiren al ojo'. Les he pedido que le tiren porque sabemos que lo vamos a necesitar", dijo García asegurando que como equipo no tienen ninguna preocupación al respecto.

Por otra parte, García afirmó que Margarito llegará en una de sus mejores preparaciones físicas. Haber entrenado en el Centro Ceremonial Otomí, en el Estado de México a más de 13,000 pies de altura sobre el nivel del mar, le ha dado al tijuanense la mejor condición cardiovascular de su carrera. El trabajo allí fue de casi dos meses y supervisado por el respetado adiestrador físico, Raúl Robles, quien por años ha sido el preparador de, entre muchos otros atletas, Erik Morales.

Sólo las últimas dos semanas previas al combate el equipo no trabajó en esa altura. La última obviamente será en Nueva York. Y la antepenúltima se celebró en el barrio nativo de Margarito en Tijuana.

García y Robles aseguran que el trabajo ha sido excelente. Incluso ni el inesperado viaje que tuvieron que realizar la semana pasada para viajar a Nueva York a unas citas con la Comisión de Boxeo y especialistas médicos alteraran la capacidad del "Tornado de Tijuana".

"No queríamos ir a Nueva York para no detener la preparación. Pero fuimos. Estuvimos obligados para demostrar que no hay nada que estemos escondiendo. Eso nos hizo perder un día de entrenamiento, que era el día de la prueba de 12 rounds. Pero lo hicimos el martes. Aunque fue cansado tener que viajar, eso no tendrá ningún efecto sobre el ring en la pelea", aseguró García.

Margarito va tranquilo y lleno de confianza a la pelea más grande de su vida. La que le puede dar un mañana más en el deporte o la que puede probar que no debió volver a subir al ring.

Pero así son los boxeadores, y en especial los mexicanos. Aguerridos. Combatientes. Capaces de dar hasta la vida en el ring. Y Margarito tiene muchas razones por las cuales quiere pelear el sábado. Quiere limpiar su nombre. Quiere demostrar que todavía le queda camino en el deporte. Y por si faltara algo, quiere también dar a su país un lindo cierre de año tras el polémico revés que sufrió Juan Manuel Márquez ante Pacquiao este mismo mes en Las Vegas.

Así lo aseguró García.

"Tony tiene muchas motivaciones para esta pelea. Quiere probarle a Cotto que peleó sin vendaje ilegal ante él. Y creo que está bien interesado en eso por todo lo que Cotto ha dicho.

"También está lo de Márquez. Fue triste lo que pasó. Márquez se merecía el triunfo. [En relación a eso] Tony sabe que hay malas decisiones en el boxeo y por ello lo que tenemos que hacer es lo mismo que hizo hace tres años", estableció García.

Margarito, además, tiene una ilusión personal. Como Tony Montana siempre quiere ser el que impone su voluntad en la búsqueda de la fama y el dinero.

"Scarface es mi mejor movie. Me gusta describirme como Tony Montana. Así soy yo sobre el ring. Atrevido. Arriesgado. Determinado".

Sin dudas esa actitud presagia otro gran combate. Por definirse está si Margarito convertirá el mundo del boxeo nuevamente en su propiedad.