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Angelinos no extrañará a Hamilton

Josh Hamilton ha finalizado su ciclo como jugador de los Angelinos de Los Ángeles, por donde ha pasado sin dejar un verdadero impacto, desde lo beisbolístico.

Porque las noticias más impactantes que trajo para el equipo de don Arte Moreno, fueron las relacionadas con sus problemas de adicción, al confesar que había vuelto a su viejo problema por el consumo de alcohol y cocaína.

Luego, generó una reacción en cadena, cuando el Comisionado de grandes ligas se declaraba sin bases para tomar medidas disciplinarias en contra del pelotero.

La decisión no cayó bien en el seno de la organización de los aureolados y aunque su manager Mike Scioscia se expresaba en tono muy conciliador cuando se refirió al tema, al asegurar que "Por ahora, lo más importante es el jugador", declaró el veterano dirigente, asegurando que esperaba que su guardabosques derecho continuara con su doble rehabilitación: la de su hombro derecho que había sido operado en febrero, y la otra, la del consumo de estupefacientes.

Jerry Dipoto, el gerente de los Angelinos, fue más duro, al repasar la forma en que la organización con sede en el Condado de Orange había puesto al servicio de Hamilton, toda una serie de recursos, de asistencia profesional y de asesoría, para que se mantuviera dentro de los programas de rehabilitación a los que estaba sometido desde su época como jugador de los Vigilantes de Texas.

El dirigente reveló que los Angelinos habían adquirido los servicios del pelotero que en la temporada 2010 había sido reconocido como el MVP de la Liga Americana, luego de encabezar a todo el beisbol con su promedio de bateo de .359 y había conducido a los Vigilantes a las Series Mundiales de 2010 y del 2011, conscientes de que arrastraba un historial de problemas de adicción.

A pesar de eso, los Angelinos no tuvieron empacho en poner sobre la mesa un contrato de cinco años, por 125 millones de dólares.

Arte Moreno, el propietario del equipo fue más concluyente en torno al eventual regreso del jugador, una vez que fue absuelto por las grandes ligas, al asegurar que Hamilton no volvería a pisar el Angels Stadium.

Y aunque el equipo campeón de la División Oeste de la Liga Americana deberá asumir el pago de un más que jugoso porcentaje del remanente de casi tres años del convenio con el guardabosques izquierdo, el alto mando de los Angelinos ha cumplido con su idea de no permitir el regreso al seno de la institución, a quien ellos catalogan como una manzana podrida.

Porque, al final del día, la producción de Josh Hamilton en las pasadas dos temporadas, dejó mucho que desear.

Particularmente, la más reciente, en la que los seguidores del equipo de Mike Scioscia lo que más se les ha quedado grabado en la retina, fue ver cómo Hamilton se iba en blanco en 13 turnos, en la Serie Divisional frente a los Reales de Kansas City, donde los aureolados quedaban eliminados de la postemporada en apenas tres juegos.

Su participación durante la campaña regular se había limitado a tan solo 89 juegos, debido a lesiones. Acumuló un promedio de bateo de .263, con 10 batazos para la calle, y 44 carreras impulsadas.

En su primera campaña bajo las órdenes de Mike Scioscia, en 2013, había bateado para .250, con 21 vuelacercas y 79 carreras remolcadas.

En su paso por los Vigilantes, Hamilton bateó para .305, con 152 bambinazos y 506 carreras remolcadas, a lo largo de 647 juegos.

En el seno de la organización con sede en Arlington, Texas, Hamilton será recibido con los brazos abiertos.

"Aprecio a Josh," aseguró el lanzador Colby Lewis, quien agregó: "Me encantaba cuando él estaba en el equipo y me entristeció cuando fue transferido. La posibilidad de que él regrese ha entusiasmado a todos en el equipo."

Por contraparte, dentro del vestuario de los Angelinos, solo el lanzador abridor C.J. Wilson tuvo palabras de aliento para Hamilton, y hasta fue a visitarlo durante la última serie que los de Anaheim sostuvieran en Houston, frente a los Astros.

Es que Wilson no olvida la amistad de alguien que fue su compañero de equipo, con los Vigilantes.