<
>

15 minutos de penas sin gloria

LOS ÁNGELES -- Fueron 15 minutos que condenaron a Los Angeles Clippers, un cuarto de hora que les provocó un mareo que se extendió más de lo normal. Quién sabe cuánto durará y qué consecuencias tendrá. El fatídico último cuarto y parte del tercero del Juego 6 ante Houston Rockets sentenció la serie para unos angelinos que cavaron su propia tumba. Dejaron escapar 19 puntos de ventaja, permitieron un balance de 47-18 en contra, hipotecaron el partido con 33 puntos en contra y su moral quedó seriamente dañada, tanto que el domingo no pudieron levantar la cabeza.

Y así dijo adiós el plantel que logró eliminar a San Antonio Spurs en primera ronda, el que le dio de su propia medicina a los vigentes campeones y los que fueron capaces de superar la norma de la NBA que da prioridades a los campeones de división aunque su récord sea peor que el de otros rivales. Parecía que habían aprendido a ganar series, pero no pudieron demostrarlo.

De nada valen los éxitos que han dejado en el camino cuando el mundo se cae a sus pies. Va pesarles mucho esta eliminación. Doc Rivers, Chris Paul, Blake Griffin, DeAndre Jordan, J.J. Redick, Jamal Crawford, Matt Barnes, Austin Rivers y demás compañeros deberán darle un portazo a la temporada y no mirar atrás, porque esto duele mucho.

Todo estaba a favor. Contaban con el beneplácito de las estadísticas, de los números - en la historia de la liga, sólo nueve equipos han dejado escapar una ventaja de 3-1 en el mejor a siete encuentros- de los analistas, de los aficionados. Todos quedamos prendados con la manera en la que Paul luchó con una distensión en los isquiotibiales de la pierna izquierda.

Vibramos con la espectacularidad y versatilidad de un Griffin tocado por una varita mágica. Vimos a Jordan protagonizar duelos de auténtico lujo con jugadores como Tim Duncan y Dwight Howard. Los astros estaban del lado angelino, pero aquellos 15 minutos revolucionaron la galaxia.

Ahora toca descansar, dimensionar y mirar hacia adelante. En este periodo, Paul deberá pasar por alto el hecho de no haber jugado ni siquiera una final de conferencia con 30 años de edad recién cumplidos y 65 partidos de postemporada.

Su contrato está garantizado hasta el 2018, queda tiempo para superar el muro de la segunda ronda, para seguir liderando a este equipo hacia las alturas, pero cuidado, que el arroz se pasa. CP3 es uno de los mejores bases de la liga, su obsesión por el básquetbol es tal que suele utilizar su tiempo libre para ver partidos, analizar rivales, valorar jugadores. Su hambre de triunfo es enorme y en estos momentos es sin duda uno de los más afectados por la eliminación.

Griffin es la otra piedra angular del proyecto que regenta Steve Ballmer por cierto, el propietario también debe estar sufriendo de lo lindo- y ha completado dos rondas espectaculares. 25.5 ppj, 12.7 rpj y 6.1 apj en casi 40 minutos de juego por partido dicen mucho, su actitud, polivalencia y energía.

El pívot se faja como nadie en la duela, encuentra las cosquillas a sus rivales y maneja los tiempos a la perfección. Tanto él como Paul son las dos figuras elementales para que los Clippers se recuperen de este varapalo y empiecen de cero la temporada que viene. El contrato de Griffin también finaliza en 2018.

De los jugadores elementales, Jordan es el único que pasará a ser agente libre este verano. Pieza fundamental de un grupo que parece indivisible, todo indica que continuará en el equipo. Su aporte es incuestionable en el apartado defensivo y se entiende a la perfección con Paul y Griffin. La piña en el vestuario angelino es muy sólida. Compañeros y amigos, el trío de ases de la franquicia tiene claro que si hay un grupo capacitado para hacer historia es el que ellos mismos conforman. Por ahora ésta les está dando la espalda, incluso abofetea a unos jugadores que no han sabido sacar la madurez necesaria para al menos ganar uno de los tres partidos que les restaban en esta segunda ronda.

Con eso habrían pasado, habrían conseguido borrar de la memoria la catástrofe del Juego 6, podrían haber hecho olvidar la falta de concentración e intensidad que han tenido en los momentos en los que más falta hacía. Habrá pocas variaciones en la plantilla de los Clippers de cara al año que viene. Veremos si para entonces habrán aprendido la lección más importante que la temporada 2014/15 les ha brindado: prohibido confiarse.