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Con Luis Enrique, el Barça apuesta a reforzar su autoestima

BUENOS AIRES -- Un golpe de efecto. Una sacudida emocional. Reforzar la autoestima. Eso fue lo que buscó fortalecer la Asociación del Fútbol Argentino cuando contrató al símbolo Diego Armando Maradona como seleccionador, el 29 de octubre de 2008. Y eso es lo que busca el FC Barcelona con la repatriación del ídolo Luis Enrique Martínez García, 'Lucho' (8 de mayo de 1970, Gijón, Asturias), como nuevo entrenador del equipo azulgrana. Es propio de los responsables de un club en crisis o de una selección en problemas, intentar medidas que restablezcan señas de identidad oxidadas. A este objetivo se aboca el gigante catalán después de su primera temporada sin títulos importantes desde 2005.

El nuevo entrenador del Barça ve cumplido su sueño después de esperar la oportunidad durante 6 años. En abril de 2008 el exsecretario técnico del FC Barcelona, Aitor 'Txiki' Begiristain (actual mandamás deportivo del Manchester City), estaba decidido a ofrecerle el cargo, pero una conversación con el directivo Evarist Murtra, confidente de Josep Guardiola, le llevó a desistir de aquel deseo para proponerle el cargo en reemplazo de Frank Rijkaard a 'Pep', hasta aquel entonces entrenador del equipo filial. La historia es por todos conocida. Un Barcelona invencible que lo ganó absolutamente todo a nivel de clubes –sextete en 2009 incluido-, más el hecho de elevar su estilo y filosofía de juego hasta la excelencia.

Luis Enrique reemplazó a Guardiola como entrenador de aquel filial, el Barça B, en mayo de 2008, y ha esperado pacientemente su momento. El club había elegido a Ernesto 'Txingurri' Valverde, también exjugador del Barça, con mayor experiencia como DT, y gran amigo del director deportivo Andoni Zubizarreta, pero el actual entrenador del Athletic Club de Bilbao no quiso romper su contrato con el club vasco y entonces Luis Enrique se convirtió en la única opción del club para la pretendida refundación. Un hombre cuyo gusto y formas conforman un mix atractivo. Piensa el fútbol como Diego Pablo Simeone, y lo disfruta como Josep Guardiola i Sala. Luego, para comunicar, no se muerde la lengua. Frontal, adora mostrarse áspero y tira de ironía hasta la acidez si cree que hace falta. Va sobrado de personalidad, y los 7 títulos que ganó como jugador en el Barça (1996-97 a 2003-04) ensanchan su espalda al punto que nadie osará atacarle por algún error, con la inmisericordia con que fue vapuleado Gerardo 'Tata' Martino a lo largo de 2013-14.

Luis Enrique tiene a favor que es fanático del Barcelona desde chiquito. Tres detalles. Uno. El Sporting de Gijón, su equipo del alma, le rechazó dos veces cuando era niño, y él, con 14 años, se fue a jugar al Club Deportivo La Braña, en el pueblo de Tremañes, cuya camiseta es... azulgrana. Ismael Fernández, a quien 'Lucho' llama "Maestro", fue el entrenador que le formó en ese club, hasta que el Sporting se avivó de su error y le recuperó para la causa. Dos. El Real Madrid le contrató después de un par de años buenos en el cuadro rojiblanco, y le cobijó durante 5 temporadas en su disciplina (1991-92 a 1995-96). Ganó tres títulos como 'merengue', pero en mayo de 1996, antes de que su contrato expirara, supo del interés del FC Barcelona en él, pactó, y no dudó en pasar una revisión médica secreta con el club azulgrana, aunque aún tenía contrato en vigor con la entidad blanca. Luis Ángel Alonso, fotógrafo del diario Marca de Madrid, le encontró en la Clínica Asepeyo, y la reacción de Luis Enrique fue brutal: de la calentura que se agarró tras ser descubierto, le destrozó la cámara de fotos al periodista. Y tres. Al frente del Celta de Vigo, el equipo de los argentinos Gustavo Cabral y Augusto Fernández, al que dirigió en la última temporada, anuló por completo al Real Madrid en la 37ª jornada de Liga (2-0 en Balaídos), y lo sacó de la carrera por el título de Liga con el objetivo de facilitarle el campeonato al FC Barcelona frente al Atlético de Madrid. Algo que como todos ustedes saben, no pudo ocurrir.

'Lucho' es vehemente. No transige con ningún jugador, se llame como se llame, si ve que éste no da todo de sí en beneficio del equipo. Es un líder reconocido, y se ha preparado durante años para este nuevo reto. Con un paso algo frustrante por la Roma de Italia en 2011-12 incluido, donde dirigió a los argentinos Gabriel Heinze, Nicolás Burdisso, Fernando Gago, Erik Lamela y Pablo Daniel Osvaldo, y se las tuvo con Francesco Totti, ídolo del club romano.

De cara a la nueva etapa, el hombre al que en Madrid no pueden ni ver, ha tenido declaraciones reconfortantes para con los argentinos que dirigirá a partir de ahora. Ha dicho que "Leo Messi es la referencia del equipo y espero que conmigo pueda mostrar su mejor versión", y ha agregado que "Mascherano es muy importante tanto dentro como fuera del campo, además es un ejemplo claro de lo que puede ser un capitán".

La incertidumbre permanecerá hasta que la temporada 2014-15 empiece a rodar, pero Luis Enrique, quien se curtió después de dejar el fútbol en activo corriendo maratones en las antípodas, participando en la exigente prueba 'Iron Man', y desafiando violentas olas con su tabla de surf en las costas australianas, transmite confianza al hincha culé. Además, su carisma plantea una tregua política, y reúne a los habituales intereses desperdigados que conviven en Can Barça. A la AFA no le salió todo lo bien que hubiera querido la apuesta por 'El Diego'. Por su parte, el Barça ruega que 'Lucho' recupere su orgullo herido y le ha dado plenos poderes para conseguirlo.