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El regreso más comentado

Y un día reapareció Tevez. Al cabo de años de clamores y de un polémico exilio asociado a las internas del plantel, el ahora delantero de Juventus recuperó su camiseta celeste y blanca.

Avanzado el segundo tiempo del amistoso ante la selección B de Croacia, el Apache entró en lugar de Agüero y jugó bien metido en el centro del ataque. Como un animal de área. Nada de retroceder a perder el tiempo demostrándole a la gilada que también sabe armar una jugada.

Entró con el gol en la cabeza. Pensando en un regreso resonante, que le diera sin dilaciones la razón a Martino por haberle suspendido la condena.

Y sus compañeros estuvieron en sintonía con este objetivo. Fue claro cómo lo buscaron; con toques cortos y también con envíos largos. La voluntad inclusiva de los jugadores quedó en evidencia desde el vamos.

Probablemente para contrarrestar la teoría siempre agitada de que ellos se oponían a que Tevez jugara en la Selección. Fricción de egos, esas cosas que suceden con las estrellas.

Messi fue uno de los más insistentes en intentar alianzas con Carlitos. El partido permitía las brechas. La marcación croata no resultó muy pertinaz, así que hubo conexiones a menudo.

Tevez cuajó de inmediato y se acopló a la dinámica colectiva. Por movilidad y deseo propio, y por la subrayada generosidad de los compañeros. Hasta estuvo a punto de meter un gran gol con un remate cruzado.

Al margen de lo futbolístico, lo más importante del resurgir del ausente más mentado -esa especie de fantasma omnipresente en que se había transformado el ex jugador de Boca- es que se cae un tabú.

Tevez ya no es más el fruto prohibido, pero tampoco será motivo de añoranzas cuando el rendimiento general no satisfaga porque entonces formará parte del problema. Ya no tendrá la ventaja de los que no ponen el cuerpo.

En lo estrictamente profesional, me parece que Tevez está un escalón por debajo de los delanteros titulares. Agüero es inamovible en el centro del ataque y las plazas de Di María y Messi tampoco están sometidas a comparación.

El que ha perdido terreno en este lote es Higuaín, pero por una cuestión de disposición táctica. Veremos cuál es el formato que finalmente adopta Martino y qué lugar le asigna a cada uno en esta competencia.

El problema -que ya lo tuvo Maradona en Sudáfrica- podría presentarse si, por distintas presiones o un eventual gesto demagógico impropio del actual entrenador, se le buscara a Tevez un lugar artificial, forzado, en pos de redondear un equipo no sólo eficaz y potente en la ofensiva sino verdaderamente popular.

Mientras no se le otorgue un protagonismo que al menos en la Selección no merece, la vuelta de Tevez se insinúa como un refuerzo de enorme valor. Otro recurso para un plantel donde abunda el talento.