SANTIAGO -- Una difícil situación está viviendo el portero de Cobreloa, Luciano Palos. Es que a la amenaza de descender con el cuadro naranja, ahora el meta sumó un problema extrafutbolístico: sería demandado por una clínica debido a una deuda de 7 millones de pesos.
Resulta que en 2014, en un duelo con Colo Colo, el trasandino tuvo que ser intervenido luego que sufriera una fractura en el pómulo tras un choque con Esteban Paredes. Pero la operación quedó impaga y por estos días le llegó una orden judicial.
"Ojalá la gente del club lo vea porque el doctor me ha llamado como cuarenta veces y ya me da vergüenza contestarle", reconoció el cancerbero a El Mercurio de Calama tras la práctica del martes.
En tanto, en el cuadro nortino aseguraron que el incidente se produjo en la dirigencia anterior y que tomarán cartas en el asunto para resolver el problema.
"Efectivamente el jugador pidió una reunión con nosotros y con el gerente Gabriel Torrejón quedamos de una pieza porque claramente hay una responsabilidad del club que no se hizo cargo en ese momento, con el gerente de turno. No sé si por olvido, no sé si hicieron firmar un pagaré al jugador medio dopado, etc. Pero le pedimos un poder simple para indagar el tema y hacernos cargo", sostuvo Rodolfo Larraín, actual gerente de los loínos.