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Sporting Cristal, equipo copero

BUENOS AIRES -- Antes que nada quiero decir que es un gran placer que el Sporting Cristal vuelva a la Copa. Lo considero un grande de América, más allá de los resultados, por el gran afecto que le profesan sus hinchas y por el valor cultural que tiene este equipo para el Perú.

Este martes le pasó a Racing algo que se dice por lo bajo, entre muchos aficionados al fútbol, considerar al Sporting un equipo más, es garrafal. Si hay un equipo copero en el mundo, que sabe jugar la Copa y la entiende a la perfección, ese equipo es el Sporting Cristal. Tiene en su haber actuaciones memorables, como aquel partido por Copa, en instancias decisivas, ante el Vélez de Chilavert y compañía. El Vélez que luego se coronó campeón.

Pero la idea no es viajar en el tiempo. Si no entender que es difícil jugar la Copa y esto deberían aprenderlo los equipos argentinos. Teniendo un delantero temible, uno de esos delanteros grandes de área, como el incansable Carlos Lobatón, Racing se dejó llevar y Sporting lo pasó por arriba, como un tren.

El Sporting tiene un secreto que es una gran virtud, copa los mediocampos, algo que parece extinguido en el fútbol moderno de fuerza y velocidad y llegar al área lo más rápido. Como soy admirador del Sporting Cristal, desde que me enteré que mi poeta preferido Antonio Cisneros y de que la chica más linda del barrio eran hinchas profesos del Sporting, decidí darle rienda suelta a mi entusiasmo y me fui a un bar peruano del Abasto, "Carlitos". ¡Faaa, no hay nada como los hinchas peruanos que viven en Buenos Aires!

De inmediato, cuando estaba recién a siete cuadras del bar, ya asomaban las primeras camisetas hermosas, celestes del gran Sporting. Se me erizó la piel. Seguramente, estaría Perla, en el bar, viendo el partido de su equipo favorito. Perla es una hermosa arequipeña, dueña total de mi corazón. "Ay, ojalá que hoy gane el Sporting, así aflora una sonrisa de la boca dulcísima de Perla".

Ah, los argentinos deberíamos hacer un puente, una gran autopista que nos dejara directo en Lima, o frente al mar del Callao, allá en el Pacífico, con la salsa a todo lo que da. Lobatón ataca y liquida las intenciones de los defensores argentinos que no pueden dominarlo, en el medio, hay un fuerte impasable con Cazulo como líder de esos luchadores.

Racing se evapora en su propia indecisión y el Sporting brilla, el Sporting, elabora tal vez, el comienzo de su hora más gloriosa. Irven Avila, le enseñó a jugar fútbol al desconcertado Grimi que no le pudo ganar ni un solo mano a mano. Saja, el gran arquero racinguista, directamente tenía que salir a pelear los mano a mano con Lobatón. Todo mal. Y todo bien para el fútbol peruano que tiene su tradición, que sabe jugar y que cuenta con un equipo grande verdad como el Sporting.