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¿Amir Khan quedó listo para Floyd?

Sin lucir y con mayores dificultades de las esperadas, Amir Khan venció a Chris Algieri por decisión unánime, este viernes en el Barclays Center de Nueva York, y quedó listo para enfrentar a Floyd Mayweather, si este decide elegirlo como su próximo rival. Y por ilógico que parezca, parece haber hecho los méritos suficientes para enfrentar al Rey Libra por Libra.

El británico había anunciado su deseo de establecerse en las 147 libras y la aspiración de enfrentar a Floyd, en una batalla que el año anterior estuvo a punto de concretarse. Para ello, rechazó una oferta para enfrentar al monarca de la FIB Kell Brooks y optó por medirse al mismo rival que eligió Manny Pacquiao antes de pelear con Mayweather.

Y si lo que Khan deseaba era lucir para ser tomado en cuenta, la primera conclusión luego de la pelea es que se equivocó de oponente. Chris Algieri lo complicó con su inesperado estilo agresivo, le robó el protagonismo y consiguió conectarlo en más de una oportunidad con la derecha volada por encima de la guardia. Otra sería la historia, evidentemente, si Algieri tuviera mejor pegada o fuera algo más que un Welter Junior.

Es que el combate transcurrió en un escenario que nadie esperaba, tal vez, ni el mismo Khan. Chris Algieri salió desde el primer segundo de la pelea a poner presión y volumen de golpeo sobre el inglés, al que llevó contra las cuerdas y obligó a trabajar desde la defensa.

La poca pegada y una agresividad con poco criterio, no le permitieron a Algieri ser más efectivo. Pese a todo, en el primer asalto consiguió conmover a Khan con una derecha volada, que luego repitió en tres oportunidades a lo largo de la batalla.

Amir Khan debió trabajar la pelea y apelar a sus herramientas defensivas, algo que ha mejorado mucho desde que tiene a Virgil Hunter comandando su esquina. El británico lanzó menos golpes, pero fue muy efectivo con sus impactos. Cada vez que lanzó, logró conectar a Algieri, especialmente cuando apeló al contragolpe o lo cazaba entrando a su radio de acción.

Los duros intercambios en velocidad, sobre las cuerdas, entusiasmaron a la platea, que mayoritariamente apoyaba al dueño de casa. Recién en el quinto asalto, Khan trató de cambiar el dibujo de la pelea y salió decidido a plantarse en el centro del cuadrilátero, pero no consiguió contener el empuje de Algieri, que siguió marcando el ritmo de la pelea.

El británico alternó momentos en que soltaba buenas combinaciones, con otros en que solo controlaba la pelea, saliendo por laterales o quitándose golpes con el cuerpo. Para el octavo asalto, Algieri comenzó a mostrar los primeros síntomas de cansancio y aflojó en parte la presión. Fue el momento en que el británico aprovechó para aumentar la frecuencia de golpeo y lastimar a su oponente con buenos impactos, especialmente a la zona media.

Algieri recobró el ritmo para los dos últimos asaltos, empujado por la fanaticada, pero fue más entusiasmo que calidad. Khan sabía que la pelea estaba ganada y no arriesgó más de lo necesario. Las tarjetas confirmaron su victoria. En dos ganó por 117-111, números que pueden ser un tanto exagerados, y en la restante por 115-113, algo que se aproxima más a lo visto en el cuadrilátero.

El Amir Khan que vimos este viernes se asemeja poco al de sus comienzos. Ya no es tan explosivo, regula el cardio para llegar entero al final de la batalla, ha mejorado desde lo técnico y apela a la velocidad cuando el rival le brinda los espacios por donde colocar sus combinaciones. Pero como en todo cambio, se mejora por un lado y se pierde por el otro.

Antes, la velocidad de Khan no lo dejaba tan expuesto a los golpes del oponente y sus derrotas llegaban por los huecos que provocaba en la defensa, la ansiedad de su ofensiva. Ahora, luce más maduro como boxeador, pero más endeble en su defensiva, especialmente cuando el rival tiene su misma o mayor velocidad. Algieri lo alcanzó con trallazos previsibles, que Khan no tuvo los reflejos ni el bloqueo adecuado para evitarlos. Ante un Welter natural, con mejor pegada, no dudo que hubiera terminado en la lona.

En resumen, Khan debía ganar con contundencia y mucha autoridad, pero nada de eso ocurrió. Por el contrario, paso dificultades para doblegar a un rival limitado y que venía de recibir una paliza de Manny Pacquiao. Es coherente imaginar que si este combate era un examen para enfrentar a Floyd Mayweather, a Khan no le alcanzó la nota. No obstante, ya estamos acostumbrados a que las decisiones que toma Floyd Mayweather a la hora de elegir rivales nacen de un laberinto indescifrable en el que cualquier cosa puede ocurrir.

Por esa razón, pese a la pobre exhibición de Amir Khan no lo descarten aún como próximo rival de Mayweather. Quizás esa mala performance haya convencido a Floyd de aceptar el consejo de su padre (Floyd Sr.), quien dijo que su hijo debería enfrentar a “un rival fácil” en septiembre y luego retirarse. Khan hoy demostró que será fácil, adecuadamente fácil.