MADRID -- El futuro de Raúl Jiménez está en pelear por la permanencia en España o jugar Champions League en Portugal.
El delantero saldrá cedido un año del Atlético de Madrid, una decisión tomada por directiva y cuerpo técnico desde hace meses con el objetivo de dar más minutos de juego al mexicano para completar su adaptación al futbol europeo y liberar una plaza de extranjero para Ángel Correa.
Desde hace seis meses, cuando el Atlético dejó ver sus planes con respecto al futuro del jugador, han sido varios los equipos que han preguntado por él, todos ellos con algo qué ofrecer al jugador, que tiene la misión de impresionar al Cholo a la distancia y ganarse el boleto de vuelta al Manzanares dentro de un año. Hasta este momento, cuatro equipos han sonado con fuerza como posibles destinos. La cuestión será tomar la decisión más conveniente para el club, el propio Raúl y, desde luego, el agente portugués Jorge Mendes, dueño de 50 de los derechos del mexicano.
El primero en acercarse fue el Rayo Vallecano, que desde mediados de temporada se postuló como posible destino para el delantero. Con uno de los presupuestos más bajos de la Liga, 29.2 millones de euros en el ejercicio 2014-2015, según el reporte oficial de ingresos del club, el cuadro de Vallecas vive ‘al día’ y año con año ve cambios radicales en su plantel, conformado en su mayoría por jugadores que llegan libres o cedidos en busca de reactivar sus carreras. Se trata, además, de un destino usual para los jugadores rojiblancos que no encuentran su sitio en el plantel. Y en los últimos años, han sido al menos dos los que “se han revalorizado”, según reconoció Raúl Martín Presa, presidente del club en una entrevista publicada por AS recientemente en la que citó los casos de Diego Costa, Saúl Ñíguez y Emiliano Insúa. El primero volvió al Manzanares para convertirse en héroe durante dos temporadas; el segundo vio reforzada su condición de promesa del futuro luego de jugar un año entero en una posición que ni siquiera era la suya dando buenos resultados mientras el tercero, que no cabe en los planes de Simeone, al menos logró ganar cierta notoriedad para recibir ofertas. Sin embargo Rayo también fue el destino de Leo Baptistao, quien no cumplió con las expectativas del Cholo y se enfila a Villarreal en una tercera cesión tras pasar seis meses en el Betis y un año en Vallecas.
En caso de recalar en el Rayo, Jiménez llegará a reemplazar a Alberto Bueno, quien ha puesto rumbo hacia Oporto. No obstante, el Rayo ha preguntado también por el atacante uruguayo Nico López, quien llegaría libre. De ser así, llegaría a un club cuyo objetivo, temporada tras temporada, se centra primero en certificar la permanencia y, con algo de suerte, sobrepasar la línea de media tabla y pelear por una plaza europea al final de la campaña.
Igual de modesto es el proyecto de Granada, con un presupuesto de 30 millones globales, de acuerdo con las cifras oficiales del club andaluz, uno de los candidatos más firmes por hacerse con el mexicano.
Según reconoció el secretario técnico del club andaluz, Juan Carlos Cordero, en rueda de prensa el jueves pasado, se ha puesto en contacto “con el Atlético y el agente (del jugador)” para pedir formalmente la cesión.
En las cuatro temporadas transcurridas desde que logró un histórico ascenso en 2011, el Granada se ha convertido en un rentable destino para cesiones, primordialmente de Udinese, y han sido varios los jugadores que tras su paso por el Granada han dado un salto de calidad en sus carreras, entre ellos Fabian Orellana Guilherme Siquieria, Mikel Rico, John Córdoba, Manuel Iturra o Rubén Rochina. Sin embargo, también se trata de un equipo habituado a sufrir hasta el último minuto de la temporada, como ocurrió en la campaña 2014-2015, que no selló su salvación hasta la jornada 38 gracias a un empate con el Atlético de Madrid.
El atractivo para el Atlético, en ambos casos, es que se trata de equipos españoles, lo que facilitaría tener al jugador cerca. Sin embargo, el supuesto interés del club por hacerse con Nico Gaitán, del Benfica, podría motivar a la directiva a ofrecerlo como moneda de cambio. Según reporta la prensa portuguesa, el Atlético de Madrid ha entablado las negociaciones con el campeón portugués para fichar al mediocampista argentino ante la inminente salida de Arda Turan. Pero el alto costo de la cláusula de rescisión, 35 millones de euros, podría obligar al club a meter a Raúl en la negociación para rebajar la ficha, de acuerdo con la versión portuguesa.
Benfica no sería un mal destino para el jugador mexicano, pues se trata de uno de los equipos más grandes de Portugal. Ocupa el puesto 26 en el ranking de equipos más ricos, con unas ganancias de 106 millones de euros en el último ejercicio, según el último estudio de Deloitte; es el máximo ganador en la historia del futbol portugués con 34 títulos de Liga, 25 títulos de Copa de Portugal y seis títulos de la Copa de Liga. Benfica, además, necesita reforzar su delantera tras la marcha de Rogelio Mori y la probable salida de Rodrigo Lima pese a la contratación de la joven promesa venezolana John Murillo, quien de acuerdo a la prensa española, saldría cedido la próxima campaña.
Otra opción que resulta igual de atractiva o más es la del Porto. Además de coincidir con un compañero de selección, Héctor Herrera (probablemente dos, si Diego Reyes no sale cedido), Jiménez iría al subcampeón de la Liga Portuguesa y que el año pasado sorprendió al llegar a los cuartos de final de la Champions League. Se trata de un club de gran proyección internacional y de dónde han salido no pocas estrellas internacionales – de hecho, el club es famoso precisamente por sus ventas ‘bomba’, y en los últimos años, muchas de ellas de la mano de Jorge Mendes. Radamel Falcao, Pepe, James, Hulk, Moutinho y, hace unos días, Jackson Martínez, vendido al Atlético de Madrid, han protagonizado traspasos millonarios después de deslumbrar como dragones. Y es precisamente el hueco que deja libre Jackson Martínez el que ocuparía el mexicano para formar pareja con Alberto Bueno, toda vez que Adrián busca su salida luego de una temporada en que no vio mucha acción.