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Buenos tiempos para Gimnasia

Cappa no cree que Passarella sea culpable tampoco DYN

BUENOS AIRES -- Gimnasia Esgrima de La Plata es un gran club con historia. Hoy atraviesa una zona gris en su existencia. Acostumbrado a ganar grandes partidos, de pronto, el mayor club de la ciudad de La Plata, se encuentra en un limbo casi sin salida.

Todo hincha "tripero" recuerda con nostalgia aquellos días gloriosos en los cuales -con toda la mística- Carlos Timoteo Griguol lideraba un equipo que emocionaba a cualquiera.

Pasaron los años y Gimnasia ya ni por asomo es lo que supo ser en esos días lejanos...

Hoy por hoy, pelea, tozudamente por no descender y el punto más alto de su ambición es salir de la zona de promedio, huyendo de la pesadilla avergonzante de irse a la B Nacional como Rosario Central, Ferrocarril Oeste, Platense u otros grandes que jamás volvieron. Gimnasia se aferra con todo a la Primera División, casi como un tripulante del Titanic.

Al sufrimiento del alma del hincha de Gimnasia tenemos que agregar, sin dramatismos, las cargadas y gastadas de sus primos de ciudad: los hinchas de Estudiantes de La Plata y su club que no para de ganar campeonatos tanto nacionales como internacionales.

Ante semejante sufrimiento se me ocurre una sola pregunta: ¿qué hacer? ¿cómo revertir esta situación tan negativa, tediosa e infausta?

Ni siquiera Mandrake tiene una respuesta a semejante pregunta. No obstante oí en los pasillos del fútbol entubado que un nuevo técnico aterrizó en Gimnasia y montado en un ovni.

No sé si es la solución, pero la noticia me llena de alegría y ojalá cuando termine de tipear esta crónica sin ton ni son, ya Ángel Cappa (el mejor director técnico de Sudamérica) esté armando jugadas de estrategia con el buzo de flamante nuevo D.T., del glorioso club de La Plata. ¡Y lo es!

Voy a hablar sin pelos en la lengua, no soy hincha de Gimnasia, pero tampoco soy un sádico que se alegra con la desgracia ajena.

Tengo sentimientos profundos y realmente deportivos: cuando a un club le va mal siento que me va mal a mí y a toda la sociedad. Es así, queridos lectores, a Gimnasia le deseo lo mejor; por ejemplo que pueda salir de este lugar de intrascendencia en el cual están insertos muchos clubes argentinos.

Gimnasia, siendo autocrítico, es el ejemplo de todo lo mal que se puede llegar a jugar al fútbol. Con mucho esfuerzo y gran tesón, todavía se puede jugar mucho peor. No quiero ser tremendista ni como dicen ahora "pesimista", pero es una verdad que hay que tener en cuenta. Estamos en decadencia.

En estos tiempos de crisis futbolística, la presencia de Cappa es importante para Gimnasia o cualquier otro club.

Hago una pregunta a los millones de cibernautas: ¿por qué piensan que River comenzó a jugar bien? ¿Por Jota Jota López? ¡No, señores! Es la prédica de Ángel Cappa que hizo efecto y florece en el club de Nuñez.

Por lo tanto, la llegada de Cappa a Gimnasia es una noticia para brindar. Lo mejor que le pudo pasar al club de La Plata en estos últimos años.

Ahora sí, ya no tendrán excusas, con un técnico ganar sólo le quedará volver a pelear los puestos de arriba. El tiempo le da una buena oportunidad también a Cappa, que fue injustamente echado de River Plate.

Éste período en Gimnasia será ideal para demostrar por qué es el mejor director técnico de Sudamérica.

En mi barrio, hay un muchacho que vive solo, sin familia, todas las mañanas se sienta en el umbral de su puerta y nos da una buena noticia a los que querramos escucharlo.

A este señor le llamamos "el hombre positivo". Siempre, pero siempre, tiene algo positivo hasta de la peor tragedia.

-Cucu, ojo con Gimnasia, Cappa va a ser una campaña parecida a la que hizo en Huracán. Yo lo miré de soslayo y le sonreí a medias.

- Gabrielito Cheppe (tal su nombre), es imposible que Gimnasia juegue bien por estos días.

Y, ¿saben lo que me respondió?

Gimnasia no necesita jugar, va a jugar Ángel Cappa.

Veremos qué sucede.