En los últimos dos años, los campeones de la Serie del Caribe han tenido que celebrar fuera del terreno de juego al obtener el cetro, y eso desluce mucho la Pequeña Serie Mundial del Béisbol Latinoamericano.
No me olvido de que años atrás, la pelea ha sido cerrada y el título se ha decidido en el último día de competencia, pero no siempre con el campeón en el terreno de juego en el último partido del evento… por lo que es tiempo de cambiar el formato.
La Confederación del Béisbol del Caribe que preside Juan Francisco Puello Herrera ha recibido diferentes propuestas para al final tener un partido en que se dispute el campeonato. Y aquí agregó otra por si la idea aún no ha llegado a sus manos.
Hace unos días se dijo que Cuba está más cerca de volver al Clásico Caribeño, más de lo que muchos imaginamos. También se ha dicho que las ligas invernales de Nicaragua, Colombia y Panamá no son tomadas en cuenta muy en serio por sus problemas económicos y de organización en sus respectivos países.
Si es así, la confederación debe enfocarse sólo en el regreso de Cuba, pues con cinco equipos se puede seguir con dos partidos diarios y tener un partido por el título en el último día, aunque sólo habría una diferencia, se tendría que agregar un día al calendario de seis que se tiene actualmente.
Con cinco equipos se jugaría un round robin --todos contra todos--, en cinco días, con descanso para un equipo por jornada. Con este rol se garantiza al menos cuatro partidos para cada equipo, lo que haría valer el viaje desde el Caribe hacia México y viceversa, pues por ejemplo en un calendario de doble eliminación se garantiza sólo dos juegos, lo que no haría costeable un viaje tan largo para un equipo.
Al jugarse round robin con cinco equipos, los primeros cuatro avanzan a la serie semifinal y el quinto lugar queda fuera. En la semifinal en el sexto día se jugaría cruzado, con el primer lugar contra el cuarto y el segundo contra el tercero.
Para el séptimo día se tiene el juego por el título con los ganadores de la semifinal y si se quiere tener juego por el tercer puesto --para tener 14 partidos en total en siete días--, un premio económico llevaría a los equipos a celebrar el partido antes del juego por la corona.
Cinco equipos, 10 partidos en la ronda eliminatoria, dos en semifinales, uno por el título y uno posible por el tercer puesto, son más que un atractivo. Lo único que se necesita es convencer a Cuba de que participe y alargar un día la serie, que con el día de descanso para cada equipo, los cuatro equipos clasificados jugarían como máximo los mismos seis partidos que se celebran actualmente.
Allí queda la propuesta y 2013 con el Clásico Mundial a la vista, a Cuba le vendría bien tomar la Serie del Caribe como un ensayo en serio en sus aspiraciones por ganar su primer título en el torneo mundial que organiza las grandes ligas, y porque no buscar la corona en el clásico latino, ya que siempre le ha dado la pelea a los equipos de la región en torneos oficiales o juegos amistosos.