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"Es el pináculo de mi carrera"

El sudafricano Oscar Pistorius compite en la primera ronda de los 400m Getty Images

LONDRES -- "Estaba tan nervioso esta mañana. Les agradezco a todos su apoyo. Clasificar para la semifinal es algo único. No sabía si festejar o llorar. Tenía una mezcla de emociones, fue la experiencia más increíble de mi vida. Sólo puedo agradecer a la gente". Oscar Pistorius, sudafricano de 25 años, va encadenando las palabras al borde de una emoción evidente. Acaba de quedar segundo en su serie clasificatoria de los 400 metros con un tiempo de 45s44, su mejor marca de la temporada. El primer objetivo de su vida olímpica está cumplido.

"Hace seis años que perseguía este sueño, es el pináculo de mi carrera", explicó el hombre vestido de verde y amarillo, con lentes oscuros y una sonrisa imborrable. Pistorious había conseguido la marca A para clasificar a Londres en marzo pasado, pero el permiso para su competencia llegó apenas unas semanas antes del arranque de los Juegos.

El atleta pasó la mayor parte de su vida con una deficiencia física: le falta la parte inferior de ambas piernas, por debajo de las rodillas. Sufrió una amputación a los 11 meses de edad. Para correr, utiliza un par de prótesis que -según algunos- le otorgan una ventaja comparativa en el aprovechamiento de la fuerza que se utiliza para cada zancada. Le dicen "Blade Runner", parafraseando aquella vieja película de Ridley Scott. El apodo no refiere a la película sino a sus particulares piernas de fibra de carbono. Vendría a ser algo así como "el corredor de las cuchillas".

Ahora llegó a la semifinal olímpica en su prueba individual. ""Haber alcanzado las semifinals me pone muy contento. Iré por más, pero sé que los mejores tiempos de los grandes corredores están por fuera de mi alcance. Igual me emocionó ver la bandera de mi país flameando en el estadio. Y vi gente llorando", aseguró tras la carrera. También competirá en el relevo 4x400 representando los colores de su patria, con los que ya ganó una medalla de plata en el mundial de Daegu, en 2011. En aquel momento fue dejado fuera del cuarteto final, pese a haber participado de las semifinales. "Definitivamente espero estar en la final esta vez", se entusiasmó después de su debut.

Es curioso que Pistorius detestara el atletismo en sus comienzos. A los 12 años, aterrizó en la disciplina para rehabilitar una lesión de rugby, el deporte que realmente quería practicar. El tiempo le entregó cuatro oros y un bronce Paralímpico, incluídos tres en Beijing 2008. Pero esta participación supera cualquier precedente. Y mientras las megaestrellas como Gay, Bolt, Powell o Blake pasan de largo ante la consulta de algunos periodistas, el bueno de Oscar se frena para contestar cualquier inquietud. Reconoce su momento, lo paladea. Lo disfruta.

"Beijing fue el punto alto de mi carrera… hasta ahora", deslizó. Allí fue primero en 100, 200 y 400 metros. "Quiero bajar mi mejor marca en 400 y creo que tenemos una buena chance en los relevos. Los sudafricanos siempre corremos con mucho corazón. Nadie esperaba nada de nosotros en Daegu, y allí está lo que hicimos", reflexionó.

La polémica de si es o no beneficiado por sus prótesis despertó algunas suspicacias y algunos estudios aplicados con resultados sorprendentes. Se sabe, por ejemplo, que Pistorius tiene menor potencia en la salida, algo que no resulta tan determinante en los 400 metros como en las pruebas más cortas. También que el trabajo mecánico de la rodilla es entre 8 y 11 veces menor al de un competidor con ambas piernas, lo que se traduce en una menor velocidad final.

Entre los "beneficios" enumerados se encuentra una mayor velocidad de movimiento en el apoyo (da un 15 por ciento más de zancadas que sus rivales) y el aprovechamiento de un 91 por ciento de la energía generada en la carrera, contra un 45 de sus contrincantes.

Sin embargo, y para ponerlo crudamente, no tiene piernas. Y corre igual. "Nunca pensé en darme por vencido", comentó después de su día más glorioso. Su abuela, de 89 años, lo alentó de la tribuna. Él también recordó a su madre, fallecida hace diez años: "Me acordé mucho de ella, siempre decía que el perdedor no es la persona que se involucra y llega última, sino la que directamente decide no involucrarse".

Él decidió involucrarse. Y ni siquiera fue último. Llegó segundo en su serie. Detrás de él quedaron otros seis atletas. Se trató de un logro personal admirable. También del comienzo de una nueva era olímpica de inclusión. Y del nacimiento de un apodo generado por los medios ingleses:"el corredor sin piernas más rápido de la tierra".