Brasil hizo todo para ganar y fue el mejor equipo del Mundial hasta la final, donde se encontró con Uruguay.
Los charrúas, que ya habían mostrado signos de garra y fortaleza anímica, arrancaron con goleada por 8 a 0 ante la débil Bolivia en el Grupo D; así avanzaron a la ronda final, donde empataron 2 a 2 con España, y vencieron 3 a 2 a Suiza en un partido luchado y parejo hasta el final.
Como contracara, los brasileños fueron una máquina: tras quedar primeros del Grupo A, pasaron a la ronda final y mostraron todo su poderío ante Suecia (7 a 1) y España (6 a 1). Con el empate le alcanzaba a la verdeamarelha para ser campeón. Pero la confianza ciega que se vivió en la previa a la final, y que auguraba un seguro triunfo de la selección local, terminó jugando en contra.
Los diarios adelantaron en sus ediciones el triunfo local y las apuestas estaban 10 a 1 a favor de Brasil. Pero los charrúas no se achicaron en el mítico Maracaná, poblado por 200.000 almas. Obdulio Varela, el capitán de Uruguay, se encargó de dejar en claro que iban a vender cara la derrota. "Los de afuera son de palo", les dijo a sus compañeros en la mitad del campo de juego, antes del arranque del partido. Y así fue.
Porque tras ir perdiendo 1 a 0, primero empató a los 22 minutos del segundo tiempo a través de Schiaffino y a 11 del final, dio el golpe de gracia con el golazo de Alcides Ghiggia. Obdulio Varela fue el corazón del Maracanazo, Schiaffino fue el cerebro.
"En el gol le pegué mal. Había pensado definir de otra manera, patear a la derecha de Barbosa, pero me picó mal y me salió hacia la izquierda".
Bolivia, por su parte, tuvo una muy corta particpación en el certamen: le tocó enfrentar en la fase de grupos a Uruguay, mientras que para Chile el saldo fue más positivo: terminó sefgundo en el grupo que lidero España, tras vencer 5 a 2 a Estados Unidos, y caer ante España e Inglaterra 2 a 0.