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Sam Bradford enfrenta un año de expectativas con los Rams en el 2014

EARTH CITY -- Independientemente de si los St. Louis Rams reclutan un mariscal de campo en el draft de este año --y ha habido rumores recientes de que eso podría suceder-- Sam Bradford ya debe saber lo que está en juego la próxima temporada.

No hay duda de que es un chico simpático con talento. También es imposible discutir que la mala suerte y un cuerpo de apoyo mediocre a la ofensiva le han afectado durante su corta carrera. Estos son los temas que surgen a menudo cuando se habla de la falta de éxito de Bradford en St. Louis, y este es el año en el que es momento para que quienes lo apoyan dejen de argumentarlo.

Por mucho que hay que valorar a Bradford, el hecho es que los Rams siguen sin tener una temporada ganadora en los cuatro años desde que se convirtió en el mariscal de campo titular. Eso significa que algo tiene que cambiar este año, sobre todo porque es crucial que el pasador de 26 años de edad dé un paso al frente en su desarrollo. Ha pasado de ser impresionante (fue Novato Ofensivo del Año de la NFL en el 2010) a inconsistente (durante el único año que compartió con el ex coordinador ofensivo Josh McDaniels) a estar lesionado (sufrió un desgarré en el ligamento cruzado anterior en la Semana 7 de la temporada pasada. Es momento para que Bradford tenga el tipo de temporada que haga creer a todos que es el indicado para el puesto.

Si se le pregunta a los Rams sobre esa posibilidad, responderán cosas positivas. Preguntamos sobre la confianza que el equipo tiene en el futuro de Bradford, una fuente del club dijo que "no había ninguna preocupación" y agregó que Bradford "es un muy buen mariscal de campo".

Por otra parte, un reporte del St. Louis Post-Dispatch señala que los Rams se han reunido con el pasador de la Universidad de Pittsburgh, Tom Savage, mientras también se reporta que tuvieron otra reunión con Derek Carr de Fresno State. El diario también mencionó los nombres de Connor Shaw de South Carolina y Aaron Murray de Georgia, como jugadores que podrían interesarle a St. Louis en la semana del draft.

No sería sorpresa si los Rams estuvieran intrigados por alguno de los mariscales de esta clase. Una vez que se llegue más allá de los mejores tres prospectos en la posición --Blake Bortles, Teddy Bridgewater y Johnny Manziel-- habrá talento para seleccionar en rondas posteriores. También es verdad que elegir un pasador no significa que un equipo va a darse por vencido con su mariscal de campo actual. Pero en este caso, si los Rams invierten una selección en el segundo o tercer día del draft en un pasador, tienen que saber que las discusiones acerca del futuro de Bradford aumentarán.

El entrenador en jefe Jeff Fisher y el gerente general Les Snead tendrán que lidiar con eso si se cumple con este escenario. Incluso si no sucede, hay problemas con Bradford que tendrán que ser atendidos eventualmente. El primero es su gran contrato, un acuerdo que fue firmado antes de que la NFL cambiara sus reglas acerca de cuánto pueden ganar los novatos al llegar a la liga, y el significado que tendrá cuando llegue el momento de negociar una posible extensión. Bradford ya ha ganado la totalidad de los 50 millones de dólares que tenía garantizados en su contrato, aún le restan dos años y 27 millones en su acuerdo.

Eso es mucho dinero para un mariscal cuyos números han sido regulares, en el mejor de los casos. El porcentaje de pases completos de por vida de Bradford (58.6) no asusta a nadie, y el índice de pasador de su carrera (79.3) es uno que por lo general se encuentra en el currículum de un jugador destinado a ser suplente en esta liga. Para ser justos, Bradford sufrió un retroceso cuando los Rams cambiaron su ofensiva luego de su temporada de novato e intentaron implementar un sistema que McDaniels había utilizado con los New England Patriots y los Denver Broncos. Bradford también estaba jugando en el mejor nivel de su carrera el año pasado --tuvo 14 touchdowns y cuatro intercepciones en siete partidos-- antes de que una lesión en la rodilla lo marginara por el resto de la campaña.

Bradford ha crecido más allá del punto en el que las estadísticas pueden definir su valor. Necesita comenzar a llevar a los Rams a lugares en los que no han estado en mucho tiempo y emocionar a los aficionados de la manera en que alguna vez hizo Kurt Warner. Los Rams lentamente han construido un equipo que es lo suficientemente peligroso para darle dolores de cabeza a algunos de los contendientes de la liga. La mayor parte de ese potencial ha surgido por la dirección de Fisher y una defensiva en constante mejoría.

Si Bradford puede dar el siguiente paso en su desarrollo, entonces los Rams podrían abrirse paso hacia superar la marca de .500 y convertirse en contendientes. Si no puede, entonces el equipo debe buscar otras opciones. St. Louis solía tener el lujo de mantenerse en la pelea en la NFC Oeste, una división que alguna vez fue tan mala que los Seattle Seahawks la ganaron con un récord 7-9 durante la temporada de novato de Bradford. Eso está muy lejos ahora.

Los Seahawks, que recién ganaron su primer Super Bowl, tienen un mariscal de campo joven en Russell Wilson, quien rápidamente se ha convertido en un jugador de Pro Bowl y en uno de los mejores pasadores de la liga bajo presión. Los San Francisco 49ers llegaron al Super Bowl hace dos años con Colin Kaepernick, un mariscal de cuarto año que tiene tanto talento y potencial como cualquier jugador en su posición. Los Arizona Cardinals también ganaron 10 partidos la campaña pasada, luego de salir de la nada en su primer año bajo la dirección el entrenador en jefe Bruce Arians. Esos son los equipos que se interponen en el camino hacia el ascenso de Bradford en St. Louis.

La causa de Bradford ha sido perjudicada por la rapidez con la que han florecido el resto de los mariscales. Wilson y Kaepernick son dinámicos. Andrew Luck ha guiado a los Indianapolis Colts a los playoffs en sus primeras dos temporadas en la NFL, mientras que Andy Dalton de los Cincinnati Bengals tiene tres apariciones en la postemporada. No olvidemos a Cam Newton de los Carolina Panthers, Robert Griffin III de los Washington Redskins y Nick Foles de los Philadelphia Eagles, quienes también han llegado al Pro Bowl y los playoffs.

Para algunos puede parecer injusto comparar a Bradford con esos jugadores, pero así es como funciona esto. Hubo un momento en el que Bradford era el pasador joven y encendido en ascenso, y había trabajado duro para ganarse ese reconocimiento. Ahora difícilmente es considerado en el mismo renglón que las otras estrellas jóvenes.

La carrera de Bradford ha tenido tantos altibajos hasta el momento que es difícil saber exactamente cómo responderá a la presión que viene esta campaña. También vale la pena señalar que Snead y Fisher no lo reclutaron en el draft, lo que significa que la apuesta en su futuro no llegará tan lejos. Tomando esto en consideración, es muy probable que los Rams traten de encender el fuego de Bradford sumando algo de competencia en el draft. La gran pregunta es si Bradford de verdad cumplirá con las expectativas que lo han acompañado desde su llegada a la NFL.