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Una primera derrota que duele

HIROSHIMA (EFE) -- La selección panameña empezó el Mundial 2006 con mal pie, no sólo por perder el choque de inauguración, sino por perderlo ante un adversario directo en la clasificación para la segunda fase como Angola.

La tardía llegada a Japón a Hiroshima pasó factura a los hombres del argentino Guillermo Vecchio. El cambio horario es uno de los factores que más afectan al organismo de un deportista y el combinado centroamericano fue el último en aterrizar en terreno nipón.

El estado físico de los campeones del Centrobasket no era el más adecuado porque no tuvieron tiempo material para adaptar sus biorritmos. En la ceremonia de inauguración del campeonato, la tarde anterior al debut contra los africanos, podía apreciarse el cansancio en los rostros de la selección americana.

En el partido se palpó no sólo en los rostros, sino en el rendimiento individual y colectivo. El traspié puede pasar una factura impagable a Panamá porque Angola es uno de sus rivales directos en el Grupo B.

Panameños, angoleños y japoneses son, a priori, los equipos destinados a disputarse la cuarta plaza del Grupo de Hiroshima, último pasaporte para las eliminatorias de octavos de final. Ahora, la derrota en el partido inaugural obliga al equipo de Vecchio a buscar un asidero, normalmente, ante Nueva Zelanda.

Además, el segundo partido de la primera fase le enfrenta a España, una de las grandes favoritas para el oro. Otro revés significaría una dosis de presión añadida que jugaría a favor de Japón y de Angola.

A los centroamericanos les faltaron piernas. El bloque africano es muy poderoso. Les sobra músculo. A Panamá también y, sobre el papel, disponen de mayor talento. Sin embargo, nunca llegó a entablarse una confrontación auténtica. Salvo en los primeros minutos, cuando el depósito aún permitía carburar a los de Vecchio y, ya a la desesperada en la última fase, Angola manejó el partido a su antojo.

Los africanos capturaron el triunfo sin necesidad de apretar el acelerador. La batalla nunca existió en el terreno físico. En el táctico tampoco. Lo que mató a Panama, aparte de la escasez de fuerzas, fue una zona. Muy bien hecha, pero perfectamente vulnerable en condiciones normales.

Una zona decente, cerrada y muy pendiente del rebote, pero con lagunas al alcance de un equipo que hubiera estado entero. Panamá tardó en arrancar (27-15). Una vez que lo consiguió, en el segundo cuarto (37-33 al descanso) y los cinco primeros minutos del tercero, enseguida se vacío.

Los centroamericanos equilibraron el marcador mediado el tercer cuarto con una volcada en contraataque de Mickael Hicks (47-46 m.25). Angola colocó la zona con ese tanto de diferencia y, cinco minutos más tarde, paseaba un parcial de 20-4 (67-50). Punto y final pese a los intentos por cambiar la historia.

Panamá tuvo arrestos para pelear sin desmoronarse en el último periodo, entre otras cosas porque los márgenes son muy importantes en un campeonato como el Mundial. En la última jornada pueden establecer la diferencia entre ser octavofinalista o ser un mero espectador.

SINTESIS:

ANGOLA (83) (27+10+30+16): Cipriano (17), Joaquín Gomes (9), Almeida (22), Lutonda (17), Mingas (10) -cinco inicial-, Morais (-), Barros (-), Carvalho (-) y Moussa (8).
PANAMA (70) (15+18+17+20): Cota (7), Douglas (17), Hicks (14), Lloreda (6), Garcés (16) -cinco inicial-, Peralta (-), Daley (2), Levi (4), Dionisio Gómez (-) y García (4).

ARBITROS: Voreadis (GRE), Belosevic (SCG) y Ryzhyk (UKR). Excluyeron por personales a Joaquín Gomes (m.34).
INCIDENCIAS: encuentro correspondiente a la primera jornada del Mundial de Japón 2006 disputado en el Hiroshima Green Arena ante unos 5.500 espectadores.