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Simpática y carismática

ORLANDO (Enviado Especial) -- Su simpatía y carisma son muy evidentes, siempre sonríe hasta cuando habla de momentos difíciles en su vida y su carrera.

La golfista paraguaya Julieta Granada recibió a ESPNDeportes.com en su casa, en Orlando, Florida y nos habló de sus inicios, de sus sueños, de su pasado y de su presente.

Con gran naturalidad, Julieta recuerda cómo se inició en el deporte de los bastones: "Empecé en Paraguay cuando tenía cuatro años, en el campo Yacht Golf Club y mi mamá y mis abuelos eran la generación del golf y yo era la tercera generación y mi mamá siempre me apoyó, quería que yo jugara y entonces, mientras ella jugaba, a mí me dejaba en el Range, en la escuelita de golf y ahí empecé, practicaba un ratito, luego me iba, comía, venía a practicar otro ratito y así me empezó a gustar":

Sin embargo, el sueño de dedicarse al golf de manera profesional vino después: "No tenía muy claro hasta que tenía 16 ó 17 años, cuando empecé a jugar bien en el ambiente junior y ahí me empezó a motivar más y pensé, por ahí si tengo lo que necesito para ser profesional".

Fue a los 14 años que Julieta se mudó a Estados Unidos en busca de su sueño de ser golfista, pero el cambio no fue fácil: "Durísima esa época, estuvo bien dura porque en el colegio me hicieron un test y en el test decía que mi inglés era lo suficientemente bueno para estar en clases normales y me pusieron en clases normales, pero yo era muy buena en escribir y no hablar, otro tema, ahí fue muy difícil porque el cambio cultural es muy grande comparado con Paraguay. El dejar a toda mi familia atrás, ese fue un paso muy difícil, pero yo sabía que tenía que hacerlo porque en Estado Unidos yo iba a tener otra oportunidad para el golf".

Después vino otro gran paso en su carrera, hacerse profesional, y eso tampoco fue sencillo: "Los cambios más grandes que fueron que todas las niñas estaban en la universidad y yo me tenía que hacer pro y salir a otra vida, una vida más dura en la que hay que trabajar y concentrarse y ya no es el ambiente de la Junior golf en el que te ríes y sales, te diviertes más seguido y entonces el cambio es más difícil, porque a mí me gusta hablar con todos y reírme y eso es lo más duro".

Y es que realmente los primeros meses fueron complicados y así los recuerda Julieta: "El paso más difícil fue hacerme profesional y jugar el Futures Tour durante nueve semanas, ese tiempo fue muy duro para mí, siempre uno sueña ir directo a la LPGA y no jugar un mini tour, entonces cuando uno está en esa situación, te vuelves más inseguro, como que será que dudas que has tomado la decisión correcta y piensas en si tenías que haber pasado a la universidad, pero por suerte pude ganar en el último torneo del Futures Tour y me dio más motivación para decir que sí tomé la decisión correcta y de ahí seguir adelante".

La situación económica de la familia no era óptima, pero como el objetivo estaba bien claro, los sacrificios eran lo de menos: "Teníamos bien claro cuánto teníamos para gastar y qué teníamos que hacer, como quedarse en hoteles más económicos, comer comida más económica, todo lo normal, nada raro. Viajábamos en el auto para todos lados y llevábamos en el microondas, todo lo que te puedas imaginar, una heladera para no tener que comprar nada que no fuera necesario".

Tiempos difíciles que Julieta Granada recuerda más que con tristeza con añoranza y con una alegría que siempre la caracteriza: "Yo andaba como dos millas al día en bicicleta, me iba al range y de ahí a mi casa y de ahí como al centro de la academia para tomar un autobús a la escuela, o sea que llegaba a la academia y yo decía 'Pero yo ya terminé, porque viene en bicicleta, ya mis piernas están fuertes, ya no tengo que hacer pierna', y todo mundo se reía, pero era muy divertido, un momento duro, pero lo tomamos bien, lo veíamos como diversión y pasarla bien y hacer algo que era necesario en ese momento".

Una jovencita sencilla y con gran sensibilidad que hasta los peores momentos los recuerda con filosofía: "Lo peor era los días de invierno a las 5 de la mañana para ir a entrenar y subirte en la bicicleta y hacía un frío con viento en contra que te mataba, esos días eran los peores, pero cuando era más chica no veía eso, a mí me gustaba porque jugaba golf y me iba a mejorar, no pensaba en el sufrimiento sino en que eso me podría beneficiar y cómo me podía ayudar".

La familia siempre ha tenido un lugar muy especial en su vida, principalmente en lo que se refiere a su relación con su mamá, la cual ella describe: "Nos llevamos súper bien, somos las mejores amigas, siempre fuimos muy cercanas, ella estuvo cada parte de mi carrera siempre muy involucrada, nos llevamos súper bien".

Pero ya hay un nuevo integrante en la familia, una pequeñita de cuatro patas: "Mi perrita se llama Bimba ella va a todos los torneos, al principio era muy difícil porque el acostumbrarse a la vida del Tour y tener un perrito también como que era mucho, pero ahora ya estamos acostumbrados ya sabemos cómo viajar, a dónde llevarla, si no la podemos llevar a dónde dejarla, es algo bien peculiar, porque afuera del golf tenemos algo que hacer, algo diferente, algo que te saque de todo el día golf, golf, golf".

Dos momentos ya han marcado su vida profesional, primero el ADT Championship: "Fue un torneo increíble, fue el momento exacto para que la gente me conozca un poco más, para sacar el nombre de Paraguay para sacar mi nombre y fue una semana increíble fue mi cumpleaños el viernes, gané el torneo el domingo, mis papás estaban en el torneo, todo estuvo perfecto".

Y el campeonato mundial: "Inexplicable, es algo que nadie se esperaba, nadie pensaba que Paraguay podría ganar un torneo tan importante, fue algo increíble. Celeste (Troche) jugó muy bien y yo también, fue un equipo perfecto y pudimos ganar a Estados Unidos que tenía un equipo muy fuerte, Paraguay estaba loco".

Una gran amiga para Julieta, como para casi todas las golfista del la LPGA ha sido Lorena Ochoa, así se expresa Julieta de la mexicana: "La imagen de Lorena es enorme en México y en Sudamérica, ella es muy humilde y eso me encanta, no porque uno sea grande en algo uno tiene que pensar que es mejor que todo el mundo, y es que la humildad con que ella se conduce, cómo trae a México siempre cerca de ella, siempre tiene a México ahí al lado, eso me parece bien importante y es algo que yo también quiero hacer con Paraguay".

Vive lejos de su patria, pero siempre la trae en el corazón y sueña con poder hacer algo por ella: "Para mí lo más importante es ser un buen ejemplo para los jóvenes en Paraguay, para darles esperanza, darles una señal de que sí se puede, de que si se trabaja duro sí se puede llegar a donde uno quiera y a lo mejor en Paraguay pueden pensar 'Ya no tengo oportunidad, aquí me quedo' y no, así se puede trascender y mejorar y hacerse una persona de bien, para mí es muy importante que un taxista le diga a su hijo 'Mira esta golfista sí puede, estudia, practica o lo que sea que uno quiera' y que vea que sí se puede, es algo que no puedo explicar, es algo muy especial y esa es mi meta, poder dar a Paraguay una razón para reírse, para disfrutar, para alegrarse y darle esperanza al país".