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Otra vez sopa

ROMA -- "Escándalo": esta es la palabra que recorre en los títulos de toda la prensa italiana. "Escándalo Inter", titula el Corriere dello Sport, "Escándalo de otros tiempos", agrega el Messaggero, la Gazzetta dello Sport, diario de Milán, se la arregla con "Embrollo Inter", el Corriere della Sera, el diario de mayor venta en el país, también de Milán, elige "Penal y polémicas", mucho más neutro, Repubblica sigue la misma línea con "Punta y venenos", el Giornale se refiere más directamente al penal cobrado y crea un eficaz juego de palabras, "La mano que no servía".

En suma, la 19ª jornada del campeonato italiano de fútbol, "el torneo más difícil del mundo", la que cerró la primera rueda, se calentó otra vez al fuego de las polémicas. Todo ocurrió en el partido nocturno del domingo, el que cerraba la fecha en San Siro con el enfrentamiento entre el puntero Inter y el Parma.

Bueno, contra todos los pronósticos, el Parma fue muy superior pero acabó vencido en tiempo de descuento (al minuto 88 ganaba 2 a 1) con un penal inexistente y relativa expulsión de un defensor. Además, el gol definitivo llegó con la visita en doble inferioridad numérica por la lesión de un jugador que no pudo ser remplazado luego de una falta criminal del volante local Vieirá. Si a todo eso le sumamos que el juez le negó un penal clamoroso al Parma en la primera etapa, la palabra escándalo encuentra plenamente su justificación.

Una verdadera lástima, porque la jornada había sido muy buena y atractiva: 26 goles (promedios 2,6 por partido) a pesar del un empate sin goles, 6 triunfos locales, 2 externos y apenas 2 igualdades, pero sobretodo partidos luchados y divertidos (uno por todos, Palermo vs. Siena) y espectáculos más que aceptables en todos los casos.

También la tabla de goleadores está al rojo vivo. En efecto, ahora lideran David Trezeguet y Zlatan Ibrahimovic, ambos con 13 tantos. Claro que, de los 6 penales pateados por el nerazzurro, al menos 4 fueron inventados... El franco argentino sólo pateó uno. Sigue Adrián Mutu, con 12, con 11 está Marco Borriello y con 10 Julio Cruz y Francesco Totti.

UNA TENDENCIA PELIGROSA
Nadie hubiera reaccionado tan violentamente por un simple error, o también por un partido totalmente equivocado por parte de un árbitro. El verdadero problema es que, como desde nuestra columna venimos alertando desde hace unas cuantas fechas, las ayudas al equipo puntero se han vuelto repetitivas en una medida que no se había visto ni siquiera en las épocas nefastas de Moggi.

La última serie es de por lo menos 5 encuentros: en Inter vs. Lazio, el puntero no lograba destrabar el resultado y lo hizo con un penal inexistente; luego acabó goleando por 3 a 0 y eso tapó cualquier polémica. La fecha siguiente pasó exactamente lo mismo contra Torino: penal inventado para destrabar un partido complicadísimo, que luego se volvió simple y acabó 4 a 0. Contemporáneamente, a Roma le anulaban un gol regular y le negaban un penal evidente en Livorno.

La última jornada antes de la vacaciones llegó el clásico ciudadano ante Milan, con el penal solar sobre Kaká negado (Milan ganaba 1 a 0). La semana pasada la inversión de penales en Siena (concedido uno inexistente pero no dado otro a los locales, mucho más evidente) y ahora este escándalo ante Parma.

Que, como quedó dicho, fue el caso peor que todos, porque Inter había sido superado claramente desde el punto de vista del juego, y el marcador adverso era apenas de 2 a 1 en favor de la visita tan sólo por el penal de Córdoba sobre Corradi absurdamente negado y la falta de puntería de la visita, que había creado numerosas ocasiones de gol.

Pero, a dos minutos del final, el referí inventó una mano de Couto (había sido claramente cabeza), concedió el penal, expulsó al defensor y por encima, en tiempo de descuento, no castigó una falta terrible de Vieirá a Dessena, quien tuvo que salir sin poder ser remplazado. Con doble superioridad numérica, pero sin una pizca de fair play (ya antes Coly había tenido que dejar la cancha por otra falta asesina de Materazzi, ni siquiera amonestado), Inter encontró en el último minuto de descuento el gol del triunfo pero también de la vergüenza.

Tampoco se puede pasar por alto que el autor de los dos goles decisivos, Ibrahimovic, ni siquiera debió haber estado en la cancha, porque primero golpeó con un codazo en la espalda a Castellini y, luego del penal, le dio un pellizco en la cara a Dessena, tratando de provocar una reacción en un momento evidente de gran calentura. Por suerte, el pibe se demostró más responsable y maduro que el supuesto candidato al Balón de Oro.

Por la noche Paolo Casarín, recordado árbitro de los Ochenta y ex jefe del sector, el mismo trabajo que ahora desarrolla Pierluigi Collina, en el curso de una transmisión televisiva de la cual es columnista afirmó que "los errores de Gervasoni no pueden referirse únicamente a los dos penales, sino al haber permitido el juego violento, por momentos intimidatorio, de los locales". Exactamente lo que, desde nuestra columna, habíamos denunciado luego del clásico ciudadano ante Milan.

En suma, una tendencia absolutamente peligrosa, que pone en duda la regularidad del torneo. El Inter es un equipo fuerte, quizás el más fuerte del lote, pero está pasando por un momento de grave crisis de juego, debida posiblemente también a la gran cantidad de lesiones de volantes; sin embargo, esa crisis no se tradujo en pérdida de puntos por los yerros arbitrales. En este momento, sin tantos regalos, la Roma estaría puntera y no sabemos como eso podría afectar las mentes de los nerazzurri.

En cambio, posiblemente el equipo se recuperará y, con semejante ventaja, podrá llevarse a puerto un título que, sin embargo, ya ahora está viciado definitivamente de irregularidad. Lo único cierto es que Siena antes y Parma después, dos equipos involucrados en la lucha para salvarse del descenso, fueron más que el Inter y perdieron sin merecerlo por errores ajenos.

Nos queda la satisfacción de haber denunciado estos hechos, desde esta misma columna, desde hace tiempo: otra vez, como en el caso Moggi, la Ley de los Grandes Números y las fuentes confiables de información fueron nuestros principales aliados.

EL RESTO
Bueno, en estas condiciones quedan pocas ganas de seguir hablando de fútbol. Pero algo hay que decir, obviamente, de una jornada que ofreció varios motivos de interés.

En primer lugar, Roma le ganó muy bien a Catania, a pesar de muchas ausencias importantes (Totti en primer lugar, pero también Perrotta, Panucci, Juan y Tonetto). Lo hizo muy bien, de la mano de Taddei y Giuly, dos petisos que interpretan de manera maravillosa la táctica elegida por Luciano Spalletti.

Juventus, en cambio, levantó bandera blanca. En este caso también, los hinchas bianconeri tendrían todas las razones para estar enojados, porque si el Inter no tuviese esos 7 u 8 puntos de más "regalados", la Vieja Señora seguiría en carrera.

En cambio, Ranieri armó un buen equipo, que pero aún no está en condiciones de ganar siempre y correr con ese ritmo "dopado": así, luego del empate en Catania, llegó otro ante Sampdoria, también con algunos matices polémicos (gol fantasma no cencedido a Trezeguet y un penal sufrido por le mismo delantero) y ahora los 12 puntos de retraso desbaratan cualquier sueño de gloria.

Ganó Fiorentina, también en este caso con dos penales extremadamente generosos, hundiendo hasta la zona descenso a un pobre Toro que juega mucho mejor de lo que muestre su posición y que sigue recibiendo cachetazos de los jueces. Vieri alcanzó la notable cantidad de 200 goles en Italia y parece vivir una segunda juventud.

Milan dio un paso importante en su cacería al cuarto puesto, al derrotar como visitante juastamente al que estaba cuarto, Udinese. El Pa-Ka-Ro (acrónimo de Kaká, Pato y Ronaldo) no voló, pero apareció Gilardino, o mejor dicho Gilardinho, para meter el tanto decisivo sobre la hora. Para subrayar la paternidad del Gila sobre Udinese: 11 goles en otros tantos partidos. Ayer jugó los últimos 10 minutos pero le alcanzó para volver a castigar: después hay quien dice que las rachas son casuales...

En la lista de yerros del fin de semana no se puede olvidar el triunfo del Genoa ante Atalanta, obtenido en remontada luego de que a la visita le anularan un gol legítimo que la ponía 2 a 0 arriba. Para subrayar la actuación de Borriello y la vuelta al gol de Lucho Figueroa, por encima un tanto decisivo: ojalá marque su regreso definitivo.

También Lazio se quejó en Nápoles: ganaba bien, en remontada, con un golazo de Ledesma y la actuación descomunal del "abuelito" Ballotta en el arco. Pero el descuento duró el doble de lo señalado por el cuarto hombre y, en el último suspiro, los locales obtuvieron un empate todo sumado merecido. Quizás el reloj del referí se había parado...

No hubo errores en el triunfo de Siena en Palermo, si no consideramos los horrores del fondo local. Es más, el referí regaló un penal, pero en favor del Palermo: quizás Miccoli tuvo vergüenza, el hecho es que lo erró, rematando arriba del travesaño.

Siena ratificó todo lo bueno mostrado ante Inter y otra vez el pibe Forestieri se lució, al punto de merecerse la mención de figura. Raro el problema de Palermo, que tiene a dos campeones del mundo en la última línea (Barzagli y Zaccardo) pero no encuentra soluciones. Con 33 goles sufridos, es la peor defensa del torneo luego del colero Cagliari (36).

Livorno, con un penal de Francesco Tavano (ese si fue, ojo), venció en el clásico de los pobres a Empoli: el penal fue el único remate hacia el arco del local, mientras que el arquero Amelia fue la figura del partido. En otras palabras, no siempre la injusticia tiene que ver con el referí.

Por último, Reggina despachó al pobre Cagliari, cada vez más cerca del descenso. Los amarantos aprovecharon de la mejor manera las nuevas incorporaciones, puesto que el uruguayo Stuani dio la asistencia y Brienza marcó el gol que destrabó el resultado. Luego Cozza, en su nueva función "modelo Pirl"", estampó el gol de la tranquilidad. El Cagliari parece estar con la cabeza ya en la B.

LA PRÓXIMA FECHA
El miércoles (14,30 ET), en Bérgamo con puertas cerradas, Atalanta y Milan recuperan el partido suspendido de la 12ª fecha: se jugarán los 90 minutos.
El sábado a las 18 (12 ET), comienza la segunda rueda, con el partido Sampdoria vs. Siena; dos horas y media después se jugará Roma vs. Palermo.

El domingo por la tarde (9 am ET), el programa incluye Udinese vs. Inter, Empoli vs. Fiorentina, Milan vs. Genoa, Atalanta vs. Reggina, Catania vs. Parma, Cagliari vs. Nápoli y Torino vs. Lazio. Por la noche (14,30 ET), se cierra con el nocturno Livorno vs. Juventus.