<
>

No hubo nada que hacer

MELBOURNE -- El español Rafael Nadal mostró un nivel altísimo y derrotó por 6-3, 6-2 y 6-4 al chileno Fernando González en los octavos de final del Abierto de Australia, primer Grand Slam del año, mientras que la sorpresa de la jornada fue la derrota del escocés Andy Murray a manos del español Fernando Verdasco.

El número uno del mundo y primer preclasificado en el torneo jugó un partido casi perfecto, en una hora y 54 minutos, con mucha autoridad. Jugó tiros increíbles -sobre todo en defensa- y aprovechó al máximo las oportunidades que le otorgó su rival durante el partido.

González (13º cabeza de serie) luchó cada pelota del partido, pero se encontró antet un mallorquí inspirado que por momentos pareció realmente invulnerable. De hecho, Rafa cometió apenas cuatro errores no forzados en el primer set, dos en el segundo y otros cuatro en el tercero. Apenas 11 en un encuentro en el que consiguió 33 tiros ganadores.

El gran problema para Feña pareció ser la falta de contundencia para aprovechar las oportunidades de break que generó: sólo tomó dos de siete. Mientras que el español logró seis quiebres en 13 oportunidades.

Aunque en todo momento intentó variar las tácticas de juego, buscando debilidades en el juego del uno del ránking, González se encontró con respuestas sobresalientes y comenzó a perder la paciencia de a ratos. En efecto, a mediados el tecer set tiró al suelo su raqueta en un gesto de desesperación.

El único momento de reacción del Bombardero de La Reina llegó justamente en ese tercer capítulo, cuando con un quiebre a favor llegó a estar 3-0 arriba en el marcador. Pero Nadal presionó, rompió dos veces el servicio del sudamericano y ganó cinco juegos en fila.

El español, de 22 años, se recuperó de ese único momento adverso y terminó festejando con una sonrisa, al punto de que fue felicitado por González, el tercer mejor tenista latinoamericano, quien reconoció el mérito de Nadal en su victoria. "Estoy jugando bien, pero uno nunca sabe si será suficiente", dijo el rey.

González, finalista en las canchas rápidas de Melbourne en el 2007, cuando en el camino eliminó precisamente a Nadal, esta vez sufrió el enorme desgaste del duelo de la tercera rueda ante el francés Richard Gasquet, en el que se impuso 12-10 en el quinto set, luego de más de cuatro horas de lucha.

El jugador español, campeón en el 2008 en Roland Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos de Beijing, es el único que sigue sin ceder un set en cuatro partidos. En total ha concedido únicamente 28 games.

Con este resultado, el tenista de Manacor quedó a un paso de volver a alcanzar las semifinales del Abierto de Australia por segunda vez. Ya lo logró el año pasado, cuando cayó frente al francés Jo-Wilfried Tsonga, el quinto preclasificado en esta ocasión, quien ahora venció al estadounidense James Blake (9°) por 6-4, 6-4 y 7-6 (7-3).

El francés, que entró con dudas en el torneo debido a su lumbago, ha ganado ya cuatro partidos. Quizás por esa razón, nada más confirmar su victoria ante Blake, que sirvió con 5-4 en el tercer set y dispuso de un punto para ganarlo, saltó varias veces sobre la cancha y señaló con su raqueta sus bíceps.

Tsonga, apoyado en su poderosísimo servicio, quería demostrar que, de nuevo, "Alí" ha vuelto a Melbourne. Siempre lo dominó a Blake, pese a estar 2-4 en el último capítulo, pero se recuperó con sus armas y ahora sueña con muchísimo más.

Ahora, también deberá enfrentar un tenista galo. Se trata del francés Gilles Simon, sexto preclasificado, que se impuso a su compatriota Gael Monfils (12º) en el duelo de octavos de final. Monfils no pudo terminar el partido por una lesión en la muñeca derecha, por lo que el número ocho del mundo terminó llevándose la victoria en apenas una hora y 55 minutos. El resultado final fue 6-4, 2-6, 6-1 y retiro.

Durante el tiempo que duró el encuentro, el desarrollo del juego fue bastante extraño. Monfils, quizá dando cuenta de su lesión o como parte de una estrategia, se dedicó a jugar lento, a bajar el ritmo del partido y jugar con slice para aprovechar al máximo los errores del contrario.

Simon tomó la iniciativa con suerte dispar. Se quedó con el primer set pero no pudo competir con el bajo nivel de errores no forzados de Monfils en el segundo. En el tercero volvió a ponerse al frente, y ya en el cuarto Monfils anunció que no podría seguir jugando.

Exceptuando el partido de Madrid, Nadal le ganó a Simon dos veces, la primera en Marsella en el 2006 y otra el año pasado también en el Abierto de Australia.

Para el francés será su primera aparición en los cuartos de final de un Mayor, una progresión lógica después de su gran campaña del 2008, en la que ganó tres torneos: Casablanca (arcilla), Indianápolis (cemento) y Bucarest (arcilla), además de ser finalista en Madrid (cemento, indoor) y semifinalista en la Copa Masters de Shanghai y acabar con la mejor clasificación de su carrera (7°).

UN AUTÉNTICO BATACAZO
En los cuartos de final, Nadal no será el único español. Si el año pasado lo acompañó David Ferrer, en esta será el héroe de Copa Davis, Fernando Verdasco, quien se consagró en la final de noviembre pasado en Argentina. Es que ahora venció por primera vez a Murray, con quien había perdido cinco veces antes, por 2-6, 6-1, 1-6, 6-3 y 6-4 en tres horas y 12 minutos, logrando así los cuartos de un Grand Slam por primera vez en su carrera.

Verdasco luchó, corrió y creyó en sí mismo para vencer el fantasma de Murray, a quien nadie había osado ganar desde que comenzó esta temporada, siendo vencedor en la exhibición de Abu Dhabi y por segundo año consecutivo en el torneo ATP de Doha.

Mucho del éxito del madrileño en este partido se debió a la serenidad con la que actuó en el sexto juego del quinto set, cuando Murray tuvo dos puntos de rotura vitales. Verdasco salvó uno de ellos con un saque directo (10 en total) y el otro con una buena zurda.

Murray, el N° 4 del ránking de la ATP, siempre se mostró incómodo por el juego del español. "¿Qué demonios estás haciendo?", se increpó a sí mismo durante el cuarto parcial, cuando Fernando mostraba su mejor tenis. Pero luego ponderó el saque del español, su buen juego y no buscó excusas en el constipado que había sufrido días anteriores.

Para Verdasco (14° favorito), lograr su primer cuartos de final de un Mayor representaba uno de sus grandes objetivos esta temporada. El otro es colocarse entre los 10 primeros del mundo, algo que rozó con los dedos la pasada temporada (fue 11° en el mes de julio) y que podría conseguir aquí esta semana si vence en el siguiente partido.

Finalista en Brisbane, Verdasco lleva ya dos muescas especiales en su raqueta en este Abierto. Ha ganado a dos jugadores con los que siempre había perdido, el checo Radek Stepanek y ahora Murray. Y en la siguiente ronda debe medirse con Tsonga, finalista el pasado año, con quien nunca se ha enfrentado.

"Pienso que esa final de Copa Davis me hizo mucho más fuerte mentalmente", señaló Verdasco. "Y esta pretemporada estuve trabajando realmente duro. Así que hoy, realmente estuve creyendo en mí, en que podía ganar el partido", agregó.

"Tsonga tiene fuertes tiros, tanto de derecha como de revés, y el año pasado fue capaz de ganar a Nadal en semifinales", dijo Verdasco del galo.