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Sólo quiere jugar

Han pasado cerca de tres semanas desde que la ex novia de Eddy Curry fue asesinada en Chicago. Los Knicks le dijeron que se tomara el tiempo necesario para poder lidiar con esta tragedia, en la que también mataron a la hija de nueve meses de su ex novia.

Eddie Curry

Curry

Curry se sumó al equipo la semana pasada y ha estado rehabilitando la rodilla izquierda en la que siente molestias, con esperanzas de poder sumarse a la alienación de los Knicks en algún momento.

Por ahora, Curry se concentraría en las libras demás.

"Estoy bien", dijo Curry el martes durante los primeros comentarios públicos que hizo después de los asesinatos. "Sinceramente, no quiero hablar de otra cosa que no tenga que ver con el básquetbol. Ya se ha dicho demasiado sobre mi vida y lo ocurrido".

Curry, cuyo hijo de tres años que también estuvo en la escena del crimen salió ileso, atendió a una exposición privada en Chicago el 31 de enero. Curry no quiso hablar de los sucesos de Chicago, pero se mostró dispuesto a hablar de su situación con el equipo.

El centro de 6'11" (2.11m) de altura ha tenido problemas con su estado físico desde el entrenamiento de pretemporada y las molestias que sufre en la rodilla sólo han sumado inconvenientes. El entrenador, Mike D'Antoni, decidió no implementar un plan de juego que incluyera a Curry, pero eso quedó a mitad de camino después de un intercambio temprano y una avalancha de lesiones que dejó vacía la banca.

"Estoy ansioso por entrar", dijo Curry. "Desearía que existiese una píldora mágica para poder tomar y hacer que mis piernas se sientan mejor".

Curry ha estado lanzando pero no puede recorrer el campo de juego. Dijo que espera poder practicar algo la próxima semana.

"Cada día avanzo un poco más", comentó. "Lo único que hace que siga fuera es la rodilla, mis piernas y mi estado físico. No es algo personal, ni mental".