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La base del equipo

BRISTOL -- Cuando el técnico habla de la base de su equipo, jamás se refiere a los jugadores claves sobre el campo. Todo lo contrario, a veces esa mal llamada "base del equipo" pasa más tiempo calentando la posadera en el banco, pero es la que mueve hilos, da apoyo y seguridad, arma, detecta y protege grupos o jugadores y hasta charla directamente con directivos para dar recomendaciones.

Esta fue una de las enseñanzas que me dejaron aquellas interminables tertulias con el "Pato" Pastoriza (que en paz descanse) durante su ciclo dirigiendo a Venezuela y del que pude aprender muchas cosas de las que se viven en el día a día de un vestuario.

Escuchando a Guardiola decir "que la salida de Eto´o es lo que mas le conviene al Barcelona", irremediablemente llegó a mi mente la pregunta: ¿A qué Barcelona le conviene su salida? ¿Será al que busca defender sus títulos o al que pretende ser silencioso desde el vestuario sin importar si los goles llegan como era costumbre con el africano?

Bueno, al menos dijo algo que es muy cierto cuando habló del feeling, porque cuando alguien no te agrada ni que esa persona te llene de regalos y halagos te va a caer bien, aunque no tenga argumentos futbolísticos -que son los que deberían privar en este tema y no los externos-.

Cuando un técnico arma un equipo lo primero que debe hacer es rodearse de los mejores jugadores disponibles, o al menos eso es lo que espera la afición, pero cada quien tiene su forma de medir las relaciones humanas y cada quien decide con quien va al cine o con quien se casa.

En el caso de los entrenadores no es distinto, porque buscan por encima de todo disfrutar de la tranquilidad para manejar un grupo y las relaciones humanas son fundamentales para esto. Asi se arman realmente los equipos: dando prioridad a fichar jugadores amigos, es decir los que van a defenderlo ante la crítica de los medios, la exigencia de la tribuna o las presiones de la directiva.

Muchas veces los hinchas piden a gritos la titularidad de un jugador relegado por encima de otro o critican e insultan preferencias del estratega por un futbolista que a los ojos de muchos no rinde en el campo, pero sin embargo siempre está ahí al punto de sentirse que es ese y diez mas los que juegan. Casos de este tipo encontramos a montones y creo que ningún club o selección está exento de ello.

Las críticas que siempre se hicieron al Real Madrid por casi no usar a Saviola, las ofensas en Pueblo Nuevo reclamando a Richard Páez la insistencia con su hijo en el once vinotinto, el criticadísimo Serginho en el Brasil del 82, del que decían que no le hacía un gol al arco iris y marcó apenas dos de los quince tantos verdeamarillos en España, el jaleo entre Maradona y Riquelme o simplemente el caso de Cuauhtémoc Blanco, que no estuvo en el Mundial 2006.

Los técnicos procuran tener un entorno que les permita ejercer su autoridad en el plantel, sin que ningún jugador le quiebre los grupos internamente ni planifique estocadas que pueden conducir a su salida. Esta es otra de las realidades a las que se enfrenta cuando hay que dirigir desde un banquillo y que se pone fea cuando los jugadores deciden hacerle la cama al entrenador en medio de una conspiración que nada tiene que ver con las vistas en la histOria política de nuestro continente, pero que al final buscan el mismo objetivo de deponer al mandamás para que llegue otro y por eso es que descaradamente hemos visto equipos que juegan para atrás hasta que echan al técnico.

La profesión de técnico es muy dura, porque lo ideal es encontrar el mejor escenario posible para trabajar sin sentir que desde adentro le espían o le serruchen las piernas buscando la caída. También es su obligación encontrar resultados que garanticen el éxito o la continuidad, debe cuidarse mucho de su declaraciones porque la prensa se convierte en una jauría que entre plumas, cámaras y micrófonos descuartizan lo que sea cuando un equipo pierde. Por eso no culpo al técnico que busque su comodidad laboral aunque no comparta las alineaciones, filosofías o estilos de juego.